Capítulo 5 Sam: La búsqueda...

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Todos llegamos a un acuerdo, no antes de haber tenido peleas y discusiones, uno de los ángeles intentó darme un puñetazo pero se lo impedí, hasta que James llegó y lo calmó. Nunca había visto actuar de esa manera a un ángel, al parecer estos eran demasiado violentos, todo lo contrario a un verdadero ángel. En fin, el plan era: ir al centro de París y buscar pistas. No sé cómo, pero los raritos iban ayudar en esa parte.

Ni los ángeles locos sabían qué eran o quiénes eran los raritos, sus nombres no decían nada importante. Tenía la intriga de saber qué son porque Natalie, según ellos, era como ellos. Natalie…extrañaba su suave aroma a lavanda, sus labios rosas, sus ojos seductores y su calidez…todo lo de ella extrañaba. Y ahora estábamos, caminando en el parque Champ de Mars con la vista a la Torre Eiffel buscando pistas que ni yo podía ver o sentir, sabía que este lugar era el sitio favorito de Nat, era el lugar que ella siempre soñó con venir.

Seguimos caminando entre los turistas que sacaban fotos a la enorme torre de trescientos metros que se alzaba entre ellos, hasta que los raritos se detuvieron justo debajo de la Torre Eiffel.

- ¿Y ahora qué ocurre? –pregunté suspirando y me giré para verlos. Maya, estaba agachada con una mano en el suelo mientras que Tyler también trataba de descifrar algo en el suelo. Sin embargo no me respondieron- Oigan, raritos ¿qué es lo que pasa? ¿Encontraron algo?

Maya levantó la mirada hacia mí y eso me hizo temblar, me miraba furiosa. Seguro por haberle llamado rarita, pero debía admitirlo, pues lo era.

- Sí, hemos encontrado algo, Sammy –respondió duramente. Tragué duramente saliva mientras sentía como el rubor quemaba mi rostro por haberme llamado así. Mierda. ¿Cómo es que lo sabía? Ella sonrió al ver mi reacción. Doblemente mierda.

- ¿Y qué es lo que encontraron? –preguntó James salvándome de la humillación. Gracias plumero –pensé.

- Justo aquí, estuvo Luke Lancaster –respondió Tyler. James alzó ambas cejas sorprendido.

- ¿Y cómo lo sabes?

- Su energía es fuerte y deja rastros, pues aquí hay uno –volvió a responder.

- Entonces ¿significa que están aquí? –pregunté. Él me miró con sus ojos salvajes.

- No, este rastro es viejo, tal vez de unos dos días –respondió. 

- ¿Entonces por qué estamos aquí? ¿De qué nos sirve esto? –volví a preguntar molesto. Tyler se incorporó y se acercó a mí. Su cara a pocos centímetros de la mía. Seguro tenía ganas de besarme, todos tenían.

- Porque este rastro nos muestra que estamos cerca, idiota. Y si no te callas, yo seré quien te pulverice con solo mover un dedo ¿entiendes? –terminó con los ojos prendidos de furia. Ahora sí que no iba a dejarlo pasar. Rápidamente con ambas manos apoyé en su pecho y recité.

- Praeliabitur –mascullé y antes de que él pudiera actuar ya había volado hacia atrás.

Maya miró cómo su amigo o novio o lo que fuera, caía al suelo en un golpe seco. Y al instante, me atacó; pero por suerte James llegó y la detuvo con un escudo celestial que tanto odiaba. La chica me miraba furiosa con sus ojos de fuego por haber atacado a su compañero, y su respiración era excitadamente descontrolada.

- Voy a matarte –masculló Maya mirándome mientras James trataba de calmarla. Por otro lado, un molesto Tyler se levantó y a la velocidad de un rayo ya estaba encima de mí.

- Yo te mataré –masculló con ambas manos en mi cuello apretando fuertemente. Se me cortó la respiración.

- De…déjame –murmuré mientras forcejeaba contra Tyler. Era fuerte, muy fuerte. Y de repente, Tyler nuevamente salió volando hacia atrás. Me levanté de una sacudida por la adrenalina mientras tragaba a bocanadas el aire que mis pulmones necesitaba. Y a lo lejos divisé una figura que tanto conocía. Mike- ¿Mike?

- No toques a mi mejor amigo ¿entendiste? –le advirtió a Tyler que trataba de incorporase y luego caminó hacia mí. James agrandó el escudo para contener a Tyler como a Maya, ambos debían tranquilizarse- hey Sam. ¿Ya tienes problemas? –preguntó sonriente y me abrazó. Le devolví el abrazo con una sonrisa, siempre estaba para cuando lo necesitaba, eso era ser un gran mejor amigo.

- Ni te imaginas –respondí cuando nos separamos. Él asintió con una sonrisa ladeada- los raritos encontraron un rastro de Luke, pero tiene como hace dos días, más o menos. Y dicen que eso significa que estamos cerca de encontrar a Nat.

Mike abrió los ojos sorprendido.

- Vaya, estamos cerca –dijo asintiendo. Me giré para ver a James lidiando con los raritos, y éstos, ya estaban calmados.

- Sí, lo estamos –concluí volviéndome a Mike.

                                                                                ***

Volvimos al hotel para hablar sobre el rastro que los raritos encontraron. Aún seguían mirándome con ganas de matarme, en especial, el lunático de Tyler; sus ojos salvajes estaban constantemente posados en mí. En fin, ahora debíamos viajar a España, donde los raritos creían que posiblemente estén allí. Mis padres que supuestamente iban con Mike, se quedaron en casa para luego ir a Dark Country para hablar con los del Consejo, como si ellos quisieran  ayudar con el rescate de Nat, ellos la odiaban. Excepto el padre de Mike.

Mañana debíamos viajar a España, así que comimos en el restaurante de la vuelta y volvimos para dormir. Por la dudas, había asegurado las puertas y ventanas con magia para que los raritos no entraran, hasta James tuvo que utilizar de su magia para hacerlo casi imposible de retractar. No sabíamos con exactitud los poderes que poseían estos niños raros. Así que teníamos que tomar todas las precauciones posibles para evitar problemas.

Estaba en una cama solo, pensando en Natalie y de todo lo que podría estar sufriendo; rogaba para que estuviese bien, ella era fuerte, posiblemente la mujer más fuerte que haya existido jamás.

Natalie… ¿estará bien?

Pesadillas Reales La Transformación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora