Capítulo 41

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Asami le entregó los papeles a Kirishima. — ¿Es todo jefe?

— Eres mi mano derecha y siempre he confiado en ti, tu sabes todo de mi y llevas todos mis negocios al igual que yo.

— Así es jefe y le agradezco esa confianza.

— Pero si llegas a tocarle un solo cabello a Akira, no sólo te castrare, te amputare las extremidades, se las mandaré a tu familia y te mantendré vivo para hacerte sufrir.

Kirishima tragó saliva. — No, no sería capaz de hacerle nada al niño. Yo lo respeto y lo único que quiero es que esté protegido.

— Buena respuesta, ahora ve he inscribelo, no quiero que pase mucho tiempo aislado. También consigue uniformes y lo que sea que necesite.

— Sí jefe.

~°~

Akihito despertó y al querer moverse, sintió un gran dolor en un costado y en el cuello, no pudo levantarse. — Akira. — Dijo en voz alta, la puerta estaba abierta.

El menor entró corriendo. — ¿Sí mamá? ¿Qué te pasó en la ceja?

— Me caí de la escalera ayer ¿Has visto a Asami?

— Estaba abajo con Satoru y el señor Kirishima.

— Hablale por favor.

Akira estaba por salir cuando Asami entró. — ¿Te sientes mal Akihito?

— No me puedo levantar duele mucho.

— Pero no quisiste ser revisado por un médico.

— Ya lo se, no me regañes.

— Ayer que te revisé, no tenias fracturas, tu cuerpo ya resintió la caída, te inyectare algo para el dolor.

— Gracias.

— Tengo que ir a trabajar, no te quiero bajando las escaleras, Satoru te traerá de comer. Akira.

— ¿Si?

— Debes de cuidar de Akihito.

— Lo haré.

El mayor preparó una jeringa e inyectó al rubio en el muslo. — Akira baja a desayunar y dile a Satoru que en 20 minutos le suba el desayuno a Akihito.

— Si. — El pequeño salió corriendo de la habitación.

— ¿Por que en 20 minutos? — Preguntó Akihito.

— Porque me voy a vestir aquí. — El mayor entró al baño y después de varios minutos salió en toalla, se había bañado.

Akihito lo seguía con la mirada, Asami aún tenía rasguños en la espalda y una que otra mordida en el hombro, todas hechas durante el celo.

— Sabes que puedo sentir tu mirada.

— Lo siento.

— Siempre te disculpas por todo.

— Es que no quería incomodarte.

Asami se acercó y se inclinó para besar los labios de Akihito. — Jamás me incomodaron, solo me provocas.

~°~

Akira bajó las escaleras y fue hacia la cocina, antes de entrar, miró por una orilla de la puerta, Satoru estaba lavando algunos trastes. Entró y pudo sentir el ambiente pesado, Satoru estaba enojado.

— Satoru. — Tartamudeó un poco.

— ¿Si? — Contestó sin voltear.

— Mi papá dice que mamá estará en cama todo el día, que por favor le subas el desayuno en 20 minutos.

El Misterio de su AromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora