.43.

763 73 38
                                    

💫🧚‍♀️Si veis faltas de ortografía o expresión, no dudéis en corregirme, graxx🧚‍♀️💫







-Ivadog, quieto- susurré al can, que al ver que llevaba mi dedo índice a mis labios dejó de gruñir.

Fui directa a la ventana del salón, donde se veía perfectamente la puerta y vi a las dos chicas de antes.

-¿Qué cojones les pasa a las piradas estas?- fuí a la habitación de Jack y después de coger la pistola y metermela en la parte de atrás del pantalón, abrí.

-Así que esta es la casa del super- la rubia de bote hablo asomando la cabeza y juro que por un momento su cuello se estiró más de la cuenta, puta mirona.

-¿Qué hacéis aquí? ¿Tan coladas estáis del superintendente que nos habéis perseguido?- la rubia natural que masticaba su chicle mirándome con superioridad, me miró de arriba a abajo.

-¿No dejas pasar a tus compis de trabajo?- levanté una ceja.

-Si, que maleducada- literalmente me empujaron para pasar.

-Dios me libre pronto de eso, no quiero que entréis, no es mi propiedad, salid.- hicieron caso omiso, entrando al salón.

-Hasta la decoración está bien, todo lo hace bien, Annie- vale, la rubia de bote es Annie.

-No es para menos- me miró- danos agua o algo ¿no?- rodó los ojos y cuando entro en la cocina, justo antes de abrir el mueble, les apunté.

-Se acabó el circo, fuera.- ambas me miraron con los ojos como platos.

-N-No es para ponerse as...- corté a la tal Annie.

-Perseguis a una persona como unas acosadoras locas, entráis en propiedad privada, os tomáis la libertad de hacer lo que os sale del coño, y me despertais de la siesta, si es para ponerse así- cargué el arma.

-Solo queremos ver...

-¡Fuera, ya!- prácticamente corrieron afuera. Se quedaron un rato en el coche mirándome asqueadas.- Ivadog, ven.

-¡Ay! Mira su perro que boni...

-Ataca- Ivadog gruñó y corrió hacia el coche con la mala suerte de no pillar a ninguna. Las tías estas se marcharon y yo me aseguré de cerrarlo todo bien, llamé a Jack.

-Dime muñeca- aclaré mi garganta.

-Dos acosadoras tuyas nos han seguido y me han tocado los cojones, he tenido que sacar hasta la pipa.

-¿Estás bien? ¿Ha pasado algo? ¿Estás herida?- dejé la pistola sobre mi regazo, esta vez descargada.

-Estoy bien, pero si mandas a alguien, Greco, Gustabo, Ivanov, estaría mejor la verdad, tienen pinta de volver y esta vez armadas, visto el panorama, está todo tenso.

-Ivanov- dijo algo inaudible seguramente hablando con él- y avisame cuando llegues, ¿Ana?

-Sigo aquí- acaricie a Ivadog.

-Ivanov va para allá, cierra todo y tranca las puertas con sillas.

-Luego hablamos- Se despidió y me puse a esperar, mi sueño se había desvanecido, como era normal.
Tener a dos locas en casa te pone el corazón a mil, te esperas de todo.

Me fuí a hacer una ensalada por mis pocas ganas y aspiraciones por cocinar, y justo cuando acabe de cortar la zanahoria, sonó el timbre y tras asomarme por la venta, vi a Ivanov en la puerta.

Canela《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora