Capítulo 2

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Después de esa pequeña conversación con mi padre, se me vine a la mente un pregunta

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Después de esa pequeña conversación con mi padre, se me vine a la mente un pregunta.

¿y mi herencia?

¿Qué pasara con ella?

Y la repuesta mas concuerda seria que le quedaría a mi padre, pero. Hay un problema, no somos parientes, no tenemos la misma sangre o el mismo apellido, o algo que nos relación. Y esto es porque mis padres Elena Walker y Simón Walker dos escritores muy reconocidos murieron en un accidente automovilístico cuando yo tenia tan solo 4 años, por suerte o desgracia yo no iba en el auto. Aun recuerdo cuanto estaba en casa con Amanda, la niñera del momento y todo fue tan repentino, ella recibió una llamada, luego me puso un abrigo y después salimos a tomar un taxi que nos dirigía al hospital, 7 horas después ellos murieron y no había familiares que pudieran cuidarme. Después del entierro de ellos un oficial me explico todo lo que estaba pasando en aquel entonces, me estuvo visitando durante todo el año en el hogar del gobierno y finalmente lo nombraron mi tutor legal. Me enseño muchas cosas por la cuales le estoy muy agradecido.

Retomando las preguntas que me invaden ahora, de me ocurre otra grandiosa idea. Buscar a la mujer perfecta para los genes de mi hijo o hija. Tiene que ser perfecta.

—Señorita Evans, la necesito urgentemente en mi oficina -digo a mi secretaria mediante el citófono, que en menos de un minuto esta delante de mi escritorio con mi agenda en mano. La miro de pies a cabeza y luce espectacular llevando unos pantalones blancos ceñidos al cuerpo, los tacones del mismo color y una camisa azul oscura.

Concéntrate Ian .Desvió la mirada de su cuerpo y la dirijo a unos apuntes.

—Necesito que ponga un anuncio en donde se busque a una mujer de 25 a 28 años, rubia, de ojos azules, tez blanca, delgada, alta, de mí mismo estatus social y si cumple con estas requisitos que se presente el lunes en las horas de la mañana con los siguientes papeles: exámenes médicos al día y curriculum limpio.

—Si señor, desea algo más -responde ella terminado de apuntar no se que cosa en su libreta.

—No, ya te puedes retirar

Ella asiente y se dirige a la puerta, regalándome la imagen de sus hermosas caderas meneándose. Cuando escucho la puerta serrándose, me centro en investigar la mejores clínicas de fertilidad. Para cuando se presente la indicada.

***

—Y con eso concluimos esta reunión, fue un placer hacer negocios con ustedes -al fin acabamos esta reunión de casi 3 horas y lo mejor de esto es que fue exitosa, como siempre lo son. Me voy a mi despacho, pero en el camino no encuentro a mi secretaria en su lugar de trabajo y se me hacer muy raro ya que ella siempre se va después de las 8 de la noche y son las 6 de la tarde. Me quedo pensando en el porque se fue tan temprano sin comentarme nada, pero lo dejo pasar por que estoy un poco de buen humor, porque me espera una noche de sexo, mujeres y alcohol.

Cuando estoy en la entra del bar donde me esperan mis amigos, choco con alguien y gracias al impacto ese alguien cae a suelo soltando un quejido.

—Puede tener más cuidado – le digo a la persona que está intentándose parar, pero por lo visto esta muy borracho para ello.

—Lo...si...siento – dice una voz femenina bastante familiar, cuando me pongo a su altura me doy cuenta de que es Allison.

—Te encuentras bien? -por lo visto no, esta muy borracha, con el maquillaje corrido por sus mejillas lo que me hace saber que ha llorado.

—si...yo ehm me... tengo que ir -dice ella con voz temblorosa.

—Quieres que te acerque ha alguna parte

—Si...por favor -La ayudo a pararse y la llevo a mi auto, cuando ya estamos dentro, tomo la ruta hacia su departamento. Y lo se porque está en su curriculum.

Llegamos, la subo a su hogar, busco sus llaves en su cartera y abro su puerta, cuando estamos dentro busco su habitación y la dejo sobre su cama, al parecer ya está dormida, la cubro con su manta y me alejo para irme. Me detengo al escuchar a Allison.

—Te puedes quedar -me pregunta ella en un tono muy bajo, esperando por mi respuesta.

—Te puedes quedar -me pregunta ella en un tono muy bajo, esperando por mi respuesta

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El Heredero ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora