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El Bar cerró, la verdad es que era muy pronto para su cierre, pero el dueño acortó el horario por no se que cosa del baño, así que antes de lo esperado, fuimos a casa de Volkov, ahí solo fuimos obviamente el de ojos verdes, Torrente, Ivanov, Justin, Greco, Conway y yo, al rato se incorporaron Gustabo y Horacio aunque estos dos iban a su bola.
-Vamos a ver, no es tan puto difícil de comprender Justino- Torrente, algo afectado ya por el alcohol se intentaba explicar.
-Que yo lo he entendido, coño, pero lo que quiero saber es si ese coche es igual o tiene mejor giro, porque me renta más una cosa que la otra, son ocho mil pavos menos Torrente, ayúdame.
Hablando entre ellos de sus movidas yo me quedé mirando en el ventanal enorme que había en el salón, pensando en que realmente si alguien tenía prismáticos, había visto el culo de Volkov en reiteradas ocasiones, posible ejecutora de ese plan una anciana que viviese en el edificio del frente, reí imaginándome la situación y Alexander se sentó a mi lado, yo estaba en el suelo con una postura algo rara para que la posible señora anciana del edificio del frente no me viese las bragas.
-¿Cómo va tu cumpleaños?- Me sonrió echándome más vodka en el vaso.
-Muy bien ¿Qué tal vas?- hizo referencia al alcohol y le hice un gesto de ok con la mano.
-¿Compartirás tus secretos? Conway no deja de mirarte como un enamorado de instintuto.- Ambos miramos al moreno que está vez discutía con los demás de brazos cruzados apoyado en el sofá.
-El único secreto no secreto es ser más cabezóna que él, le irrita, pero también le encanta, no se aclara el hombre- rió.
-¿Cuántos años tienes?- "diecinueve" respondí bebiendo seguidamente- ¿Cuando es tu cumpleaños?
Esa pregunta me hizo abrir los ojos, casi era seis de Septiembre y yo no me había ni acordado, tampoco esque me importase, desde mis nueve años no celebro tal día, era mi día gafe, lo sabía de sobra, todos mis cumpleaños pasaba algo y aquel fue la gota que colmó el vaso, con la muerte de la única madre que he tenido en toda mi vida, mi nana, fue un día realmente duro para mi.
Ivanov al verme la expresión carraspeó y le miré.
-Es el seis de Septiembre, pero no voy a celebrarlo- captó rápido que no quería hablar de ello y nos quedamos mirando la ciudad hasta que sentí el ambiente relajarse demasiado, me levanté.
-A ver, mariconetis- empecé imitando la voz de Conway pero me reí al ver su cara- Aquí falta marcha...- Música empezó a sonar fuerte y me giré viendo a Gustabo dandome la espalda intentando comprender el reproductor de música de Volkov y mi cuerpo empezó a moverse solo.
-¡A tope, vámonos!- Horacio empezó a bailar, le seguí, los pasos eran súper absurdos.
-Concedeme este baile, señorito- Torrente cordialmente agarró la mano de Greco y ambos se levantaron. Menos Jack, todos se pusieron en pie, me acerqué a el y le ofrecí ambas manos mientras movía mis caderas. Las negó.
-Vamos Conway, se que quieres- me miró de arriba a abajo y levantó una ceja agarrandome las manos sabiendo que no le quedaba de otra.
-¡Yo me se un tema que papu se sabe muy bien!- Horacio se acercó con su móvil al reproductor de música saltando y Gustabo le siguió tirando su gorro por ahí.
-Ya se cual es, ya se cual es, haz la magia Horacio...- Barbie Girl empezó a sonar por toda la sala y mire incrédula a Conway que había agachado su cabeza negando.
-¡Hi Barbie!- Greco gritó.
-¡Hi Ken!- Torrente se pegó a el sensualmente y me empecé a reír.
