Capítulo 6

3.3K 307 50
                                    

— ¿Qué haces aquí Akihito? — Se dirigía al pequeño que estaba escondido bajo un escritorio. La voz que usaba aquel profesor era muy suave y agradable para el niño.

El rubio sólo giró un poco su cabeza y miró los zapatos de su maestro.

— ¿Te hicieron algo tus compañeros?

Asintió con la cabeza y mostró su calzado lleno de lodo.

— Ven, vamos a limpiarlo. — Estiró su mano y ayudó al pequeño a levantarse.

Aquél pequeño Akihito estaba por cumplir 13 años.

El profesor llevó al menor a su oficina y le quitó los zapatos. — Tus calcetines también están sucios ¿Cómo pasó?

— Ellos se llevaron mi almuerzo, lo dejaron en medio de un gran charco de lodo. — El rostro de Akihito estaba rojo por llorar tanto.

— Dame sus nombres.

El rubio negó con su cabeza.

— No puedo ayudarte si no me dices sus nombres.

— No seré un soplón.

— Los niños que te molestan ¿Son Alfas?

— Si.

— Akihito ¿Ellos te han hecho algo más?

— Sólo roban mis cosas y las ponen en lugares difíciles de llegar. Me quitan mi dinero y me lanzan cosas.

— Akihito levanta la mirada cuando te estoy hablando. — Con su mano levantó el rostro del menor y lo miró fijamente. — Eres Omega y no debes dejar que ningún Alfa te toque.

— ¿Por qué?

— Los Alfas son malos y les hacen cosas muy malas a los Omegas. ¿Quieres que te cuide?

— ¿Usted es Alfa?

— No, yo soy Beta, yo jamas te hare daño…

Akihito despertó sudando frío por culpa de aquel sueño, su manos temblaban y sentía que estaba sofocandose. Se levantó, salió de la habitación, buscaba una ventana y fue hacia el balcón de la sala. Trataba de calmar su respiración con el aire fresco de la madrugada, pero era un poco difícil. Siempre se ponía así con esos sueños, odiaba tenerlos, pero siempre que hablaba del profesor, terminaba teniendo pesadillas.

[...]

Después de una noche difícil, Akihito despertó a la misma hora de siempre, fue a la cocina y puso la cafetera.

— ¿Qué haces despierto? — Preguntó el mayor mientras acomodaba los puños de su saco.

— Mi reloj biológico me hace despertar a esta hora.

Asami se acercó y pasó sus dedos por la mejilla del rubio. — Te ves cansado ¿Dormiste bien?

— No, tuve una mala noche.

— ¿Por lo que hablamos?

— Algo tiene que ver.

— ¿Por qué?

— Nada, olvidalo.

— Dime.

Akihito se alejó y fue a sentarse a uno de los bancos de la barra. — Cuando hablo del papá de Akira, tengo sueños con él.

— ¿Y tan malos son?

— No entenderias.

— Según tu dijiste que su "amor" fue real.

El Misterio de su AromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora