Mikhail despertó a la mañana siguiente, aquel sabor a hierro en la boca lo hizo levantarse asustado. — ¿Fei? — Dijo con dificultad por las heridas en su boca.
Sasha se acercó. — ¿Cómo se siente?
— ¿Dónde está Fei?
— En su habitación.
— Tengo que verlo.
— No es recomendable que lo vea así, primero tome un baño.
— ¿Qué le hice?
— Le mordió la espalda, brazos y manos.
El rubio se levantó y se encerró en el baño.
Sasha se quedó esperando a que su jefe saliera de bañarse, le llevó ropa y la puso en la cama.
A los pocos minutos salió Mikhail, se vistió y salió de prisa hacia la recamara de Fei. Entró sin tocar, aún era muy temprano, la habitación estaba oscura y el Omega seguía dormido. El rubio encendió una pequeña lámpara y pudo ver las vendas en los brazos de Fei. Mikhail se arrodilló en el suelo y puso su cabeza sobre la cama. — Lo siento tanto.
Fei pudo sentir el movimiento y escuchó la voz del rubio. — ¿Mikhail?
— Cariño, lo siento tanto.
— ¿Cómo estás? ¿Te sientes bien? — Tus labios...
— ¿Yo? Tu eres el que no está bien, mirate.
— Son unas cuantas heridas, nada grave. Dime que te hiciste en la boca, hablas raro.
— Creo que me mordí antes de morderte a ti. ¿Te asusté?
— Mentiría si te digo que no, pero jamás te había visto así.
— Por eso jamás te he dejado verme así, sabía que haría una idiotez.
— Eso es parte de tu personalidad.
— Sigo haciéndote daño sin pensarlo.
— Ven aquí. — El rubio subió a la cama y se recostó junto a Fei, lo abrazó y acomodó su cabeza en el pecho del Omega. — Debiste decírmelo.
— Lo se, pero pensé que tal vez no me ibas a creer.
— ¿Por qué no lo haría?
— Pensarías que sólo era una escusas para no hacerlo contigo en mi celo.
— Claro que no, eso ya lo pensaba.
— Pero ya viste porque no lo hacía en ese estado.
— ¿Has lastimado a alguien? Digo, aparte de mi.
— Si. Mis primeros celos fueron controlados con medicina como todos los demás, pero al cumplir 16 deje de tomar mis supresores. Asistí a una fiesta, un chico llamó mi atención.
— ¿Era atractivo? — Fei acariciaba el cabello del rubio.
— Si, alto, delgado, cabello rubio y muy largo. Me llevó a unas habitaciones que había en ese lugar, yo me sentía raro, pensaba que era el alcohol adulterado, hasta que ese chico comenzó a liberar sus feromonas, mi cuerpo perdió el control, lo ataque, él se estaba tan asustado que se resistió y le fracturé los brazos y varias costillas. Los gritos hicieron que los demás de las fiesta fueran, entre varios tuvieron que agarrarme. El chico estuvo un mes en el hospital, no quiso verme.
— Es entendible, lo asustaste.
— ¿Tu ya no quieres verme?
— ¿Eres idiota? Quiero verte siempre.
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El Misterio de su Aroma
FanfictionAsami Ryuichi un empresario Alfa de 35 años, un felino de raza grande (Puma) vivía aburrido de su vida normal, de su rutina. Una noche trabajando como de costumbre, conoció a un felino en uno de sus club's, pensaba que sòlo seria cosa de una noche...