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Si ayer estaba nerviosa, hoy era un desfase, estaba ya arreglada y llegando al destino junto a Greco, en mi bolso había un arma y debajo de mi vestido una navaja enganchada a la pierna, que por cierto, no dejaba de mover por los nervios.

-Escuchame- Greco me miró- Si algo sale mal, huye y pide refuerzos, no pienses en mi ni un segundo.- se quedó dudando.
-Prometelo.

-No puedo prometer eso Anastasia, porqué si te mueres y el súper despierta, estaré muerto yo- sonreí.

-Vamonos.- salimos del coche y me agarré del brazo de Greco, las miradas se pusieron en nosotros nada más entrar aunque poco duraron.

-¿Qué vas a tomar cariño?- él me habló.

-Un ron con cola- luego de pedir las bebidas empezó.

Greco empezó a hacerse el borracho al tercer cubata, sabía que no le había subido una mierda, parte del plan.

-¡Y eres una puta zorra, te fuiste sin decir nada!- me dio una bofetada haciéndome chocar con uno de los hombres a los que queríamos, éste se giró agarrandome de los hombros y encarando a Greco.

-Hey hey hey, relaja barbitas ¿Qué coño crees que haces?- se plantó delante.

-Trantandola como se merece, mujer tenía que s...- no acabó la frase cuando un puñetazo le paró. La adrenalina empezó a aumentar en mi cuerpo.

-¿Estás bien?- asentí, luego de ayudar a Greco y que este me apartase bruscamente, salió haciéndome un movimiento sutil de manos como que estaba bien.
-¿Porqué estas con ese capullo?

-Es mi novio- el sujeto que me había pedido un vaso de agua, me lo entregó.

-Pues hazle un favor al mundo y a ti misma y dejale ¿Cómo te llamas?- le miré.

-Emma- inventé.

-Me llamo James- estrechamos manos- ¿Estás sola?

-Eso parece- hice una sonrisa incómoda.

-Ven con nosotros si quieres- asentí.

Podria decir que daban información de armas y drogas, de echo hablaban de eso, pero estaba demasiado centrada en James y como a medida que iba bebiendo se me insinuaba más, seguí el rollo coqueteando con él hasta que decidí que ya había pasado demasiado tiempo.
Puse mi mano en su pierna y luego de un vaivén decidí irme directamente a su entrepierna, haciéndole sobresaltar y que un notable bulto se empezase a notar.

-¿Vives cerca?- negué.

-No soy de aquí- le sonreí cerca de sus labios, estábamos muy cerca.

-Ven- me cogió la mano y luego de levantarnos y salir me apoyó contra la pared y me besó agarrandome por la cintura.
-Vamonos de aquí joder.

Nos subimos a un todoterreno negro, en alguna parte Greco estaba escondido con el coche, nos seguiría sin luces, peligroso, aunque toda la situación era así.
Llegamos a unas casas que habían a unos veinte minutos, entramos a una, una vez la puerta se cerró vi las luces parpadear dos veces desde la ventana, verificando que mi acompañante había llegado.

Seguimos besándonos hasta llegar a su cama, una vez ahí desabroché su pantalón y cuando apartó la mirada saqué mi pistola del bolso con agilidad, apuntando directamente a su cabeza.

-A ver James, has sido un caballero conmigo, pero tu jefe no lo ha sido con mi novio, así que levanta el culo.- con las manos levantadas se incorporó.
-Manos detrás- hizo eso y luego de coger las esposas de mi bolso se las puse.

-Sabes que vais a salir perdiendo ¿verdad?- sonreí mirándole y el hizo lo mismo pero sin apartar la mirada de mi culo.

-Eso creéis vosotros- abriendo cajones y mirando por todas partes, encontré una tarjeta y una agenda.
Abrí esta última viendo varios contactos, en una página habia anotada una dirección en grande, iba a girarme hasta que sentí un golpe en mi cabeza, me había dado un cabezazo.

Canela《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora