Capítulo 24

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Luego de unos segundos Ian se da la vuelta saliendo de la habitación, cerrando la puerta fuertemente, lagrimas empiezan a correr por mi rostro, saber que alguien creado por Ian y por mí, está creciendo dentro de mí me dejan un sentimiento que no r...

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Luego de unos segundos Ian se da la vuelta saliendo de la habitación, cerrando la puerta fuertemente, lagrimas empiezan a correr por mi rostro, saber que alguien creado por Ian y por mí, está creciendo dentro de mí me dejan un sentimiento que no reconozco, es algo nuevo, las emociones fuertes me confunden mucho más, y el pensar que tal vez pase mi embarazo sola, me aterra.

¿Estará el bien? ¿A dónde se habrá ido?¿me despedirá y lo abandonara?¿sería el capas de abandonar a su bebe?

Tener una personita que va a depender de mí, a la que voy a cuidar, y que me va a amar, con un amor tan puro, sin esperar nada a cambio, mi vida va a dar un giro de 360 grados, pero aun así estoy feliz, gran parte de mi tiene miedo, de estar sola, ser una mala madre, o no saber cuidarlo, y la otra parte de mi está emocionada.

En la sola habitación, empiezo a alistarme para salir del hospital, tomo mi cartera y salgo de allí.

Llegando a recepción me encuentro con una señora que me regala una sonrisa la cual yo devuelvo amablemente.

—Buenas tardes, vengo a pagar el costo de unos análisis y a reclamar el alta. —le digo a la enfermera que se encuentra allí.

—Si claro, me podría brindar tu documento porfavor. —De mi cartera saco el documento el cual ella toma, luego de unos minutos me devuelve el documento junto con el alta. —El salgo ya fue pagado señorita, lo pago el señor Walker.

—Está bien, muchas gracias. —Dando media vuelta me preparo para salir del hospital, pero muchos periodistas están allí, en la salida, tomando fotos, los dos guardias del hospital tratan de controlarlo, pero aun así no se calman.

De pronto un señor muy alto vestido con un traje negro y un auricular el su oído derecho se acerca a mi.

—¿Señorita Evans?

—Si, soy yo, ¿que se le ofrece?

—Me podría acompañar porfavor, tenemos que sacarla de aquí.

—¿Y porque iría con usted? ¿quién es usted? —pregunto con desconfianza

—Soy Darío, señorita, el guardia de seguridad que ha contratado el señor Walker para usted, ahora si me permite déjeme llevarla a un lugar más seguro .

—¿Cómo que guardia de seguridad?, yo no necesito nada de eso, puedo cuidarme muy bien sola, se puede ir, y dígala al señor Walker, que no es necesario nada de esto.

Haciendo el intento de salir del hospital, me toman por el brazo deteniendo bruscamente mis pasos.

—Señorita, de verdad necesito que me acompañe, el señor Ian la está esperando.

¿Queeeeeeeee?

—¿Cómo ha dicho? —Digo sorprendida pues no me esperaba que "EL SEÑOR WALKER ME HONRARA CON SU PRESENCIA"

—El señor Walker la está esperando señorita.

—Está bien, vamos pues.

Alejándonos de la salida principal, nos adentramos a un pasillo que se dirige a la puerta trasera del hospital donde una camioneta color gris que al parecer está blindada nos espera, el señor este, me abre la puerta trasera del vehículo y cuando entro en él, allí está el, mirándome con sus grandes ojos.

Sin decirme ni una sola palabra desvía su vista para dirigirse al señor que no había visto, que está en el asiento del conductor al lado de Darío.

—A casa Milán—Ordena Ian con una voz fría.

—Como ordene señor —Responde el que se ahora que se llama Milán.

Después de unos minutos estamos en el apartamento de Ian, solos, incomodos, con el ambienta, más tenso que nunca.

Él está sentado en el sofá individual de cuero negro, mientras yo estoy en el sofá más alejado de él.

—Es mío, ¿verdad? —dice el con un tono muy diferente al que normalmente utiliza conmigo, su pregunta no me sorprende, pues apenas nos conocemos de forma personal, y es normal tener sus dudas, no lo culpo.

—Si —Digo con mi vista totalmente perdida en mis manos que posan sobre mi regazo.

—¿Lo quieres tener?, no malinterpretes, es tu cuerpo, y te voy a apoyar en lo decidas, pero por mi parte yo si lo quiero tener.

—Yo también lo quiero.

—Bien, me gustaría que vivieras conmigo, para estar en la etapa más importante de nuestro bebé, no me lo quiero perder.

—Bien, me gustaría que vivieras conmigo, para estar en la etapa más importante de nuestro bebé, no me lo quiero perder

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El Heredero ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora