Seokjin recibirá dieciséis rosas en San Valentín, pero antes, seis chicos se enamorarán perdidamente de él. ¿Quién será aceptado?
Historia detrás de las dieciséis rosas que recibió Jin en San Valentín, en una preparatoria para varones. Específicame...
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Maratón 6/6
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Avanza pateando las pocas piedras que encuentra en el camino, no puede creer la mala suerte que tiene. De hecho, tal vez un poco sí. Por eso pudo resignarse tras llegar a casa bastante tarde, haberse saltado el entrenamiento que tenía y bueno, reír sólo un poco pensando qué habrá hecho el equipo con él y Suga ausentes.
Pero imaginarse la graciosa situación con un entrenador molesto y sus compañeros preocupados no le animó en absoluto. De hecho, ni siquiera llegar a casa lo hizo porque estuvo como una hora esperando desde la ventana de la habitación de su hermano, que era la que daba directamente a la acera principal, a que su vecino apareciera. Pero nada. Y es más, ni siquiera salir con la vaga esperanza de encontrárselo por ahí, ha ayudado.
Jimin se coloca la capucha y actuaría como en el colegio, estaría tranquilo nada más mostrando su preocupación con muecas disimuladas mientras busca a Seokjin, pero para este punto lo único que experimenta es pura frustración.
A lo mejor suma a su incomodidad que el caminar por el vecindario todo cabizbajo con una rosa en la mano esté llamando la atención de las personas por ahí afuera, pero ah, no pueden decir que le conocen así que se encoge de hombros.
Lo importante es saber qué ha pasado con Jin. Porque... Se supone que su turno era antes de Yoongi, pero de hecho, desde la salida ni volvió a verlo.
Niega con la cabeza varias veces tratando de sacar las suposiciones negativas de su mente, como si con esa acción fuera posible. Nada puede evitar que siga haciendo teorías sobre cómo Jin pudo aceptar a alguien en ese corto período de tiempo y ahora esté en una especie de cita o... Que haya regresado a casa discretamente para no encontrarse con él, o que siga perdido por ahí volviendo a casa a pie con alguien más.
Puede controlar que no se le ocurran opciones desastrosas y más negativas, porque sería llamar a que esas situaciones pasaran realmente y no, si llegara a sucederle algo a Jin, no sabe qué haría.
—Pero no está por ningún lado...
Murmura bajito, encontrándose en su campo de visión la imagen de su pequeña mano, como todos la llaman, sosteniendo la rosa roja que preparó desde la mañana.
