Errores, eso es, nada más, solo inevitables y magníficos errores o eso creo.
Esos besos los tengo grabados en mi mente, se repiten como pequeños fragmentos de alguna película, no consigo olvidarlos y después de ese beso y la pequeña chalar en la noche con ella, no sale de mi mente, pienso en ella día y noche, el sueño no llega a mí y la ansiedad del no saber lo que me pasa me desespera.
Cuando llegué a casa era entrada la madrugada, me di una ducha y puse mi pijama, me acosté con mis brazos debajo de mi cabeza, me sentí cansado y abrumado de estos tontos y locos pensamientos, intento dormir, pero no lo consigo.
A las 5:30 de la mañana me levanto y me dirijo al baño, al entran observo mi rostro con ojeras en el espejo, me quito el pijama y me meto a la ducha, un baño con agua fría me relaja un poco pero no del todo, permanezco unos minutos mas dejando que la lluvia artificial caiga sobre mí, recuesto mi frente en la pared dejando mi mente en blanco, para dejar de pensar en aquella chica de ojos azules que me atormentaba el pensamiento, esa mirada profunda, que no es fácil de leer.
Salgo del baño con una toalla alrededor de mi caderas, llego al armario, me visto con mi traje negro azulado, camisa blanca y corbata de color gris en nudo victoriano, me pongo mis zapatos elegantes color negros, salgo de la habitación y bajo a la cocina, preparo un café muy cargado, después de beberlo, tomo mi maletín y las llaves del auto.
Salgo de casa y me adentro en mi Aston Martin Víctor, conduzco hasta la empresa, llegando a las 7:00 una hora mas temprano que la entrada de mi secretaria.
***
8:47 de la mañana, 47 minutos tarde, eso nunca había sucedido, Allison tiene 47 minutos de retraso y eso me estresa, puesto que los conductores que tenían una reunión son ella ya llegaron y llevan esperando mucho tiempo, salgo de la oficina y me adentro a la sala de juntas con el fin de llevar a cabo dicha reunión, explicando en porque se tomó la decisión de cancelar la ruta 50.
Una hora después salgo de la reunión, paso por el escritorio de Allison y sus cosas no están, dando a entender que aún no llega, me voy a mi oficina serrando la puerta con un portazo, estresado y desesperado tomo mi celular y saco del cajón del escritorio un trozo de papel donde se encuentra el numero de Danna la chica que me da sexo sin compromiso.
—Bueno —preguntan del otro lado de la linea.
—Danna, soy Ian, puedes pasar por mi oficina ahora —pregunto.
—Cual Ian, Ian el de la revista o el del café, porque, si eres el del café, lo lamento, pero no estoy interesada en verte, adiós —dice con su típica voz chillona.
—El de la revista, puedes o no venir —le digo con cierto enojo, pues me desespera que diga cosas que no tienen nada que ver.
—Ian lo siento, pero si en un momento estoy allí y... para que me necesitas —dice en tono coqueto.
—Tu encárgate de venir, ya sabes como me gusta, no vemos —y cuelgo.
***
Abren la puerta y allí esta Danna, con un gabardina color vino tinto y botas negras hasta la rodilla, cierra la puerta y me mira con una sonrisita en su rostro.
Se va acercando lentamente y se detiene a solo unos pasos del escritorio, va desabotonando botón por botón de la gabardina, cuando esta en el último botón, la deja caer, revelando su cuerpo lleno de curvas en una increíble lencería de encaje negro, me levanto y camino hasta donde ella esta, estoy muy excitado y ella lo nota, cuando estamos cara a cara, la tomo fuertemente de la nuca y la acerco a mí, uniendo nuestro labios con ferocidad, el deseo aumenta tan rápido, que estábamos en el sofá, yo estaba sentado, con el pantalón desabrochado y ella totalmente desnuda sentada a horcadas en mi regazo, estábamos besándonos con mucha pasión y el placer aumentaba, pequeños gemidos ahogados salían de la boca de Danna, gemidos que me ponían aun más duro de lo que ya estaba, ella estaba bajando los besos a mi mentón, por mi cuello, el pecho y por ultimo dejó un beso por encima de mi pantalón donde se encontraba mi erección, con sus habilidosas manos fue bajándome en pantalón junto con mi bóxer, dejando libre mi polla.
Ella la tomo y comenzó a besar la punta, eran pequeños besos, besos que se esparcían por toda mi polla, besos de puro placer que me nublaban la mente, besos que me hacían olvidar de aquella mirada exótica de color azul.
La metió toda a su boca, mi respiración cada vez se tornaba mas pesada, pues ella me estaba regalando un mamada muy buena y me gustaba tanto esa sensación que sentía relajación completa.
Estaba a punto de llegar, apunto de alcanzar el orgasmo, cuando de repente la puerta se abre, dejando ver a Allison petrificada y con los ojos bien abiertos, me separe completamente de Danna y ello tomo su gabardina para tapar un poco su cuerpo, pero no lo logro, subí mi bóxer y mi pantalón ,segundos después reacciono y cerro abruptamente la puerta.
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El Heredero ©
ChickLitUn empresario Una secretaria Una búsqueda Una noche de pasión ¿Qué crees que sucederá? ¿Lo quieres descubrir? Registrada en SafeCreative Código: 2104177533908