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-Creo que están juntas.

-No saben hacer nada la una sin la otra Gustabo- dije haciéndome una coleta.

Segismundo nos hizo una seña en el otro coche y salimos escondiéndonos detrás de una furgoneta.

-Ceñios al plan, paliza, nos vamos.- los dos asistieron- es posible que una de las dos nos saque un arma así que estad atentos.

Caminamos a la puerta y timbré, escuche los pasos apresurandose, abrió una de ellas y rápido hice un movimiento logrando dejarla contra la pared y tapándole la boca.
Hice una seña a Gustabo para que buscase a la otra y una vez tuvimos a las dos, las arrastramos al salón...




...







-¿Donde estabas?- Jack que estaba en la cocina.

-Hablaba con Gustabo- me apresuré al baño para quitar la sangre de mis nudillos y aproveché para ducharme, la puerta se abrió y me sobresalté.


-Hay sangre en el pomo- mordí mi labio. Me terminé de aclarar el pelo y me enrollé una toalla en el cuerpo, seguidamente le miré.

-Si  me he hecho daño en la mano, me caí corriendo con Gustabo.

-Mientes de pena- rodé los ojos.

-Ahora hablamos- cerró la puerta y suspiré,  después de secarme el pelo y peinarme salí a vestirme.


-¿Qué has hecho?- le miré poniéndome unos pantalones.

-Ajustar cuentas, no me he pegado casi tres semanas en cama para que la gente siga con su vida.- me levanté quedando frente a él.


-Deberias haberte controlado un poco, lo mismo agravas la situación, pero lo hecho, hecho está.- me agarró la mano viendo mis nudillos tornándose ya en un tono morado.


-Me ha podido la ira, me controlaré la próxima vez.- asintió.


-Ahora descansa- le miré frunciendo el ceño- No te voy a dar un beso de buenas noches, no me cuentas tus planes.

-No tenemos que contarnos todo Jack- me dio un pequeño empujón en la cabeza.

-Duermete.

-¡Pero dejame cenar al menos!- cerró la puerta y bufé, salí y me senté en el sofá.
-Ivadog, ataca- el perro miró a Jack y luego a mi, dándome a entender que no iba a hacerlo.

-Ivadog sabe lo que hay, no lo intentes.- sonreí acariciando al perro y luego de lavarme las manos, comimos viendo una serie extraña en la televisión, todo lo que sale en la televisión es extraño.









...

-¡Como iba a saber que era tu uniforme!- las voces alteradas se escuchaban en toda la comisaría.
-¡Deja de tirar tus putas cosas por ahí!- entre a los vestuarios.

-¿Podeis callaros?- los dos me miraron mal- ¡No me miréis así!- cerré de un portazo y terminaron de gritar. Torrente y Volkov estaban peleándose.
-Primero, os sentais- lo hicieron.
-Segundo, respirais los dos tres veces- lo hicieron.
-¿Qué coño ha pasado?

-Volkov ha decidido que darle mi uniforme a un novato iba a ser buen plan.- Rodé los ojos.

-Pues vas a comparar uno nuevo con Volkov y que te lo pagué, rápido, sencillo...

-Y para toda la familia, a ver mariconettis levantad el culo y solucionadlo ya, los de inteligencia han detectado una mafia nueva a las afueras.- Conway tal como llegó se fué y nos pusimos a trabajar.

Tras meter todo el armamento en el coche y  equiparnos, estaba dispuesta a subirme al coche rumbo al norte cuando Jack me sacó prácticamente del vehículo.


-Tu te quedas- levanté una ceja.


-¿Porqué?- se iba a ir  tras cerrarme la puerta.



-Porque no- abrí la puerta.- Si entras al coche...


-¿Qué?- me miró sin saber que responder, me senté y cerré.

Llegamos a una nave, Ivanov, Gonneti y yo, dispuestos a salir, vimos un coche llegando detrás.

Nos habíamos metido en la boca del lobo.








...

P.O.V CONWAY

Tras irse el coche entré a comisaría donde Gustabo y Horacio hablaban en armería.



-Que si tío- Horacio al verme dejó de hablar y me miró serio.


-¿Qué?- los ojos de Gustabo se pusieron también sobre mi.

-Tenemos que hablar Super- le hice un gesto con la mano y entramos a mi oficina.


-Vosotros diréis- me senté.


-Esta tarde había un coche aparcado aquí en frente, peros los tios no salían, al ir a preguntar no respondieron y se fueron, no estábamos de servicio y no le dimos mucha importancia hasta que estando en el parking este que tiene muchos pisos nos pusimos a mirar la ciudad con prismáticos. Estaban vigilando la comisaría.- Me levanté.



-¿Estais seguro de lo que estáis diciendo?- asintieron.

En seguida cogí la radio intentando contactar con los tres que se habían ido, sin respuesta miré a los dos chicos y se levantaron.


-Pasa algo, quiero todas las unidades bien armadas y aquí, ya- ordené mientras salía y tras coger las armas reglamentarias y prepararnos todos, salimos rápidos hacia el norte.

El camino se hacia cada vez más pesado y el asfalto en mal estado no ayudaba al embotamiento que tenía en la cabeza, al llegar vimos el coche de policía, vacío.

Todo parecía despejado, salimos para confirmarlo y tras inspeccionar la nave, Volkov me silbó a lo lejos.

-"Vamos a jugar un poco con tus agentes y tu novia, encuentranos si puedes"- leyó el ruso antes mi mirada y la de Gustabo y Horacio.



-¡Joder!- me llevé las manos a la cabeza intentando pensar con claridad mientras iba de un lado a otro.
-Leonidas, coge el puto helicóptero y vuela la ciudad, alerta roja- Hablé por radio y enseguida empezamos a buscar por las afueras en busca de algo, una prueba mínima, un hilo del que tirar para saber donde estaban.


-Super, no soluciona nada pero intenté mantener la calma- Gustabo se inclinó acercándose a mi desde el asiento de atrás.


-Gustabo, callate- pensaba y pensaba y seguía pensando y entonces se me encendió la bombilla.

Las rubias.
















...

Bueno, ¿cómo os explico la situación...?

Primero, este capítulo es un poquito más corto, no me matéis.

Segundo, esto va llegando a su fin, esta vez no es bromis, se viene mambo, del feo, pero intentaré que no acabe todo súper mal... o no...

Espero que os haya gustado mis panas, intentaré actualizar pronto.
Os quiero💜

Canela《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora