Los ojos del demonio | Libro I | ⎷

8

Reece tiene problemas de alimentación

Severos.

¿Qué cómo había pasado la noche? Bueno, les cuento.

Cada vez que cerraba los ojos, lo único que podía ver eran los horrorosos ojos de Reece y Callum.

No miento, hasta salte en la cama varías veces del susto.

Pero lo peor no fue eso.

Lo peor fue cuando tuve una pesadilla que me espantó el sueño por el resto de la noche.

¿Adivinan el protagonista de la pesadilla?

Bueno, si pensaste en unos ojos rojos como la sangre que no muestran nada más que odio y desprecio, adivinaste.

La verdad es que Owen me había dejado lo más perturbada, aún más después de haberme atacado de aquella manera. Callum estaba hechando fuego cuando sucedió, Reece me contó que ellos suelen pelearse mucho y que gracias al ataque de Owen probablemente hoy acaben peleando.

Callum se dedico a llevarme a su habitación después de cenar.

El se decidió por dormir en otra habitación, una bastante alejada de la mía. Según el para mantener distancia y dejarme asimilar todo.

Su habitación estaba en la otra parte de la casa, literalmente.

No había podido hablar bien con Marinne. Aquella chica que me había preparado la cena era la que podía darme respuestas y hacerme entender todo.

Pero eso se quedaría para después.

Porque ahora lo único que hacía era mirar por la ventana con aburrimiento.

Miré el reloj de la mesita de noche con desesperación, todavía eran las cinco de la madrugada y yo no podía pegar ni un ojo.

Así que decidí hacer lo que cualquier protagonista estúpida y suicida haría...

Irme a caminar por la mansión.

De las habitaciones llegue a la cocina, de la cocina pase a la sala de estar y justo cuando estaba lista para irme de nuevo a la cama algo me detuvo. Había una puerta abierta a lo lejos dejando ver el pasto y la oscura noche.

No me aguante y me dirigí allí.

Repase con la mirada el lugar. No era un sitio feo y no era mejor que el resto de la mansión. Era muy lindo todo. Había árboles frutales por doquier, tenían flores porque ya estaban en su mejor momento. Había un pequeño tablado de madera con algunos asientos rústicos y una tela blanca simulando una cortina.

Era lo más adorable todo.

Hasta que vi una gota de sangre caer en frente mío cortándome la respiración.

Lo primero que pensé fue que si Reece era un caníbal así igual podrían serlo los demás que vivan aquí.

Hasta el mismísimo Owen por igual.

No fue hasta que escuche unos ruidos extraños que quise voltearme y regresar. Se escuchaba como si estuviesen partiendo pedasos de pollo. Y no solo eso, se escuchaba como si hubiese alguien masticando de manera abrupta y sin pudor alguno.