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-¿Que haces desnuda chiquilla?- Torrente intentando mantenerse en pie y huir de Justin habló.

-Yo... yo, yo...- me quedé mirando el pasillo y sin responder me fui a la cocina donde tropecé con Horacio que estaba en el suelo.
-Quita, trozo de mierda- le di una patada, la creí inofensiva hasta que gritó.

-No me pegues porfavor- cogí una tarrina de helado y me volví a la habitación, cerrando la puerta con seguro.

-¡Capullo, eres un anormal!- me reí viendo como Conway inmovilizaba al ruso en la cama y les separé.

-¡Calma!- me puse en medio y empecé a comer.

-Dame- Conway exigió.

-No- seguí comiendo.

-Que me des- insistió agresivamente y negué saltando a Volkov alejándome de él.

-¿Cómo es ese código que decís los polis...

- 10-5  - Volkov respondió y yo asentí.

-Pues eso Conway, 10-5 .-  gruñó recostandose en el cabecero y siguió fumando.

Al final me acabaron comiendo la cabeza para darles helado y me dormí.

...

Desperté sobre algo duro, en algún punto de la noche yo había escalado sobre Conway o él me había puesto encima, en ambos casos, no tenía las mínimas ganas de moverme, estaba muy cómoda.
La habitación estaba cargadisima, olía a cigarros, chocolate y lo más interesante, a sexo, a mi muy pesar me levanté y abrí la ventana. Me quedé tan sumida en las vistas que no sentí a Volkov hasta que me abrazó el cuello por atrás y sonreí.

-Se nos fue de las manos- asentí- Espero que Conway no me suspenda de sueldo- sonreí y me giré abrazandole. El olor a humedad mañanera no tardo en entrar, refrescando todo el ambiente, y a mi también, no tardé en ajustarme más la bata del ruso.

-No entiendo cómo aguantais la resaca cuando trabajais- el preparando las cosas me miro apretando los labios y negando.

-Yo tampoco, saco fuerzas de donde no las hay, hoy el viejo entra por la tarde al papeleo de unos asuntos, podéis quedaros, si queréis cualquier cosa mi casa es la vuestra- se echó el pelo hacia atrás y con una toalla en su hombro, entró al cuarto de baño.

Me deslicé por la cama y después de estirarme infinitas veces en un desesperado intento de deshacerme de la pereza fallido, escuché la piedra de un  mechero.

-Buenos días superintendente- soltó el cigarrillo en el cenicero de la mesita de noche y gruñendo me cogió de la cintura, luego de ponerse sobre mi, me besó.
-Anoche...- me volvió a besar.

-Si me lo recuerdas voy a echar a Volkov del cuerpo, que vergüenza.- se tumbó recuperando el cigarro y reí.

-Exagerado- me levanté y salí de la habitación Gustabo y Horacio estaban en la alfombra del salón mientras que Leonidas intentaba no romperse el cuello en el sillón.
Me hice un café y me senté sobre el vientre de Gustabo, encontrando el típico bulto mañanero de los hombres y me empecé a reír viendo como
fruncía el ceño.

-Gustabo, despierta, no sueñes cosas impuras- le zarandeé y al verme se tapó  la cara con su gorro. Viendo mi bebida en peligro, me puse en pié y acabé en la habitación.

-Adios- Volkov me besó la cabeza y cerró la puerta.

-Dame- le di café rodando los ojos y me devolvió la taza, el puso cara rara.

-No entiendo a los que tomáis café con leche- rode los ojos, otra vez, recogiendome el pelo.

-Perdona por no ser un hombre duro como usted señor súpervergaardiente- corrí antes de que me pegase hasta el baño y me mojé la cara, viendo un grano empezando a salir en mi frente.
-Me has estresado tanto que me ha salido un grano- le miré enfadada señalandolo y se tapó.

-Jodete.- Me tiré sobre él.

-Jack- respondió con un sonido extraño indescriptible- ¿Qué tipo de pacto extraño hiciste con Volkov para acabar así?

-Te vi estresada, por el trabajo y eso, y quise liberarte tensiones entonces Volkov dijo que nos dejaba su cama si le dejaba unirse y yo como iba ciego de alcohol acepté.- Me reí de lo absurdo que era todo- No te rias, no va a volver a pasar.

-Eso lo tengo asimilado Conway, aún sabiendo la historia sigo sin entenderlo, busco una explicación para esto, el superinflexible Conway soltandose la melena.- me tiró y cojín a la cara y me seguí riendo.

-¿Qué hacemos hoy?- pensé rascándome la cabeza y recordé que la última vez que quedé con el grupo fué antes de el accidente de Conway.

-He pensado en sali hoy con los chicos, ven conmigo.- negó.

-No voy a estar integrado, no quiero- asentí, por algún motivo había ropa de él en los armarios de Volkov, el respondió diciendo que se había quedado más veces a dormir por la cercanía del trabajo y el edificio.
-Te dejo donde quedéis, tengo las llaves de la moto de Volkov- asentí y entré a la ducha, luego me puse ropa del Ruso y pedimos unos nachos para almorzar.

Para ese punto del día Leonidas ya se había marchado con Gustabo, solo estábamos allí Horacio, Jack y yo, el primer nombrado estaba siendo interrogado por Conway la maruja y yo disfrutaba de la telenovela con mis nachos.

-¿Entonces tu y Volkov...- el de la cresta rodó los ojos.

-Que no somos nada, que solo follam...- Jack le paró y reí.

-Dejale viejo, siéntate conmigo- Horacio como un niño a su madre se pegó a mi y reí otra vez.

Luego de la comida y de que Horacio saliese del piso con unos cuantos hematomas de los puñetazos de Jack, me dejó en casa de Lorena, donde justamente salía con Steve.
Le di el casco a Conway y abracé a Lorena.

-Te he extrañado- ella correspondió, cuando fui a darle un abrazo a Steve, como solíamos hacer siempre, me separó algo serio y me limité a darle la mano, habrá tenido un mal día.

-Ten cuidado en comisaria- me apretó la mano parandome porque iba a volver con la pareja.

-Ten cuidado con tu amiguito, no me gusta esa cara- levante los hombros y marchó.

-Bueno bueno bueno...- Lorena me codeó- Aún sigo sin entender como has llegado a intimar tanto con el superintendente.

-Ni yo, en fin, ¿Dónde ibais?- Steve carraspeó mirando a otro lado y fruncí el ceño ante tal comportamiento.

-Al puesto de tacos de las afueras, íbamos a estar por la zona hasta la hora de cenar.- empezamos a caminar y me recogí el pelo, el sol hoy picaba.

-¿Algo nuevo sobre Louis?- Levanté las cejas repetidas veces y Lorena se sonrojó.

-Bueno, el otro día estuvimos en el bar hasta que cierta persona...- le dio un puñetazo a Steve y se quejó- Se fue sin avisar.

-Era la única forma de dejarte sola con él, siempre estas igual Lore- asentí dándole la razón al castaño.

-Date cuenta, no es tan dificil- ella cambió de tema, esa pareja tarde o temprano iba a ir a más, todos lo sabemos.

-¿Llamamos a Alex?- propuso Lorena, justamente pasamos por la tienda y asentí.
-¿Steve?- sumido en su teléfono asintió.

-¿Estas bien?- ni me miró y bufé sin darle importancia.

Odio las malas caras sin motivos.







Un poco F el capitulo, bloqueos mentales importantes y demasiados directos del reborno acumulados, aún así espero que os haya gustado, se viene acción próximamente, preparad vuestros culos y esperad paciente porfis.

Os quiero♡



Canela《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora