Capítulo 22. La otra cara de la historia pt. 2

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PDV Moon

Los días siguientes a mi último encuentro con Kao los pasé como viviera de forma automática. Me levantaba todos los días para ir a la escuela, fingir con todos que todo estaba bien y tratar de concentrarme en clases. Al terminar mi día escolar, volvía a casa a segur escuchando a mi madre hablar mal de mi padre todos los días. Estaba cansado de su discurso, pero no importaba lo que le dijera, ella seguía convencida de que mi padre era la peor persona del mundo.

Las vacaciones llegaron pronto y con ellas se fue mi único escape de los problemas, al menos durante las clases podía descansar de la situación en mi casa. Ahora solo podía salir de vez en cuando usando como excusa a mi novia, pues mi madre estaba tan feliz de que los rumores de su hijo no fueran ciertos que incluso ella me animaba todo el tiempo para salir con Kiew. Aunque la verdad era que estar con ella me hacía pensar en Kao, trayendo de nuevo ese vacío que me provocaba recordar su mirada fría de la última vez.

A veces no podía evitar preguntarme que estaría haciendo, ¿seguiría con el chico que me había encontrado en su casa la última vez? Con lo que sucedió en su casa aquella noche pude darme cuenta de que eran cercanos, por lo que estaba seguro de que se conocían de mucho tiempo. Recuerdo vagamente que en alguna ocasión él me habló de un amigo de su infancia, ahora que tenía la mente más tranquila y mi enojo no estaba nublando mi juicio, empecé a sospechar que se trataba de esa persona.

Me arrepentía de haber actuado así, pero por alguna razón que aun desconozco siempre me resulta difícil controlar mis emociones cuando se trata de Kao. En verdad no quiero pensar en él, pues solo hace más difíciles las cosas para mí, pero no importa lo que haga, no puedo escapar de él.

El último fin de semana de las vacaciones mí madre me pidió que fuera al centro comercial a comprar algunas cosas que hacían falta en casa, al principio no tenía ganas de salir pues era mi último descanso antes de regresar a clases, sin embargo una llamada de mi padre para hablar sobre el divorcio me dio la suficiente motivación para salir huyendo de casa, al menos por unas horas.

Llegué al centro comercial cerca del medio día, el calor a esta hora era un poco insoportable, pero al pasar por las puertas el aire acondicionado ayudaba a mejorar la situación. Estaba pensando en donde podía encontrar las cosas que mi madre me había pedido cuando no muy lejos de donde yo estaba parado vi una figura que me era muy familiar. Hace mucho tiempo que no lo veía, creo que por esta razón mi corazón dio un vuelco al ver su cara, un poco enrojecida por el calor del día.

Se veía muy bien, no estaba usando la típica ropa que uno utiliza para hacer compras, por lo que intuí que era muy probable que fuera a reunirse con alguien. Antes de que pudiera pensarlo, mis pies comenzaron a caminar en su dirección:

-Hola Kao

-Moon...- su voz se escuchaba extrañamente apagada.

-¿Cómo has estado?, hace mucho que no nos vemos.

- Y así deberíamos seguir

Su voz era igual de fría que aquella noche después de la fiesta, después de decir esto se giró con la intención de irse, pero yo no estaba dispuesto a dejarlo ir tan fácilmente. Lo tomé por el brazo para impedirle que se fuera y el gesto en su cara me hizo saber que había utilizado demasiada fuerza.

Traté de convencerlo de que habláramos, pero el seguía insistiendo que no tenía nada que hablar conmigo. Le supliqué que me diera solo cinco minutos, no sabía muy bien que era lo que le iba a decir, por el momento solo estaba tratando de ganar tiempo para poder hablar con él. Al final su negativa me hizo decir apresuradamente lo que tenía en mi mente:

-Yo quiero que seamos amigos.

-¿¡QUÉ!? ¿Amigos? Debes estar bromeando...

Su risa era amarga y me lastimó escucharlo reír así, cuando yo estaba siendo totalmente sincero con él. Traté de hablarle desde mi corazón, en verdad pensaba que Kao y yo teníamos una conexión especial. Siempre que estaba con él me sentía como yo mismo, podíamos hablar de todo y él nunca me juzgaba por más estúpido que pudiera ser. No quería perder eso, lo necesitaba a mi lado.

=Dos extraños=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora