Seokjin recibirá dieciséis rosas en San Valentín, pero antes, seis chicos se enamorarán perdidamente de él. ¿Quién será aceptado?
Historia detrás de las dieciséis rosas que recibió Jin en San Valentín, en una preparatoria para varones. Específicame...
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Maratón 4/6
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Ya más tranquilo porque pudo librarse de las preguntas de sus amigos y al mismo tiempo de las clases, Seokjin sólo espera que la sesión en el club de actuación le ayude a despejarse de todo hasta que el día llegue a su fin.
Por ahora no necesita más que una caminata tranquila hasta el taller. Se alegra en parte de haberse desecho del par que justo para esta oportunidad, se le dio por tener más interés en sus obsequios y en los acontecimientos de su día más que en cualquier otro año. Pero está bien, podrá ocuparse de ellos luego del fin de semana, porque afortunadamente podrá estar dos días en casa disfrutando de la paz que... No parece ser una opción ahora que no sólo está preocupado por todas las respuestas que le faltan, sino también por las preguntas que están por venir.
No ha dejado pasar que faltan algunos de sus dongsaengs y no sabe si ellos sienten lo mismo o no, o cuál de las alternativas es mejor.
Pero por ahora, solo debe enfocarse en andar y llegar hasta el aula fuera de los pabellones principales, donde seguramente los compañeros del club recién están reuniéndose.
Eso estaría bien, Jin se repite que sólo una vez se encuentre fuera de los muros de la institución, podrá detenerse en los sucesos que no dejan de rondar por su mente, con imágenes y recuerdos perfectos de cada segundo que pasó en este extraño estado ofuscado. Y pensar que lo vieron así, con la capacidad del habla perdida y todo torpe sin ser capaz de mover un músculo.
Niega con la cabeza, porque vamos, seguir ahondando en eso no hará que mejore. Se golpea levemente las mejillas, optado por ver a otro lado, está al aire libre, puede sentirse más liviano y eso definitivamente debe ser una ayuda para hacer que su pulso se estabilice otra vez.
Mueve la cabeza en todas direcciones, buscando una distracción fácil, lo que sea.
Entonces divisa al profesor Isaac caminando por un sendero cruzado con el suyo, no muy lejos, con una canasta de mimbre en los brazos y su habitual gesto tranquilo casi sonriente. Jin suspira, le habría venido bien poder ir al invernadero a estar con las plantas en lugar de someterse a estar de nuevo con más compañeros, si tan solo ese club no hubiera cerrado.
