Capítulo 33

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Akihito estaba descansando en su habitación cuando tocaron a la puerta.

— Adelante. — Gritó el rubio.

Su madre entró con una maleta en la mano. — Ya me voy.

— ¿A dónde irás?

— Regresaré a Aichi.

— Pero la casa está rentada.

— Ya veré que hago, sólo vine a despedirme.

— Mamá...

— Tarde o temprano tenía que pasar, ya lo sabía, siempre has sido atractivo, era cuestión de tiempo que encontraras pareja, pero jamás pensé que sería un mafioso, alguien que te pone en riesgo.

— Mamá, se que la vida que lleva Asami, es peligrosa, pero él realmente me gusta y me siento tranquilo al estar a su lado, tal vez me enamore...

— ¿En menos de un mes? Esto no es un cuento de hadas. Mirá a Akira, está desfigurado.

— No he visto lo que hay debajo de los parches en su rostro, pero sé que Asami hará algo para cambiarlo.

— Estás cegado por ese hombre, él debe de estar usando sus feromonas en ti y te hace ver las cosas de otra forma.

— Mamá, Asami no está usando nada, si así fuera, desde un principio las hubiera usado, cuando lo rechacé.

— Es todo Akihito, me voy. Alfas y Omegas, no piensan por ustedes mismos, son manejados por instintos primitivos.

El rubio caminó hacia su madre y la abrazó. — Te amo mamá, esta casa siempre tendrá las puertas abiertas para ti, usa el dinero que teníamos ahorrado, yo perdí la tarjeta, pero tu eres la dueña de la cuenta, puedes sacar un repuesto. Háblame cuando llegues. — Por último le dió un beso en la frente.

Midori salió de la habitación y Anderson entró. — Joven Akihito, el médico ya llegó.

El rubio frotó sus ojos para quitar las lágrimas contenidas. — Hazlo pasar.

El doctor entró y Anderson los dejó a solas.

— ¿Cómo has estado Akihito?

— Bien.

— Te haré preguntas de rutina y un chequeo general, dime si algo te duele o algún malestar que tengas.

— Me duele el cuerpo. — Dijo riendo.

— ¿Cuándo comenzó tu celo?

— Hace 5 días.

— ¿Cuando terminó?

— Hoy en la madrugada.

— ¿Has tenido sangrado?

— No ¿Por qué lo tendría?

— Algunos Alfas pierden la razón cuando el Omega tiene un celo muy concentrado, a veces terminan dañando mucho al Omega.

— Me duele el vientre ¿Es malo?

— Recuestate sobre la cama y descubre tu vientre. — El rubio obedeció y el médico comenzó a revisarlo. — No estás inflamado, me imagino que hubo nudo.

— Asami dijo qué si, muchas veces.

— Ese debe de ser el motivo del dolor. Cubrete. — El médico fue hacia su maletín y sacó varias medicinas. — Te dejaré medicina para el dolor, tus nuevos supresores y ¿Has pensado en la inyección de emergencia para detener un posible embarazo?

— Asami me dijo, pero no se que decidir.

— Cómo médico te recomiendo que esperes, un embarazo en este momento sería peligroso para tu cuerpo que estuvo sometido a supresores por tantos años, también sería riesgoso para el desarrollo del feto.

El Misterio de su AromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora