Parte II. Capítulo 11. Déjà vu

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Nos separamos el uno del otro sobresaltados, con la respiración agitada y con una expresión como si hubiéramos sido descubiertos haciendo algo malo. Shin me miró, nunca antes lo había visto tan confundido como en ese momento. El timbre de la puerta volvió a sonar y él suspiró en señal de rendición:

-Te juro que si no fuera por que en verdad necesitas comer algo en este momento, jamás abriría esa puerta.

Se levantó del sofá colocándose bien la ropa, mientras que yo me incorporaba y me sentaba. Tomó su cartera que estaba sobre la mesa de centro y camino a abrir la puerta. Mientras él intercambiaba unas palabras con el repartidor, tuve algunos segundos para pensar en lo que acababa de pasar. "Definitivamente esto fue totalmente excitante" pensé.

Aun podía sentir el calor del abrazo de Shin alrededor de mi cuerpo, su aroma envolviéndome, la sensación de sus labios sobre mi cuerpo y por supuesto el sabor de sus besos permanecía en mi boca. Toqué mis labios inconscientemente mientras sonreía. "Entonces así es como se debe de sentir", no quería, pero no pude evitar comparar este momento con lo que había pasado hace unos días y sin ninguna duda, lo había sobrepasado con creces.

Cuando escuché la puerta del apartamento cerrarse, el sonido me sacó de mis pensamientos, alejé mi mano de mis labios y trate de actuar con la mayor normalidad posible. Shin colocó la pizza sobre la mesa de centro y camino hacia la cocina sin mirarme, pude escuchar el sonido de platos moviéndose y un poco más de alboroto proveniente de ese lugar.

Volvió unos minutos después con todo lo necesario para que pudiéramos comer, se sentó a mi lado y extendió su mano para darme un plato, al momento de tomarlo nuestros dedos se rozaron, causando que otra corriente eléctrica me recorriera por completo.

-¡Maldición! – Dijo de repente y me sobresalte – No sabes como odio a ese repartidor.

-Yo también – dije en un susurro – Vamos a comer, en verdad tengo hambre.

-¿Hambre de comida? – Por fin volvió a mirarme, yo me reí.

-Si Shin, hambre de comida. Me desmayé hace un rato lo recuerdas – dije mientras señalaba la pizza.

Shin suspiró y mientras se encogía de hombros me alcanzó una rebanada. Poco a poco el buen humor comenzó a volver entre nosotros, aun estaba sorprendido por lo que había pasado, pero me sentía aliviado de que no fuera incómodo para los dos.

Al terminar la pizza, el cielo fuera comenzaba a oscurecerse, era momento de volver a casa. Volví a la habitación de Shin para buscar mis cosas, entre ellas mi celular. Solo en ese momento recordé que había una persona que me recogía todos los días en la revista y que debía estar muy desconcertado por mi ausencia.

Tomé mi móvil alarmado preparado para encontrar un montón de llamadas pérdidas, pero para mi buena suerte, solo había algunos mensajes:

~MoonLight: Esta tarde tengo que prepararme para un juicio importante, no podré recogerte.

~MoonLight: Llámame cuando llegues a casa.

Cerré el mensaje, no era el momento adecuado para hablar con él, ya lo haría cuando estuviera en casa. También tenía algunos mensajes de mis amigos, empezando por Trix:

~T.F.K: Me contaron lo que pasó hoy en la oficina ¿Cómo te sientes ahora? Espero que Shin esté cuidando bien de ti.

Después estaban Yihwa y Ram:

~LittleDuck: Shin me llamó, dijo que te desmayaste y que cuidaría de ti. Pero estoy preocupada, por favor cuando puedas avísame como estás.

=Dos extraños=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora