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-¿Creias que no me iba a dar cuenta?- ella negó.
-Necesitas un psicólogo, necesitas sacar tod...

-Me violaron y ya está Jack, fin del asunto- negué rascándome la cabeza frustrado.

-No es "y ya está", piensa como puede afectarte a largo plazo, como nos afectaría a ambos a largo plazo.

-¿Ambos?- ella me miró, los ojos le brillaban, me gustaría decir que es el brillo especial que tiene siempre, pero no era así, no transmitía nada, estaban opacos.

-Yo tengo planes contigo Anastasia- ella negó y me senté a su lado.

-No se puede Conway...- quitó la mano que anteriormente había puesto sobre la suya.

-¿C-Cómo que no se puede?- tragué saliva.

-Te estoy destrozando, llevas días sin dormir y cuando lo haces son menos de tres horas, casi mueres por mi culpa Jack y ahora esto, doy asco, no es justo para ti.- me levanté y la miré pasando una mano por mi cara.

-Pero te quiero Anastasia, te quiero como nuca he querido a nadie en años y soy policía es mi trabajo mantenerte a salvo- ella limpió sus mejillas.

-Y yo también, por eso estoy haciendo esto, duele más retenerlo que dejarlo ir Jack, y tú estás llevándote palos que no te corresponden, el argumento de "es mi trabajo" no sirve esta vez, bien lo sabes.

-¿Me estás dejando?- agachó la cabeza y asintió.

-Lo siento Jack, encontrarás a alguien mejor que no tenga tanta mierda a sus espaldas.

-Tu has sido lo mejor que me ha pasado en años Anastasia, no va a haber nadie mejor.- quité las lágrimas de su cara.

-Y también lo más dañino Jack.- Conteniendo las ganas de llorar me limité a asentir y luego de besar el reverso de su mano me levanté, cogí mi chaqueta y me fuí .

-Conway, Conway frena ¿Dónde vas?- me giré sin dejar de caminar hacia atrás, y luego de levantarle los brazos a Volkov salí corriendo de allí.

Tras salir de servicio, y quitarle una botella de whisky a Ivanov que tenía en su taquilla me fui a casa, como un adolescente al que le rompen el corazón por primera vez, con una sensación de vacío en el pecho que ni el alcohol podía llenar ahora mismo.

No era dramatizar las cosas, ella era mi pilar mayor, y recuperarme de este golpe iba a costarme noches sin dormir.

Pasaron horas desde que llegué a mi casa y fundí la primera botella y luego de ponerlo todo patas arriba buscando otra sin éxito, decidí salir, no me puse lo zapatos y la noche había caído, no se donde me aproximaba exactamente.
Miraba un punto exacto en la calle hasta que un golpe me hizo reaccionar, me habían atropellado.

-¡Pero que cojones primo!- me incorporé como pude- ¡Que lo has matao Roger!

-¡No me digas eso primo que me muero yo!- reconocí la voz de los primos y les miré como pude.

-Anormales, ¿Qué haces conduciendo así?

-¿Conduciendo como? Mirate, vas como una cuba- Segismundo me metió en el coche y luego de verle hablar con alguien por teléfono y que la pareja entrase al coche, éste se empezó a mover.

-¿Dónde ibas supervergaardiente?

-A por alcohol- Rogelio, que está vez estaba de copiloto sacó una botella de Vodka, la cual no me dejó ni rozar.

-Vas muy perjudicado superanoardiente, vamos a llevarte con Gustabiño.

-¿Os creeis que tengo cuatro años anormales? Parad el coche capullos.- pusieron cerrojo.

Canela《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora