Capítulo 23 Sam: Viejos recuerdos...

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Era obvio que fui a mi casa para quedarme a dormir; había extrañado estar en casa aunque ésta estaba vacía, y mi casa no era casa sin mi familia y sin Natalie. Ella nunca se había quedado a dormir aquí y cómo me hubiera gustado que lo hiciera; recordé nuestro primer beso, un segundo antes de que ella descubriera la verdad sobre mí y yo descubriera la verdad sobre ella. Abracé la almohada imaginando que era ella a quién abrazaba, pero era obvio, no podía sentir su aroma ni calor. Gruñí golpeando la almohada y levantándome de golpe, cuando escuché pasos ligeros en las escaleras…no estaba esperando a nadie y si fuera Mike o Anabel me hubieran llamado; eso significaba que era un intruso.

Sigilosamente caminé hacia la puerta para atrapar al intruso, sin embargo ésta se abrió de repente y antes de atacar, el intruso gritó y supe de quién se trataba.

- ¡Aguarda, Sam! –gritó mi hermana con las manos en alto y una cara de sorpresa. Bajé mis puños aliviado.

- Dios, Lily –suspiré. Ella sonrió burlona y se acercó para abrazarme. Con gusto recibí su abrazo; la aparté confundido- ¿qué haces aquí?

- Guau ¿no te agrada la visita de tu perfecta y malvada hermana?

- No es eso, Lily, solo quería saber por qué no estás con mamá y papá –repliqué. Ella caminó por la habitación mientras miraba mi estante de libros.

- He venido por eso, ellos me enviaron aquí –aclaró- mamá necesita unas pociones que había hecho, pues se acerca una guerra –terminó mirándome severamente. ¿Una guerra? Ella notó mi incomprensión- Sam ¿no lo sabes? –preguntó estupefacta. Negué con la cabeza sin comprender- habrá una guerra en Dark Country, los del Consejo se está preparando e igual los habitantes, ya han recibido varias amenazas del equipo malvado de Luke.

Luego recordé lo que había dicho Maya, que ellos necesitaba algo de los del Consejo, pero ¿qué era? Pasé una mano sobre mi pelo tratando de pensar en algo.

- Okey, toma las cosas que mamá necesita y…ya veré que podemos hacer, ya tenemos muchas tareas aquí pero esto también es importante –terminé en un jadeo-mierda, no sé qué hacer.

- Tranquilo, Sam, de eso nos encargamos nosotros –repuso ella algo intranquila- ustedes encárguense de traer de vuelta a  Natalie. Nosotros nos encargaremos de los demás, enserio, puedes quedarte tranquilo.

- No puedo quedarme tranquilo, Lily –repuse con medio gruñido- llámame si necesitan algo.

- Lo haré, ya debo moverme, Sam. Fue un gusto de verte, hermano –terminó con una sonrisa débil. Le sonreí de igual manera y ella se despidió con un saludo de mano, pero antes de que cruzara la puerta la detuve.

La abracé fuerte con miedo de dejarla ir. No me llevaba muy bien con ella pero no importaba, era mi hermana, y no la quería perder. Ya no quería perder a nadie más. Ella al principio quedó dura por el inesperado abrazo, pero luego lo aceptó abrazándome con más fuerza. Sentí que mi remera se mojaba con sus lágrimas.

- Te quiero, Sam –susurró separándose y secándose las lágrimas. Asentí burlón.

- Yo también, tonta.

Ella rió limpiándose el delineador negro que se le había corrido por las lágrimas.

- Idiota –rió mientras salía de mi habitación. Sonreí por última vez. Esperaba que esta no fuera la última vez que viera a mi hermana con vida.

                                                                               ***

Decidí darme una ducha antes de encontrarme con Mike y Anabel en la casa de Nat. Ellos dos se habían quedado a dormir allí, y suponía que durmieron juntos. Ninguno de los dos confirmó su relación, pero era obvio de que ellos salían desde que su encuentro; era como el típico cuento de hadas, el príncipe salva a la doncella, se enamoran y se casan. Excepto de que estos dos no se iban a casar, por ahora.

Pesadillas Reales La Transformación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora