Capítulo 15

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La cena siguió, era hora del postre y al rubio le sirvieron un plato con una copa de chocolate y nieve de fresa.

— Todo lo que pediste para la cena ha sido delicioso. — Mencionó el menor con una gran sonrisa.

— Que bueno que te guste. Tengo algo más para ti. — De su bolsillo sacó una cajita negra y la puso en la mesa.

La caja era demasiado obvia. — ¿Es un anillo? Eso es antes del matrimonio.

— Primero ábrela.

El rubio la tomó y abrió, eran dos argollas de matrimonio. — ¿Argollas?

— ¿Te gustan?

— Son muy lindas.

— Son las que usaron mis padres al casarse.

Akihito de inmediato cerró la caja y la puso de nuevo en la mesa. — No puedo aceptar algo con un valor sentimental tan grande, aparte todo esto es una farsa.

— Y si te digo que después de que todo se arregle, quiero seguir casado contigo.

El rubio no esperaba eso y sintió cómo su corazón estaba latiendo cada vez más rápido. — ¿En serio?

— Claro que si. — El mayor tomó la cajita y sacó la argolla más pequeña y tomó la mano de Akihito para ponersela. — Espero te quede, acéptala.

Akihito tomó la otra argolla y se la colocó al mayor.

El mayor se puso de pie y caminó hacia Akihito, lo agarró de la mano y lo levantó también. — Las bodas se cierran con un beso y en la mañana no lo hubo. — Akihito abrazó al mayor por el cuello y se besaron. Asami se separó un poco y saboreó sus labios. — Sabes dulce.

— Es por el helado y el chocolate ¿No te gusta? Iré a lavarme la boca.

El mayor volvió a besarlo. — No, es tu sabor natural. — Le murmuró en los labios

— ¿Mi sabor es dulce?

— Si, pero un dulce que me gusta, al igual que tu olor. — Akihito estaba muy apenado, jamás le habían dicho eso, sólo abrazó al mayor y pegó su rostro en el pecho de Asami. — ¿Quieres volver al departamento?

— Si.

Asami guardó la cajita y ambos salieron, su auto estaba afuera del lugar, había dos escoltas y otros más dentro de otro auto.
En el momento en que ambos salieron, se abrió la puerta de un auto que estaba en la acera de enfrente, los escoltas sacaron sus armas y le apuntaron. Asami se puso enfrente de Akihito para cubrirlo.

Un chico de pequeña estatura se acercó con las manos en alto. — Apenas voy llegando ¿Y así me reciben?

— ¿Riku?

El chico bajó sus manos y encendió un cigarrillo. — Tanto tiempo Asami.

— ¿Has vuelto por lo de tu padre?

— Si y no, supe que fue por tu pareja la que causó todo este problema.

— Fue tu hermano.

— Disculpalo, el idiota nunca pensó bien.

— ¿Que quieres?

— Sabes que soy el miembro menos querido de los Fujita, el Omega bastardo entre Alfas, vine a ofrecerte mi ayuda, se que no puedo hacer mucho, pero de algo puedo ayudar.

Akihito quería ver, así que empujó al mayor. — ¿Quien es?

Riku se acercó. — ¿Es él? Oye diles a tus hombres que bajen sus armas, comienzan a ponerme nervioso.

El Misterio de su AromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora