Capítulo 20

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Después de la grata charla con mi amigo, me fui a mi departamento, tentado a irme a un bar, pero decidí que lo mejor era quedarme en casa, lo cual es raro, pues no estoy muy acostumbrado a quedarme en casa un domingo en la noche, pero como dice el...

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Después de la grata charla con mi amigo, me fui a mi departamento, tentado a irme a un bar, pero decidí que lo mejor era quedarme en casa, lo cual es raro, pues no estoy muy acostumbrado a quedarme en casa un domingo en la noche, pero como dice el dicho, siempre hay una primera vez.

El lunes en la mañana, me permito disfrutar de mi café antes de marcarme al trabajo, esta semana va a estar pesada, pues tenemos que dejar todo a adelantado hasta la semana que viene, ya que tenemos un viaje muy importante, y es mejor no dejar nada atrasado, porque es muy desesperante llegar de un viaje y encontrase todo el trabajo acumulado.

Llegando a la empresa me encuentro otra vez a muchos periodistas en la entrada de esta, y es muy estresante que siempre estén metiéndose en la vida de los demás.

Entro con el carro por la entrada vehicular, cuando estaciono este, me dirijo al ascensor, que me lleva a la planta donde se encuentra mi oficina, y antes de ingresar a esta, noto que las pertenencias de Allison ya se encuentran en su escritorio, haciéndome saber que ya llego, me adentro en mi oficina, cerrando la puerta a mi paso, tomo asiento en mi cómoda silla, y como siempre, tomo los papeles pendientes para firmar, examinándolos cada uno antes de firmar, de repente, se escucha, unos toques en la puerta, "Adelante" digo a la persona al otro lado de la puerta, para que esta pueda ingresar.

—Señor Walker, buenos días, quería informarle que el piloto ya sabe, sobre el viaje, ahora mismo se está encargando de revisar que el jet esté capacitado para viajar—Hace una pausa, y puedo observar lo pálida que esta, se ve cansada— los papeles de las personas que van a viajar, están completos, ya confirmé la asistencia de la empresa en el evento, estaríamos viajando el sábado, por la noche —Dice eso ultimo con pesadez.

—¿Se encuentra usted bien, Señorita Evans? —Pregunto con preocupación, pues se ve mal.

—Sí señor, estoy bien —Está mintiendo eso lo sé, pues cuando lo hace, siempre toma sus manos con nerviosismo.

—Perfecto —Digo dudando si dejarla ir, o saber qué es lo que pasa— si todo está en orden, se puede retirar, si llego a ocupar algo, la llamare, muchas gracias —Digo suavemente.

—Bueno, Señor Walker, si me disculpa —Dice para después marcharse.

Tomo un gran bocado de aire, y me permito suspirar pesadamente, lo que sucedió entre ella y yo, es una cuestión de la cual no me arrepiento, lo volvería a repetir, pero me siento un poco incómodo, como si algo, muy en el fondo de mi ser, tuviera miedo, y lo sé, es raro, pero esto me está abrumando, grandes preguntas se instalan en mi mente, ¿ella si quería estar conmigo?, y si ni quería ¿Por qué no me detuvo?, ¿le hice daño?, y Dios, eso no me deja pensar con claridad, ¡JODER!, hasta ahora pienso eso, que mierda soy, ¿la lastime?.

Me deja llevar por el deseo, y ni siquiera le pregunte si ella quería eso.

Tomo el citófono que me conecta con Allison al instante.

—Señor Walker, ¿Qué se le ofrece? —Pregunta con un tono que refleja cansancio.

—Señorita Evans, ¿puede venir, porfavor, necesito hablar con usted?

—Si claro, en un segundo estoy con usted.

Dejo el citófono en su lugar, y me llevo las manos a la cara pasándolas por ella con brusquedad.

La puerta se abre, dándole paso, a una Allison, con ojeras debajo de sus preciosos ojos, aquellos que reflejan sus emociones y sentimientos, y rebela perfectamente lo pura que es su alma, su pálido rostro con expresión de cansancio extremo, me preocupa.

—Cierra la puerta, y toma asiento, porfavor —Pido con amabilidad.

Ella hace lo que le pido, y segundo después empiezo hablar.

—Allison, te voy a hacer una pregunta y quiero que la respondas, con sinceridad, ¿vale? —Pregunto un tanto inquieto.

—Si señor.

—¿Cuándo tu y yo estuvimos juntos, lo deseabas, lo querías tanto como yo? —Pregunto mirándola a los ojos, y de inmediato, su rosto expresa sorpresa absoluta tras mi pregunta.

El silencio incrementa, en toda la oficina, ya que ese miedo persiste en mí, y no tener respuesta inmediata me asusta, me levanto de mi asiento rodeando el escritorio para posarme al lado de ella recostándome levemente en el escritorio.

—Lo deseaba —Después de unos segundos de suspenso, ella responde con el tono de voz calmado, elevando la cara para mirarme directamente a los ojos.

Me permito alejarme del escritorio, para inclinarme y quedar a la altura de ella, y la necesidad de tomar sus labios con los míos, crece, tomo su rostro, con mi mano derecha acariciando levemente su mejilla.

—Eres tan hermosa —Lo digo en susurro, creyendo que ella no alcanzo a escuchar, entonces ella toma la iniciativa y une sus labios con los míos, dejándome sorprendido por unos mini segundos, pero luego respondo ese beso, con tanta pasión que es sorprendente, no sé qué tipo de brujería es esta, pero estando así con ella, me siento completo, como si todas las piezas de mi ser, estuvieran completa.

—Tú también lo eres —Dice ella contra mis labios.

El beso sigue a tal punto que, ella está sentada en el escritorio con sus piernas levemente separadas, dejando espacio suficiente para que yo este entre ella, besándola con ferocidad, bajo mi mano que estaba en su cintura, hasta sus muslos, subiendo poco a poco su falda, encontrándome en el camino con unas delicadas bragas de encaje negro, tocando sutilmente su mojado cetro, haciendo que ella suelte pequeños, jadeos que callo con mi lujurioso beso, hago a un lado, su braga, y con un dedo me permito acariciar sus pliegues con lentitud disfrutando de ese momento, que me pone duro.

—Te gusta —Le pregunto, adentrando un dedo en su interior.

—Aja...mmm —Dice ella en forma de gemido.

Continúo moviendo mi dedo en su interior, haciendo que ella se retuerza del placer, soca mi dedo de su interior, comienzo a deshacerme de su blusa, sostén, falda y bragas, dejándola totalmente desnuda para mí, y ella no se queda atrás pues también me ayuda a quitarme mis prendas.

Con el brazo libre, lanzo todas las demás cosas que estaban en mi escritorio dejando más espacio para hacer del momento el más cómodo.

Ella abre sus piernas dejándose totalmente expuesta ante mí sin pena alguna, y eso me enloquece, me separo de sus sabrosos labios, y me arrodillo lentamente quedando a la altura de su hermoso coñito, acerco mi boca y saboreo ese delicioso manjar, mi lengua recorre sus pliegues, deleitándome como si de un dulce se tratara, lentamente adentro mi lengua en su interior, y puedo escuchar como de su boca sal un gemido, continuo así por unos segundos más, y poco a poco voy dejando delicados besos, desde su vagina, hasta su boquita rosadita que me recibe con gusto, con una mano libre acaricio mi libre erección.

—¿Estas segura? —Le pregunto, a lo que ella asiente.

Pongomi erección en la entrada de su canal, adentrándome lentamente para disfrutarde su coñito apretadito, ye entonces la puerta se abre de repente, dejándome helado.

Pongomi erección en la entrada de su canal, adentrándome lentamente para disfrutarde su coñito apretadito, ye entonces la puerta se abre de repente, dejándome helado

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