Capítulo 27

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Llegaron a casa y el primero en bajar del auto fue Fei, entró a la casa sin decir nada. Mikhail tomó la bolsa con medicinas y entró, pero no fue detrás de Fei, se dirigió a la cocina.

— ¿Dónde estaban? — Preguntó Yoh.

— Tu jefe tenía cita con el médico.

— ¿Todo está bien con él?

— ¿Por qué no vas y le preguntas? O sabés qué, mejor sube a su habitación y trata de seducirlo, anda caliente, tal vez a ti te acepte, eres Beta y seguramente su cuerpo no te va a rechazar.

— ¿Qué diablos dices?

— No quiere estar conmigo, me odia, sera mejor que regrese a Rusia, y tú toma la oportunidad de follartelo.

— No supiste atersorarlo y ahora te haces el ofendido. — Yoh salió de la cocina y subió a la habitación principal. — ¿Feilong?

— Me estoy bañando. — Gritó.

Yoh entró al baño, Fei estaba recostado en la tina con una toalla húmeda en el rostro. — ¿Se siente bien?

— No.

— ¿Peleó con Mikhail?

— Soy una persona que no olvida rápido y a pesar de todo lo que él está haciendo, cada que lo veo, esa imagen de él con esas personas viene a mi mente.

Yoh se sentó en la orilla de la tina. — Es normal, una infidelidad no se olvida.

— Ya no se si tomarlo como infidelidad o no.

— Si él lo intentó una vez, lo volverá a hacer.

— Ya no se que hacer.

— ¿Y si deja que se regrese a Rusia?

— No puedo estar alejado de él, hace un momento quise abandonarlo en un almacén y al estar a unos metros, me sentí sofocado, lo necesitaba.

Yoh le quitó la toalla de la cara. — Todo está en su cabeza. — Sus dedos recorrieron de la frente hasta el menton de Fei. — Sólo necesita quien lo remplace. — se fue acercando poco a poco y sus dedos fueron bajando por el cuello de Fei hasta su pecho.

Al sentir los dedos de Yoh en su pezón, Fei le dió un puñetazo en la mejilla. — ¿Qué diablos pretendes?

La fuerza de Fei no era mucha, así que sólo hizo que Yoh retrocediera un poco. — Acepte que nunca lo olvidará si no esta con alguien más.

— ¿Y tú eres ese alguien más?

— Tal vez.

Fei se puso de pie. — Sólo una vez he me he acostado contigo y fue por que estaba en celo. Fue antes de Mikhail y te dije que no volvería a pasar.

— ¿Por qué no?

— Porqué amo a Mikhail, me duele decirlo, pero todo lo que soy le pertenece y no puedo olvidarlo así como así.

— ¿Todo lo que es? Siempre pregonó que nunca dejaría que sus instintos como Omega le ganaran, decía que no sería débil ante cualquier Alfa y mírese como está ahora. — Yoh arregló su traje, se levantó, salió del baño y la habitación. En el momento en que Yoh salió, Mikhail salió de un pasillo y entró a la habitación. Estaba decidido, agarró una maleta y comenzó a guardar su ropa.

— ¿Qué haces?

— Me voy Fei, regreso a Rusia.

— No puedes hacerlo.

— No, lo que no puedo, es estar aquí, siento que cada día me odias más y no puedo con eso Fei, hace un momento quise hacerte el amor, pero tus ojos reflejaban odio, furia. Yo no quiero eso.

El Misterio de su AromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora