Parte II. Capítulo 18. Incertidumbre

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PDV Shin

"Me escapé"

A pesar de que siempre he actuado como alguien genial, esta vez terminé escapando de mis propios pensamientos, pero no importa que tan lejos corra, al final no dejan de perseguirme.

Habían pasado diez días desde que llegué aquí, tratando de alejarme de todo y encontrar un poco de tranquilidad. Todo comenzó aquél día, cuando fui convocado a una reunión con los ejecutivos de la revista. Al inicio ese día empezó como cualquier otra reunión, todos los directores de los diferentes departamentos nos reuníamos antes del periodo de impresión para evaluar el estado de la revista y las estrategias que usaríamos para las ventas del nuevo número.

Era una reunión aburrida, pero ya estaba acostumbrado a estar sentado durante varias horas escuchando a los otros directores quejase de todo, yo era el más joven entre ellos, por lo que nuestras ideas casi siempre eran opuestas, así que prefería mantenerme al margen de todo y solo interfería cuando se trataba de mi equipo. Al menos en esta ocasión tenía algo con que distraerme mientras avanzaba la reunión: mis pensamientos sobre Kao.

Tomé mi móvil y comencé a vagar en la galería de fotografías, en estos días que habíamos pasado más tiempo juntos había logrado tomar varías imágenes de nosotros, incluso tenía una foto en la que estábamos rodeados de sus amigos, la había conseguido el día que fui al departamento de Kao y me colé en su momento de confesión. En todas las imágenes él había sonreído ampliamente, por lo que podría pasarme horas mirándolas.

Cuando la reunión terminó, el haberme pasado la mitad de ella mirando las fotos y pensando en Kao, había ocasionado que lo extrañara. Estaba planeando salir corriendo y volver a la oficina de inmediato para verlo cuando mi jefe, el presidente de la revista, pidió hablar conmigo:

-Sr. Laedeke – me habló con tono formal - ¿Tiene asuntos pendientes en la revista?

-Por favor Sr. Tawan, llámeme Shin – le repetí por millonésima vez con un falso estremecimiento – Que me llamen por mi apellido me hace sentir viejo

-Está bien – él se relajó un poco – Entonces, ¿estás ocupado Shin?

-No, por ahora todo está tranquilo en la oficina – Respondí con cautela por si era alguna trampa para evaluar mi desempeño - ¿Por qué?

-Me gustaría comer contigo – me sorprendí un poco – Hay algunos asuntos que me gustaría discutir.

-Por supuesto, señor. Estaré encantado de comer con usted.

"Mentira" lo que más quería en ese momento era zafarme de esta gente y correr a los brazos de Kao, pero al parecer aun tendría que esperar un poco para cumplir mis deseos. "¿Me pregunto si él también me extrañara?" saqué el móvil una vez más y envié un mensaje para informarle que no iría a la oficina en todo el día, y añadí una invitación a cenar. Su respuesta fue inmediata y afirmativa, lo que colocó una sonrisa en mi rostro.

Conduje hacia el restaurante que mi jefe me había indicado, con la esperanza de que la conversación no se alargara. Él insistió en que primero comiéramos y después habláramos de trabajo, así que pasé por lo menos una hora viendo como ese hombre viejo consumía sus alimentos. Estaba comenzando a impacientarme cuando él por fin habló:

-Me gustaría pedir tu opinión respecto a un asunto – hablaba con demasiada teatralidad – Como sabes, poseo otra revista en una ciudad un poco lejos de aquí, sin embargo, esta no funciona tan bien como la de aquí, por lo que quisiera que revisaras el plan de trabajo y me dieras tu opinión.

Al decir esto se dirigió a su secretario que estaba sentado con nosotros, el aludido sacó una carpeta de documentos de un portafolio que descansaba sobre el piso y me lo entregó. Estaba muy sorprendido de que me estuviera haciendo esa petición, pero aun así tomé la carpeta y la abrí. Comencé a hacer una revisión rápida de los documentos que me había entregado, estaban muy bien elaborados por lo que pude leerlos en poco tiempo. Aunque me ponía nervioso que el jefe no quitara sus ojos de mí mientras los leía. Cuando terminé, cerré la carpeta y la coloqué sobre la mesa:

=Dos extraños=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora