Capítulo 18 Natalie: El castigo...

29 3 0
                                    

Salí del cementerio haciendo caso omiso a los gritos de los espíritus en sufrimiento, rogando por la paz…rogando por la luz. Eran espíritus atrapados en la tierra para siempre, no tenían cielo ni infierno para ellos. Vagarán eternamente en la profunda oscuridad de la tierra.

Estaba caminando por las calles oscuras de Alsthom, cuando de repente una forma alada aterrizó justo frente de mí…Caí de cola pero rápidamente me incorporé y miré a la forma alada. Pensé que era un ángel, pero su presencia y aura era oscura…Chimerius. Era su forma demoníaca con sus enormes alas de murciélago.

Me miraba furioso con sus ojos rojos. Guardó sus alas y se acercó a mí, tomándome bruscamente por la manga de mi vestuario.

- ¿¡Qué me haces!? –gruñí tratando de sacármelo de encima, pero era mucho más fuerte que yo- ¡déjame bestia inmunda!

Me dio una cachetada fuerte y sentí mi sangre correr donde me había golpeado.

- ¡Te callas! –siseó cerca de mi cara, oliendo su agrio aliento de azufre- ¡has causado graves problemas, y créeme que la muerte no será tu peor castigo! 

¿A qué se refería con eso? ¿Qué iba a suceder? Chimerius me arrastraba como si fuera un pedazo de mierda y no podía hacer nada al respecto.

- ¿A dónde me llevas? –pregunté entre gruñidos.

- A darte una lección –gruñó y abrió el portal en segundos, llevándome con él donde quisiese que fuera.

Al principio no estaba aterrada por lo que iba a suceder, pero cuando Chimerius me llevó a la sala de torturas, entré en pánico. Solo éramos nosotros dos y nadie más. Pensé que Luke me esperaba furioso por irme a pasear yo sola, pero solo estaba Chimerius. Él me puso esposas en ambas muñecas, sosteniéndome contra el techo y con los pies rozando el suelo.

- ¿¡Qué mierda estás haciendo!? –chillé aterrada, empecé a forcejear contras las cadenas pero estaban demasiadas apretadas y eran de un material desconocido. Chimerius estaba detrás de mí haciendo no sé qué.

- Hierro y acero infernal –comentó como si hubiera leído mi mente- imposible de destruir.

- ¿Qué me vas hacer? –jadeé mientras forcejeaba con las cadenas, sabiendo que era inútil. Chimerius me miró con sus ojos demoníacos. Había vuelto a ser como un hombre, pero tenía unas que otras apariencias de un demonio.

- Lo mismo que hace dos años- respondió y de su mano salió un látigo de fuego, y arremetió contra mí.

Al principio no comprendía lo que sucedía, pero al sentir el fuego ardiendo en mi espalda me di cuenta de que Chimerius me había dicho la verdad, me iba a torturar. Grité de dolor y recordé las antiguas torturas.

- ¡Aprenderás a no romper las reglas! –me gritó mientras seguía embistiéndome con el látigo. Más gritos, más sangre. 

Gritaba, lloraba y gemía del dolor, pero él no paraba ¿Es que nadie escuchaba mis gritos? ¿Dónde estaba Luke? Otro latigazo más…sentía mi sangre correr por mis heridas y el escozor que producía el fuego en mi piel.

- ¡Basta! ¡Detente! –lloré fuertemente. La sala tembló entera pero aun así Chimerius seguía torturándome. Mi ropa estaba toda destrozada y manchada con mi sangre que no paraba de salir.

- Grita todo lo que quieras, no te dejaré ir –graznó y volvió a azotarme. Otro grito. Mi cuerpo se estremecía del dolor…- por más que utilices tus poderes, no saldrás de aquí.

Otra vez la sala tembló, era lo que provocaba mi tortura…la puerta de la sala cayó abajo y entró Luke con cara de asombro. Miró a Chimerius y se acercó corriendo.

Pesadillas Reales La Transformación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora