Capítulo 28

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Akihito lloraba y se retorcía, no aguantaba aquella sensación.

Anderson lo tenía en sus brazos mientras le limpiaba el rostro con un pañuelo.

— ¿Llamo al doctor? — Preguntó la madre de Akihito.

— Llamelo y explique la situación.

La mujer tomó su celular y le marcó al médico. — ¿Hola?

— ¿Si? ¿Con quién quiere hablar?

— Buenas tardes, soy la madre de uno de sus pacientes, Asami Akihito.

— Si, lo recuerdo, dígame ¿En qué puedo ayudarla?

— El celo de mi hijo comenzó, pero está siendo muy fuerte, escuchelo.

— ¿Y el señor Asami?

— Él tuvo una emergencia y no pudo estar aquí ¿Puedo darle un supresor a Akihito?

— No, su cuerpo comenzó una desintoxicación, un supresor no le hará nada, tendría que inyectarle una sobredosis, lo único que puede calmarlo es un Alfa.

— ¿Entonces tiene que estar así?

— Siento decirlo, pero sí. Tarde o temprano Akihito perderá fuerza y va a desmayarse, cuando eso suceda, limpienlo y dejenlo descansar, lo mas seguro es que cuando despierte, siga estando en celo.

— Ok, gracias doctor. — La mujer dejó el celular en la mesita. — No podemos hacer nada.

Anderson cubrió a Akihito con una sábana y lo mantenía abrazado. — Tenemos que ser pacientes.

~°~

Asami apuntaba su pistola a la cabeza de Yuki mientras afuera del salón se escuchaban detonaciones.

— ¿Dónde está?

— Estas violando los acuerdos entre las organizaciones.

— Los acuerdos los hizo mi padre y si yo quiero los rompo, aparte el primero que lo hizo, fue tu hermano cuando se metió con lo que es mio.

— ¡Deja de mentir! No es tu hijo y no era tú pareja ese chico.

La puerta se abrió de pronto, era la madre de Yukihiro. — ¿Qué diablos está pasando? — Apuntó su arma a Asami.

Riku se acercó a Asami aparentando que quería cubrirse, pero en realidad tomó la otra arma que llevaba el mayor bajo el saco. — Baja el arma. — Dijo Riku.

— Eres un bastardo que sólo vino al mundo a arruinar todo. Baja esa maldita arma, no sabes usarla.

— Este conflicto lo comenzaron sus hijos, no quiera hacerme culpable, y si, se usar un arma.

— Madre vete de aquí. — Dijo Yuki.

— La casa está llena de hombres de Asami, han matado a casi todos.

— Es mejor que le haga caso a su hijo y se vaya, esto es entre él y yo.

~°~

Kei limpió la sangre salpicada que tenía el menor en el rostro. — Akira.

— ¿Que? — El menor estaba muy asustado.

— ¿Conoces a Chuky? — El mayor quería despejar la mente del niño.

— Si.

— En este momento eres idéntico a él. — El menor hizo una mueca de querer llorar, pero Kei lo abrazó. — Tranquilo, no hiciste nada malo, nos salvaste.

— Me hice pipí. — Dijo el menor entre lágrimas.

— No pasa nada, tal vez si yo me hubiera acabado el café que me dió Anderson, también me hubiera hecho pipí. — Kei volvió a limpiar el rostro del menor. — Sigamos.

El Misterio de su AromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora