¿Por qué preguntas por el?
La mañana siguiente fue más relajada que la anterior.
Luego de haber estado desmayada durante catorce días todo había dado un giro bastante raro aquí.
Callum se la vivía detrás mío, básicamente estábamos juntos el día entero y cuando no lo estaba era porque tenía unos asuntos que atender.
Palabras de el no mías.
Owen ha dejado un poco esa actitud tenebrosa y amenazante. Aunque seguía gruñendo por cualquier cosa y matándote con la vista.
Se preguntarán, ¿Y Reece?
Bueno, lo mismo me preguntaba yo.
Desde lo de el incidente del ataque no lo vi más, no al menos de cerca.
Marina me contó que había dejado de venir tanto a la casa. Según lo que ella había mencionado, Reece era el único de los hermanos de la familia que vivía solo. Inclusive Owen seguía viviendo aquí siendo el mayor. Lo que pude entender era que los padre de los chicos vivían en otro lugar, uno hasta más lujoso que este. Al tener a Callum y Reece, dos chicos en "plena" adolescencia pues deben tener una figura madura ahí para controlarlos.
Ahí es donde el entra Owen.
Según Marina el es el que manda en la casa, el macho Alfa de la manada.
Reece era el del medio, por lo que, aunque podía hacer lo que quisiese aún tenía que obedecer a Owen.
Callum era el menor, así que estaría aquí por un buen tiempo.
En fin, Reece compro un apartamento a escondidas de sus padres. Y ahí era donde iba cuando se hartaba de sus hermanos.
O cuando quería hacer algo libremente...
—¿En que piensas? —interrumpió mis pensamientos Marina viéndome.
—En Reece, no lo he visto hacen...
—Ya van dos semanas —termino Marina por mi viéndome preocupada—. ¿Crees que le haya pasado algo? Reece jamás se ha ido por tanto.
—¿No?
—No —negó ella viendo su taza humeante de café—, Siempre dejaba una nota o me decía a mi que se iría por un tiempo. Siempre era unos días y hasta una semana, no más de eso.
—¿De qué hablan? —interrumpió Callum entrando a la cocina. Tenía el cabello mojado dejándolo caer por su frente y molestarle un poco en los ojos. Parecía recién bañado, llevaba una camiseta sin mangas negra y unos pantalones de chándal—. Uy, ¿Y ese silencio? ¿Planean huir de aquí y dejarnos solos? —bromeó.
—Hablábamos de Reece.
—¿Ah si? —arrugó el entrecejo—. ¿Y eso?
—No ha venido a casa. No desde el ataque.
—Es normal, tiene remordimiento —le restó importancia sentándose a mi lado.

ESTÁS LEYENDO
Los ojos del demonio | Libro I | ⎷
FantasiLa fantasía es eso que todos adoramos. ¿Por qué? Bueno, es sencillo. La fantasía nos permite ver algo más allá de nuestra realidad. Crear eso que nos libera, cualquier cosa, hasta la más simple situación donde distraernos y entretenernos. Maryann...