Emilio Jones, es uno de los más grandes narcotraficantes ingleses, que viene de una generación donde el narcotráfico es presente desde su niñez, tiene una fachada perfecta, la que ante el mundo es una empresa de industria petrolera multimillonaria, pero el en bajo mundo es un gran narcotraficante, el más poderoso. Nos conocimos hace algunos años, en una fiesta empresarial, nuestra amistad se fue formando, y poco apoco nos volvimos amigos, obviamente yo no me involucraba en sus negocios y el en los míos tampoco, hasta que un día, me pedio su ayuda, necesitaba investigar a una persona la cual creía que lo estaba traicionando, y nadie era de su confianza en aquel tiempo, nadie a excepción de mí, entonces el requirió de mí ayuda, para aquella tarea, tarea que confirmo con sus sospechas, me agradeció, pues esa persona estaba jodiendo su organización.
Ahora es el momento perfecto para que el me ayude a mí.
—Seré directo, necesito que me ayudes a asustar a un imbécil—Dije sin darle tantas vueltas al asunto.
—Dime su nombre y toda la información sobre él —Le entrego toda la información en un sobre marrón, lo cual él lo abre, para mirar lo que se encuentra dentro de el — Rodrigo Román, valla que coincidencia, justo lo estaba buscando a él —Dice el con asombro reflejado en su rostro.
—¿Lo conoces? —Le pregunto igual de asombrados que él.
—Ese cabron me debe mucho dinero, y tu Ian, ¿de qué lo conoces?
—Ese bastardo, no sabe respetar a las mujeres, y por eso te necesito, para que le envíes un saludito de mi parte.
Mi vista se nubla cuando termino de leer aquello, tomándome por sorpresa, dándole paso a un mareo repentino, decido sentarme mejor, para comprender un poco lo que me sucede, pero eso lo empeora todo, mandándome directamente al baño, con unas fuertes ganas de vomitar, me arrodillo frente al sanitario para expulsar todo lo que mi estómago retenía.
Paso unos minutos más allí, pues las náuseas siguen presentes, la puerta de mi habitación se abre y segundos después aparece mi madre con preocupación en su rostro.
—Cariño, ¿estas bien? —Me pegunta mi madre, acunando mi rostro.
—Si mamá, solo fue un pequeño mareo —Dije tratando de convencerme a mí
—¿Segura? —Pregunta ella, acunando mi rostro con sus manos.
—Si mamá, ya sabes, todo lo que me está pasando es abrumador, me está superando —Digo con mi voz quebradiza.
—Cariño, todo va a estar bien, no te desanimes, no te rindas—Dice, para después abrazarme.
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El Heredero ©
ChickLitUn empresario Una secretaria Una búsqueda Una noche de pasión ¿Qué crees que sucederá? ¿Lo quieres descubrir? Registrada en SafeCreative Código: 2104177533908