Capítulo 31

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4 días después.

Asami despertó, al no sentir a Akihito lo buscó con la mirada, el menor estaba dormido junto a él. Su celo ya había terminado.
Se levantó y fue al baño por agua y una toalla para limpiar al menor, también cambió las sábanas, al terminar fue al baño para bañarse y se vió al espejo, tenía barba y estaba un poco más delgado, en su pecho, espalda y brazos había rasguños y pequeñas mordidas, todas hechas por el rubio.

[...]

Salió de la habitación y al ir caminando se encontró con Akira, estaba de pie en la puerta de su habitación, el menor no se veía bien. — ¿Akira?

— Hola. — Dijo el menor con poco ánimo y aletargado.

En ese momento Asami pudo ver con detalle la gran herida en el rostro del niño. — ¿Qué tienes?

— Nada.

Asami lo tomó en brazos y bajó las escaleras con él, lo dejó en el sillón y fue a la cocina en busca de Anderson. — Anderson.

— Jefe, buenos días, veo que ya terminó.

— Me puedes decir qué pasa con Akira y porque tiene la herida descubierta.

— Lo mandé a lavarse las manos y le quité el vendaje de anoche, le dije que dejaríamos que la herida estuviera sin cubrir un rato. Y la señora Midori ha estado muy estricta con él.

— ¿En qué sentido?

Anderson no podía dejar de notar el cambio físico en Asami, estaba más delgado. — Akira tiene problemas para dormir y la señora no lo deja dormir con ella, inclusive me prohibió acompañar a Akira en la noche. Al parecer tuvo un altercado con Kirishima la noche que se quedaron en el almacén.

— ¿Qué altercado?

— Akira me comentó que tenía miedo y su abuela estaba dormida, no le hizo caso, Kirishima lo escuchó y fue a dormir con él, en su cama. En la mañana la señora los vió y enfureció, acusó a Kirishima de haberle hecho algo a Akira, pero él lo negó.

— ¿Y Kirishima? ¿Dónde está?

— En su departamento, pero no creo que el tocara a Akira de la forma en que piensan.

— Ok, cuida de Akira, iré a buscar a Kirishima, no quiero llamarle.

— ¿Está bien jefe? Digo, ha estado casi 5 días con un Omega en celo.

— Pude aguantar más días, si hubiera sido necesario. — Dijo antes de salir.

[...]

Asami llegó al edificio donde vivía Kirishima, no entendía porque seguía viviendo en un lugar tan viejo, ganaba bien, no tenía compromisos, podía pagar algo mejor.

Tocó a la puerta y un chico abrió.

— ¿Si?

— ¿Aun vive aquí Kirishima?

— Si, espere ¡Kei te hablan!

Kirishima salió de su habitación, sólo tenía puesto un pantalón deportivo. — ¿Quién es? — Dijo con fastidio, pero dirigió su mirada a la puerta. — Jefe.

— ¿Interrumpo algo?

— No, claro que no.

El chico se dió cuenta de la atmósfera. — Yo tengo que salir, te veo más tarde Kei.

Asami esperó a que el menor se fuera. — No sabia que tenias pareja.

— No es mi pareja, es mi vecino, pero me ha estado ayudando ¿Pasó algo jefe?

El Misterio de su AromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora