Capítulo 4

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El otro tipo entró y comenzó a tirar todo.

— No salgas. — Le dijo Asami al menor.

— Le están haciendo daño a papá. — Los quejidos del rubio se escuchaban al fondo.

— Dije que no salgas, debes hacer caso, ya casi llego.

— Si ellos me ven ya no le hará daño a papá.

— Les van a hacer daño a los dos.

Un gran grito hizo que Akira soltara el celular y saliera corriendo del clóset. — ¡Papá!

— ¡Mierda! — Asami pisó el acelerador, ignorando todos los semáforos.

— Aqui esta el niño. — Uno de los tipos tomó a Akira y lo sentó en sus piernas.

— No le hagan nada por favor. — Akihito trataba de soltarse, pero aquel hombre era muy pesado.

— No, a él no le haremos nada, él necesita llegar intacto con el jefe, pero tu situación es distinta.

— No dejen que el vea esto, por favor.

— Tiene que aprender.

Akihito se giró y miró a Akira. — Cierra los ojos cariño.

— Papi… — Akira cubrió sus ojos con ambas manos mientras lloraba.

Aquel hombre comenzó a romper la ropa de Akihito y a besarlo, el rubio estaba inmóvil, tenía ganas de vomitar al sentir todas aquellas caricias. Cerró los ojos resignado, pero de pronto sintió como aquel hombre se dejó caer sobre él y algo escurría sobre su pecho, abrió los ojos y todo estaba lleno de sangre.

— Suelta al niño. — Era la voz de Asami.

— Si me disparas el niño muere. — Tenía una navaja en el cuello de Akira.

El mayor no dejó de apuntar y sin vacilar disparó dándole en la cabeza.

Asami fue hacia Akihito y le quitó el cadáver de encima. El rubio se giró y pudo ver la cara de terror de Akira. — No me mires cariño.

— Tienes mucha sangre papá.

— No es mía cariño, yo estoy bien. — Akihito se limpió con una sábana el rostro.

Asami estaba en la puerta, le estaba quitando el silenciador a su arma con un pañuelo y con el teléfono detenido con el hombro, estaba haciendo una llamada. — Necesito que vengan a limpiar, son dos, te mandaré la dirección. — Terminó la llamada y guardó su arma. — ¿Están bien?

Los labios de Akihito temblaban. — Si, gracias.

— Será mejor que te des un baño, al terminar toma ropa y te llevaré a otro lugar ¿Donde está tu madre?

— Ella salió de la ciudad.

— Ok, ve a hacer lo que te dije.

— Ven Akira.

El menor corrió hacia Akihito sin dejar de ver a Asami.

[...]

El rubio ya se había bañado y había hecho la maleta con su ropa y de Akira.

— ¿A dónde nos llevarás?

— ¿Quieres ir a un hotel o los llevo a mi departamento?

— Al un hotel estará bien.

— A su departamento papá.

— No Akira.

— Pero ¿Y si esos tipos vuelven? no quiero que te hagan daño.

El Misterio de su AromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora