Seokjin recibirá dieciséis rosas en San Valentín, pero antes, seis chicos se enamorarán perdidamente de él. ¿Quién será aceptado?
Historia detrás de las dieciséis rosas que recibió Jin en San Valentín, en una preparatoria para varones. Específicame...
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— Segunda Parte —
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Jimin ladea la cabeza haciendo tronar su cuello, se agacha y coloca ambas manos en sus muslos para moverse y tronar así también su espalda. Sonríe contento porque siente la mirada de Jin encima de él y sinceramente, nunca le había causado tanta satisfacción el simple hecho de ser el centro de atención para una persona. Pero a la vez cierto nerviosismo, un cosquilleo permanente que crece desde su interior y se extiende poco a poco.
Vuelve a enderezarse y estira los brazos para que estos suenen también. Que sienta todo eso no quiere decir que deba mostrarlo, no por el momento. Prefiere dar otra imagen.
Sí, es un chico muy rudo.
Que Seokjin le vea, él es genial.
—Oh, Jimin-ah. —Seokjin se cubre la boca con las manos, Park le ve de reojo y quiere alardear más pensando que el gesto es por la sorpresa y admiración que le causa al mayor. Tan equivocado—. ¿Cómo haces eso?
Jin, divertido, imita su posición para hacer lo mismo, solo que sus huesos no suenan como los del menor. Se había cubierto la boca para no soltar ninguna risita tan típica suya, puesto que le podría haber incomodado. Y ahora hace lo mismo que él para evitar que Jimin note que estaba a punto de hacer gracia de sus acciones.
Seokjin encuentra lindo y gracioso que Park haga eso, con ese cuerpo de estatura baja pero con masa muscular y bien formado, cualquiera se quedaría observándolo embobado.
Pero no Jin, pues él conoce el rostro sonrojado y dulcemente hinchado de Park así que una imagen ruda es imposible de imprimir en su cabeza.
Claro que no.
Sin embargo, Jimin no se da cuenta. Solo ve arrogante la sonrisa gigante de su hyung mientras intenta repetir sus acciones. Cree que la mejor forma de conquistarlo es esa, queriendo mostrar algo distinto, otra faceta que en realidad... No es suya.
Está lejos de entender que si fuera solo él mismo, aunque tierno y adorable para Jin, lograría más rápido lo que desea.
Porque Jin adora las cosas tiernas y adorables, pero sobre todo, a las personas auténticas que se muestran tal cual son.
