Capitulo 32

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No lo podía creer, estaba embarazada y el padre de mi bebe estaba en luchando por su vida a unos poco pasos de mi, estaba sola, no puedo conmigo misma, que voy hacer yo con un bebe

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No lo podía creer, estaba embarazada y el padre de mi bebe estaba en luchando por su vida a unos poco pasos de mi, estaba sola, no puedo conmigo misma, que voy hacer yo con un bebe.

—Familiares de Ian Walker —pregunto el doctor limpiándose el sudor con un pañuelo

—Nosotras —dijo la señora Roxana.

—Ahorita Ian está en una situación crítica, los golpes le causaron una lesión cerebral traumática, tiene varias lesiones en el pecho, en el torso y en sus articulaciones, tuvimos que inducirlo al coma, para desaparecer la hinchazón y que sus vasos sanguíneos adelgazaron para evitar un paro cardiaco, aún no sabemos cuánto puede tardar en despertar, lo mantendremos en revisión y cualquier cosa que llegue a suceder los estaremos avisando, si quieren pueden pasar a verlo, pueden seguir a la enfermera y ella les dará todo el implemento para pasar a verlo.

Los padres de Ian pasaron a verlo, luego Rubén, después de que estos salieran se fueron a la cafetería, yo tome los papeles y los guarde, fui al baño lave mi cara y tome una profunda respiración, después me fui donde la enfermera y me puso una bata, una tapabocas y un gorro, entre a la habitación y vi a Ian, estaba pálido, y tenia rasguños en su rostro y un corte que se veía profundo en su frente. Me pare al lado de la camilla y volví a romper en llanto.

—No me dejes, por favor no me dejes, estoy embarazada, y es tuyo, tengo mucho miedo, se que solo es sexo, pero no se si pueda solita con esta responsabilidad, Ian despierta —tome entre mis manos las de Ian, y le daba pequeños apretones.

—Señorita lamento decirle que ya tiene que salir —la enfermera me aviso, rápidamente, me acerqué y le di un beso casto en los labios a Ian y salí de la habitación.

Me quite todas estas cosas de encima y me fui de allí, iba a salir un momento del hospital pero no pude, pues habían un montón de reporteros en la puerta y hasta ahorita que me había dado cuenta que había seguridad por todo el hospital.

—Señorita gusta ir a algún lugar —me pregunto un de los guardias.

—Quienes los contactaron —pregunte.

—El señor Jacob señorita, nos contactó para cuidar del hospital y de usted —respondió con formalidad.

—Está bien, me podría llevar a mi casa —Pregunte secando mis lágrimas.

Salimos por la puerta trasera del hospital donde nos esperaba una camioneta negra, el señor abrió la puerta e ingrese a esta, le pase la dirección y rápidamente salimos de ese lugar.

No se en que momento me quede dormida pero el carro había parado, estaba desorientada y no sabia que hora era, abrí mis ojos y vi que no estábamos en mi casa, al contrario, estábamos en una zona montañosa, y a lo lejos se podía observar una pequeña cabaña con luses.

La puerta se abrió y un señor me tomo del nacimiento de mi cabello, y me saco bruscamente del auto, trate de patalear pero no me soltaba, hice todo lo posible para soltarme pero nada funcionaba, el señor me seguía arrastrando por en suelo rocoso haciendo que mi piel ardiera y sangrara.

Cuando entramos a esa cabaña me lanzaron al suelo y entre mas personas me golpearon y yo trataba con mis brazos proteger mi abdomen, hasta tal punto de dejarme la cara destrozada, y mi cuerpo lleno de moretones.

Y no se en que momento perdí el conocimiento, todo se volvió negro, y lo ultimo que pude escuchar fue un "tenemos a la perra"

Y no se en que momento perdí el conocimiento, todo se volvió negro, y lo ultimo que pude escuchar fue un "tenemos a la perra"

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El Heredero ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora