Capítulo 19 Sam: Salva al mundo...

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Joe me sonreía de una manera que hacía que me dieran ganas de romperle la cara, pero todavía no era el momento indicado.

- Sí, te buscaba, hiciste mi trabajo –respondí burlón- eres muy estúpido para venir aquí de nuevo. Esta vez no escaparás.

Él rió sin humor y miró sus manos.

- ¿Estás tan seguro de eso? –preguntó levantando una ceja y con esa molesta sonrisa- soy más poderoso y rápido que tú, nunca podrás derrotarme.

- ¿Estás tan seguro de eso? –imité sonriente. La sonrisa de Joe se fue y gruñó furioso.

- Qué gracioso eres –comentó sarcásticamente- mira como me orino de la risa –terminó con cara de gruñón- por lo que veo estás solo de nuevo ¿dónde están tus amigos? ¿Ya se hartaron de lo estúpido que eres?

- No, pero creo que eres tú el que anda solo –repuse tranquilo- ¿dónde está tú mami? Ah ya sé, en realidad no porque ella te abandonó cuando apenas naciste, por feo y estúpido. Al menos yo soy sexy e irresistible –terminé arrogante y burlista. Joe apretó duramente la mandíbula y miró al suelo.

- No hables de mi madre, pedazo de mierda –gruñó levantando la vista. Hice un puchero para burlarme de él- estás buscando que te maten…y eso voy hacer –terminó corriendo hacia mí, pero como soy tan perfectamente sexy y ágil, lo esquivé e hice que cayera al suelo torpemente.

- Ups, lo siento bebé –bromeé nuevamente- ¿te lastimaste la rodilla? ¿quieres una curita?

- Quiero tu cadáver tirado debajo de mis pies –siseó levantándose para atacar nuevamente. Puse un dedo en mi mentón haciéndome el pensador y lo miré con una sonrisa.

- Lo siento, eso es imposible de conseguir –especifiqué y volví a esquivarlo cuando se abalanzó nuevamente a mí- pero puedo conseguirte un buen biberón si quieres.

Los ojos de Joe mostraban furia y dolor al mismo tiempo, sabía que estaba siendo cruel pero debía hacerlo, él no era buena persona, merecía ese dolor. Lo observé por un tiempo mientras él recuperaba el aliento y esperando a que los demás aparecieran para atraparlo.

- Sabes, tal vez tu mami te dejó por ser una mierda Oscura ¿no? ¿Quién quiere un hijo que intenta destruir el mundo? ¡Nadie! –exclamé fingiendo estar angustiado- si fueras mi hijo, te estaría dando bofetadas en el trasero por ser un niño malo. Malo, malo y muy malo –expliqué con las manos como si estuviera dándole bofetadas en el trasero. Joe me miraba confuso, y tenía razón. Parecía haber perdido el juicio, pero así ganaba tiempo para que los demás llegara, si es que iban a llegar.

- Eres un pendejo –comentó con el ceño fruncido y negando con la cabeza.

- Lo sé –estuve de acuerdo fingiendo desilusión- pero me aman. Y a ti no –burlé nuevamente como un tonto.

Joe me miraba de una manera nada amistosa o graciosa, y era claro, él era uno de los seguidores de Luke que seguramente tenía la orden de matarnos. A mí en especial, Luke me odiaba con toda su miserable y oscura alma. Mis manos ya estaban acumulando la energía para atacar, pero antes de matarlo, debía sacarle información sobre Natalie y su cautiverio.

- Dime dónde está ella –le ordené serio. Ya me había detenido con las bromas, ahora era tiempo de trabajar. Joe sonrió malvadamente.

- ¿En serio piensas que te lo diré? Debes de ser muy estúpido para pensarlo –comentó riéndose. Gruñí.

- O me lo dices, o te mato. Tú decides –le amenacé.

Volvió a sonreír, y me atacó lanzándome una onda de energía; lo esquivé y le lancé una igual. Él también la esquivó como si nada y sonrió triunfador. Patán. Así estuvimos por unos minutos, lanzándonos ondas de energía como si fuera una batalla de Dragon Ball, hasta que mi energía y la de él se hubo acabado por completo.

Pesadillas Reales La Transformación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora