.30.

1.9K 166 53
                                    

Desperté y lo primero que sentí a parte de un persistente dolor de cabeza fué unas cadenas frías en mi cuello y extremidades.
El lugar estaba vacío, era una especie de habitacion sin techo dentro de una nave que desde mi visión, se veía enorme.

-¡Cabrones, quitadme esta mierda!- mi voz retumbó en el lugar y unos tacones se aproximaron hacia mi posición.
La puerta se abrió y una señora de unos cuarenta y pocos años se paró frente a mi.

-Señorita, no puedo satisfacer su petición, antes de que pregunte usted, me llamo Lulú, soy hermana de el que supongo que ya sabe, Pablito.

-Vale, ahora sácate el palo del culo "señorita"- le copié la entonación.

-Si colaboras todo va a ir bien, créeme.- se sentó en una silla que había ahí.- Tu padre, entre muchos favores, debe mucho dinero, se encargaba de quitarle mercancía a mi hermano y eso es intolerable- reí incrédula de la situación.- Vas a tener que hacer una serie de trabajos... algo retorcidos para compensar además de la paliza que le diste a nuestra hermana.

-¿Qué trabajos?

-Mas tarde lo sabrás, ahora va a venir una mujer, no le dificultes el trabajo ella solo acata ordenes.- dijo esto último al escuchar pasos haciendo eco por la nave y se levantó para caminar hacia la puerta.

-¿Es ella?- Una mujer habló luego de mirarme.

-Sí, si pone resistencia no dudes de llamar a seguridad- asintió y se acercó hasta mi.

-¿Qué es eso?- salí de dudas al ver que el maletín plateado traía dentro maquillaje.

-Vamos a ponerte guapa- como dijo la zorra de antes, ella solo cumplía con lo establecido, así que no puse resistencia, luego de ver en un pequeño espejo que un maquillaje morado adornaba mi cara, arrugué esta y caraspeé.

-¿Para que es esto?- ella se encogió de hombros y fue guardando las cosas.

-Solo oí algo sobre clientes y club y viendo la ropa que van a ponerte tiene pinta de ser un club nocturno.- mi corazón empezó a latir más fuerte.

No intercambiamos más palabras, un señor con gafas se quedó parado en la puerta y cuando la señorita salió, se acercó a mi, luego de desencadenarme me agarró del brazo y caminamos hasta la puerta principal, el sol enseguida me cegó por la falta de luz natural anteriormente y me metieron en un coche, estábamos en algún lugar latinoamericano, las direcciones alertaban.

-¿No me vais a decir donde vamos?- el conductor apretó el volante y el hombre que estaba a mi lado me apretó fuerte la pierna haciendome retorcer del dolor.
-¡Para puto anormal!




-No creo que dure mucho, mirala we ¿Cuánto mide?- Empezaron a hablar en Español, me esforzaba por entender pero me costaba.

-La van a reventar, sabes que los de ese club son unos bestias- Tragué saliva al oir "club" y agaché la cabeza un poco.

Llegamos a un sitio alejado de la ciudad o pueblo, ni lo se ni me importa, allí me sacaron del coche y me metieron en el pequeño recibidor donde me pusieron una venda en los ojos.
Las palabras y las risas fluían, intentaba calmar el tic nervioso de mi pierna y regular mi respiración pero me era imposible, más si me zarandeaban de esa forma tan brusca, sin esperarlo.

Cuando por fin me quitaron la venda y las esposas vi que estaba en un cuarto, el color morado predominaba y junto a la cama, sobre un mueble, había un conjunto de lencería.


-No me pienso poner eso- el hombre que estaba ahí levantó una ceja.

-Me importa una mierda lo que quieras, cumplo órdenes, ahora pontelo.

-Pues vete, puto cerdo- gruñó y como esperaba, se quedó.
Me desnudé primero por arriba y luego de ponerme la poca tela, repetí la acción abajo.
-Os vais a enterar, cuando me encuentren...- el hombre me dio una bofetada y caí al suelo.

-No te van a encontrar, muñequita ahora, cállate.

Un señor con traje azul entró, lucia una sonrisa cínica y luego de estrechar manos, el vigilante se marchó.

-Vamos a pasarlo muy bien- Intenté huir pero me cogió fuerte poniéndome boca abajo en la cama inmovilizandome.

-¡Para, joder no!- lloré, de rabia, la ira me corría por las venas, me daba impotencia porque no podía hacer nada.

Ese fue el principio de todo...







P.O.V Conway

-Vamos a ver, superintendente, no sabemos donde está, se que es imposible pero cálmate y piensa las cosas bien- Volkov, que me estaba siguiendo por la comisaría en la que no dejaba de dar vueltas nervioso me intentaba convencer de relajarme.

-¡Quiero a toda la puta malla trabajando ahora! ¡¿Dónde cojones están los de informática?!- Caminé a mi oficina donde esperaban Horacio y Gustabo.
-Necesito que estéis en recepción, no la lieis, si queréis pasaros esto por los huevos podéis hacerlo, pero es vuestra puta amiga.

- 10-4 Conway ¿Que hacemos con las denuncias?- negué después de recibir respuestas negativas por parte de otros estados.

-Armados hasta los dientes- Volkov entró con un papel y luego de coger un rotulador rojo se puso junto a mi.

-Se ha visto un helicóptero para el sur, seguramente no estén en Estados Unidos.- Enseguida me puse al ordenador y me puse en contacto con centros policiales de Suramerica.
Llamé.


-Necesito información sobre helicópteros, si se sabe de un par de ellos color negro, pónganse en contacto urgente con el CNP de Los Santos y busquen al superintendente.- colgué enseguida, con el FBI informado cogí mi chaqueta y mi pasaporte listo para salir de Los Santos.

-¿Dónde coño va?- Volkov me seguía de nuevo.

-No lo se- sin más cogí el coche dispuesto a ir al aeropuerto, el me acompañó sin dudarlo junto Ivanov, estos chicos eran mis chicos, estaba más que comprobado.
Cogimos rápidamente un avión privado de la policía, sin querer pensar demasiado en las atrocidades que le estarían haciendo a Ana, me cambié, me puse una camiseta blanca y unos pantalones negros, no íbamos a dar el cante.

Luego de aterrizar en México en unas pocas horas y comprar lo básico, un Uber nos llevó hasta la policía federal y luego de hablar con el superior empezamos a buscar.

-Tal vez hayan ido hacía...- el señor con un inglés algo forzado al ser su segundo idioma, atendió la llamada que había interrumpido la conversación.
-Policia Federal... no... dígame su direccion- miré a Ivanov y luego de apuntar algo en un papel, el hombre colgó y nos miró.


-Alguien ha llamado, han visto movimiento aéreo a las afueras, tenemos que ir aquí- puso Google Maps en el ordenador y asentí.


-Muchas gracias, iremos de secreta, necesito máxima discreción ¿Un coche?- sacó unas llaves y luego de llevarnos al automóvil subimos.


-¿Crees que esté bien?- Volkov habló.


-No lo se... no lo se Volkov- tragué saliva y mire por la ventanilla viendo el sol salir cada vez más, debían ser como las diez de la mañana.

Al llegar al lugar el testigo nos dijo todo lo que sabía, nos dijo algunos lugares a las afueras y aunque nos sospechó el porque sabía el de esos lugares no interrogamos mucho gracias a la ayuda.

-Jack Conway en radio- hablé con el aparato en la mano. Di las ubicaciones que me había dado el hombre y nos separariamos.

Esto iba a ser duro.
















Bellas y bellos, se acaba la novela :(




Es broma, mi cabeza sigue dándole a la imaginación, he estado un poco perdida, cosas del verano peor bueno, pero ser un poquito más constante, sigo sin cansarme de daros las gracias.
Os quiero 💜




Canela《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora