Akira corrió al salón de juegos y se sentó en el puff, podía escuchar los pasos de Kirishima acercandose.
— Hola Akira.
— Hola. — Dijo el menor sin voltear.
— ¿Estas jugando?
— Ya no.
— Siento traerte malas noticias, mañana comienzas a ir al colegio.
— Me parece bien.
— ¿Pasa algo?
— No.
— ¿Por qué no me miras?
El menor inclinó un poco su cabeza y se giró lo suficiente para ver al mayor y que su cicatriz no fuera vista por este. — No sé de qué habla.
— Te traje tu uniforme nuevo.
— Gracias.
Kirishima se arrodilló junto al menor. — ¿Seguro que todo está bien?
— Si.
— Mírame.
— Vete.
— ¿Que?
— ¡Que te vayas, deja la bolsa ahí y vete!
— ¿Qué tienes?
— Nada, ya vete.
— Ok, mañana yo no podré llevarte al colegio, lo hará Anderson. — El menor ya no dijo nada. Kirishima se levantó y salió de la habitación, al bajar las escaleras fue a la cocina. Satoru había terminado sus deberes, tenía su celular en las manos. — Satoru.
— ¿Que?
— Le deje el uniforme nuevo a Akira, necesito que se lo mida, mañana comienza el colegio y si le queda grande, hay que arreglarlo.
— Consigueme hilos del color del uniforme y aguja, yo lo arreglaré si es necesario.
— Otra cosa.
— Dime.
— Akira está muy raro, si sabes que le pasa, dímelo.
— ¿Por que haria eso? Si le pasa algo, le diré a su madre o padre.
— Si, lo se. También quiero pedirte una disculpa, me he portado como un idiota estos días contigo.
— Es bueno que lo aceptes.
— Entonces ¿Aceptas cenar esta noche conmigo?
— ¿Que? Dijiste que sólo seríamos compañeros de trabajo.
— Si, sería una cena como amigos.
— No lo sé.
— ¿Ya tienes planes?
— Tal vez, ahora déjame hacer mi trabajo y consigue lo que te pedí. — Satoru sirvió leche y algunas galletas, las puso en una charola y fue a la habitación de Akira. — Hola, siento molestar, pero te traje algo de... — Satoru se detuvo al ver al menor limpiándose el rostro. — ¿Que pasa?
— Nada.
El mayor dejó la charola en una mesa y se arrodilló. — No frotes así tu rostro, vas a abrir tu herida. — Tomó unos pañuelos desechables de un cajón y limpió el rostro del menor con cuidado. — ¿Por qué lloras?
— El señor Kirishima ya no me quiere cuidar.
— ¿Por qué dices eso?
— Lo escuché decirle a mi mamá que no puede ver mi herida, que recuerda lo que pasó.
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El Misterio de su Aroma
FanfictionAsami Ryuichi un empresario Alfa de 35 años, un felino de raza grande (Puma) vivía aburrido de su vida normal, de su rutina. Una noche trabajando como de costumbre, conoció a un felino en uno de sus club's, pensaba que sòlo seria cosa de una noche...