Parte II. Capítulo 9. Error 404

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Ni siquiera paré un poco a pensar que Moon acababa de decirme que me amaba, esas palabras que siete años antes habría saltado de emoción por escucharlas. Sin embargo, en este momento mi mente estaba tratando de luchar con el alcohol para encontrar una forma de apaciguar el enojo de la persona que tenía frente a mí:

-No sé a que te refieres – fingí inocencia - ¿Cuál actitud?

-Desde volví a tu vida te has comportado frío y distante conmigo, al principio lo soporté por que sabía que tenía que ganarme tu confianza otra vez – su voz se escuchaba desesperada- Pensé que cuando volviéramos a estar juntos tu volverías a ser el mismo chico lindo de antes, pero no...

-Tienes que entender – lo interrumpí – que no soy la misma persona que conociste. He cambiado Moon, sí, ahora soy más frío y distante, pero eso no significa que no me importes.

-¡Pues no lo parece! – El volumen de su voz se volvió a elevar – ¡Me dejaste plantado en mi cumpleaños!

-No era mi intención – hablé con calma – Pensaba ir al bar y después de un rato excusarme para ir contigo, pero no pude escapar. Después bebí demasiado y perdí la noción de todo.

-¿Y por qué no me llamaste? Podrías haberme avisado

-Shin me quitó el teléfono – improvisé rápidamente "Lo siento Shin" – No quería que me escapara.

-Shin, Shin, Shin.... ¡Siempre Shin!

-Lo siento – traté de no reírme por su arrebato – No era mi intención lastimarte.

Habíamos permanecido a cierta distancia uno del otro mientras hablábamos, me daba miedo que si me acercaba a él fuera contraproducente por el estado en el que se encontraba. Después de unos minutos me di cuenta que comenzaba a relajarse, por lo que poco a poco me acerqué. Primero tomé su mano, él me miró brevemente para luego desviar la mirada hacia el piso, lucía como un niño pequeño después de hacer una rabieta.

Sonreí, el alcohol que aun quedaba en mi sistema me hacía creer que esa reacción era demasiado linda. Me acerqué un poco más sin soltar su mano. Él trató de alejarse un paso de mí, pero de inmediato volví a acortar la distancia entre nosotros. Despacio, en mi cabeza comenzó a surgir una idea que podría ayudarme a calmar toda esta situación. Moon se veía como un niño pequeño que buscaba atención y cariño, así que la mejor manera de calmar su mal humor, era dándole eso que buscaba.

-Ya perdóname – acaricié su mejilla con mi otra mano.

-No lo sé Kao, ahora eres tan poco expresivo que no tengo manera de saber que es lo que está pasando por tu cabeza-

-Siempre puedes preguntarme – me encogí de hombros.

-Entonces, ¿Qué pasa por tu cabeza en este momento?

Me miró a los ojos, podía ver tristeza en ellos. Esa mirada dividió mi interior en dos, una parte de mi estaba feliz de que el plan hubiera funcionado tan bien, mientras que la otra parte (dominada por mi estado de ebriedad) creía que este hombre frente a mi era demasiado lindo:

-Lo que tengo en mi cabeza – hablé lentamente – es esto...

Tomé su cara entre mis manos y me estiré para alcanzar su altura, aunque ambos habíamos crecido en estos años, él seguía siendo ligeramente más alto que yo. Lo miré a los ojos una vez que estuvimos al mismo nivel y sin pensármelo dos veces lo besé.

El contacto de nuestros labios fue suave al principio, pude notar que Moon estaba un poco sorprendido, pues era la primera vez que yo tomaba la iniciativa en el contacto. Sin embargo, rápidamente se recuperó de la sorpresa y envolvió mi cintura con sus manos. Por mí parte lancé mis brazos a su cuello y me dejé arrastrar por la calidez de sus labios.

=Dos extraños=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora