Salí corriendo por él, no quería perderlo después de todo. No sabía exactamente qué me había sucedido, de cómo es que lo herí y humillé frente a Luke y los demás. Me sentía como una bastarda; una gran mierda. ¿Cómo pude hacerle eso a él? ¿Cómo pude hacerlo? Herí a mis amigos y mi novio…bueno, a Sam porque creía que ya no éramos más novio.
Él solo quería salvarme y yo me había reído por eso. Mis sentimientos y mi mente habían regresado justo a tiempo, unos segundos antes de matarlos; y cuando volvieron me había dado cuenta de lo que estaba haciendo y no lo podía creer. ¡Estaba por matar a Sam! ¡Y a mis amigos! ¡También estaba por destruir el mundo! ¡¡Mierda!! Por fin ese maldito trance señorial había acabado, sino, seguiría estando con el bastardo de Luke.
Seguí corriendo a toda velocidad por la ciudad, esquivando los autos y personas que andaban por ahí. No sabía dónde se había ido Sam pero ahora como todo estaba tan avanzado en mí podía sentirlo, o mejor dicho, rastrearlo como un perro sabueso. Mis sentidos me llevaron a un parque o plaza oscura bastante grande. Sin estar cansada seguí corriendo buscando con mi vista súper avanzada un rastro de Sam, lo encontré. Su hermoso cabello azabache relucía a la luz de la inmensa Luna. Me detuve a unos pocos metros de él para recuperar mi ritmo cardíaco a la normalidad.
Él estaba sentado en el borde de la laguna, bajo la luz de la enorme y brillante Luna que se alzaba encima de nosotros. Caminé sobre la tierra rocosa sin evitar el ruido de mis pesados pasos, sin embargo, Sam no se inmutó del ruido. El aire estaba frío y húmedo…me detuve detrás de él. Abrí la boca para hablar…
- Si ya no te importo ¿por qué estás aquí? –preguntó duramente sin darse la vuelta. Sus palabras chocaron como balas en mi pecho. Miré al suelo y luego volví mi mirada a él, aunque sea su espalda; su sexy espalda.
- Porque la verdad si me importas –respondí suavemente pero lo bastante fuerte para que me escuchara. Él bufó y rió a lo bajo.
- Ya veo –comentó sarcásticamente- pues tú para mí ya no me importas. Está claro.
Empezó a dolerme el corazón…
- Hice todo lo imposible para encontrarte, y me encuentro con esto –prosiguió mascullando y dándose la vuelta para mirarme furioso y decepcionado. Sus ojos eran duros- todo lo que hice lo hice por ti, y a ti nunca te importó.
- Sam…-comencé.
- ¿Por qué no me has llamado para decirme que estabas perfectamente con Luke? ¿Por qué no has hecho nada para contactarte con nosotros? ¿Eh? ¡Dime! –estalló más que furioso. Nunca lo había visto así, pero me lo merecía, por todo lo que hice. Me lo merecía bien merecido- ¡Nunca te importó! ¡Nada te importó! ¡Así como nunca te importó al borrarles las memorias a tus amigas!
Agrandé mis ojos sorprendida. ¿Cómo sabía eso? Negué con la cabeza.
- No entiendo cómo pudiste hacerles eso, no sé cómo pudiste…cómo pudiste torturarnos sin piedad –repuso como si quisiera llorar. Pero la verdad, era yo quien quería llorar. Yo había hecho todo eso inconscientemente, no quería hacerlo de verdad.
Sin darme cuenta las lágrimas ya estaban corriendo sobre mi cara.
- Y no vengas a llorarme. Eres una falsa, Natalie –escupió con desprecio mi nombre- pensé que eras diferente, pero no, eres igual de malvada y mentirosa que un demonio. No sé cómo pude enamorarme de ti. No sé por qué no pude creerlo desde el principio en que me dijeron que salías con Luke, que…que has… ¡te has acostado con él! –chilló encarnizado, mis lágrimas seguían cayendo- ¡Todo este tiempo pensé que me amabas! ¡Que esperabas a que te rescatáramos! ¡Pero no! Te la pasaste de joda todo este tiempo con él, haciendo rituales para destruir el mundo.
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Pesadillas Reales La Transformación.
ParanormalSegundo libro de la Trilogía Pesadillas Reales. Sinopsis: Natalie fue raptada nuevamente por Luke Lancaster, y Sam no tiene idea de qué hacer. Además, ella está en el proceso de la transformación, lo cual sus poderes están descontrolados. Luke a...