III. Es "lindo", no "linda"

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—¿Por qué estás sonriendo como idiota? —Jhonny preguntó al día siguiente.

Ambos, él y Cristián, trabajaban en un reconocido diario de la ciudad, los dos egresados de la Facultad de Letras. Y sus cubículos eran contiguos, así que por supuesto notó cuando una sonrisa tonta iluminó su rostro.

Quizá era un poco ridículo, pero quienes no socializamos mucho, los que tenemos pocas relaciones o intereses amorosos, cuando hacemos "clic" con alguien solemos ilusionarnos rápido. Llámenos tontos, pero sí, un sólo mensaje de esa persona nos hace sonreír.

Cristián mordió sus labios e intentó reprimir la sonrisa que luchaba por regresar. Era tan tonto por sentirse así, pero era literalmente la primera chica con la que texteaba en años. Probablemente la última fue cuando todavía era estudiante y fue una compañera con la que se estaba poniendo de acuerdo para hacer un trabajo en equipo.

No dijo nada, pero se arriesgo a ver el mensaje de nuevo.

Mar: Hola, guapo. ¿Cómo va tu día creando las mejores noticias?

Sintió que sus mejillas se calentaban un poco. Mar seguía llamándolo "guapo". Y como Cristián era un poco demasiado confiado no había puesto atención en lo que compartía de él, no tuvo cuidado en aquello de no compartir tanta información personal con desconocidos y le había contado que llevaba ya un año en su trabajo actual. Él y Jhonny hacían más corrección que redacción, pero Mar parecía imaginárselo como un gran escritor y no la corrigió porque no le hacía precisamente mal a su ego que fuera así.

Empezó a teclear una respuesta rápida, esperando que nadie lo viera mensajeando en horario laboral.

Cristián: Hola, linda. Todo tranquilo hoy. ¿Y tú? Pensé que no te despertabas hasta después del medio día...

O eso había dicho ella; Cristián realmente esperaba que hubiera sido una broma porque ¿quién duerme hasta medio día?

Sintió cómo se ruborizaba un poco más después de leer el "linda" que acababa de enviar. Él no entendía muy bien esto del coqueteo y mucho menos por qué justo ahora, con una total desconocida, le daban ganas de hacerlo.

—¡Oh! —el grito de Jhonny vino justo cuando el móvil vibró con un mensaje nuevo, haciéndolo saltar—. ¡Conozco esa mirada, Romeo! Dime quién es tu Julieta. No sabía que ya tenías novia. ¡Déjame ver!

—¡No! —Cristián gritó, pidiéndole a su amigo volver a su lugar y advirtiendo que les llamarían la atención por hacer escándalo en la oficina, mientras forcejeaban para hacerse del celular.

Al final Cristián ganó, pero en el proceso había borrado la respuesta de Mar. Miró furioso a su amigo.

Ahora, ¿cómo contestaba sin saber lo que decía? No podía simplemente decirle que borró su mensaje sin querer; nadie borra un mensaje por accidente.

Y si bien sólo llevaba un par de días hablando con ella –lo que para él ya era mucho–, se sintió mal por ya no contestar. Había algo horrible en su estómago al imaginarse que ella se sentiría ignorada y ya nunca le volvería a escribir.

Pero, bueno, intentó concentrarse en su artículo y prometió escribirle por la noche cuando Jhonny, ni nadie más, estuviera cerca.

* * * * *

Marcos miró el mensaje y sintió su frente arrugarse un poco.

Cristián: Hola, linda. Todo tranquilo hoy. ¿Y tú? Pensé que no te despertabas hasta después del medio día...

Ese "linda" lo hizo fruncir los labios. Lo extraño es que no era la primera vez. Había habido otras dos o tres ocasiones en que uso el femenino para referirse a él.

Ojalá no fuera uno de esos tipos con fetiches raros. Porque hasta ahora Cris le caía muy bien, era fácil conversar con él, no era como los otros chicos que directamente te mandaban una propuesta de sexo o una foto –no solicitada, gracias– de sus miembros. Y totalmente lo arruinaría si, sólo porque le gustaba maquillarse, lo considerara una mujer.

Resopló y, por primera vez, le hizo saber de su error. Total, no perdía nada.

Mar: Habrás querido decir "lindo". Lo cual, por supuesto, que soy; gracias. Y de hecho me voy despertando...

Hizo una pausa. Seguramente sería ridículo decir que lo primero en lo que pensó al despertar fue en él. Y sí, había dormido nueve horas seguidas –se habían quedado enviando mensajes hasta más de la dos de la madrugada–, pero hoy iba a grabar para su canal de Youtube y tenía que verse muy bien su piel. Consideró decirle eso, pero no era información compartida en su perfil y todavía no le parecía adecuado hacerlo, aún podía resultar que Cristián fuera un pervertido o algo peor. Obviamente si un día decidieran conocerse en persona se daría cuenta que era aquel famoso youtuber que los martes y jueves subía excelentes videos mostrando a sus seguidores como usar correctamente ciertos productos de belleza y que, a sus sólo veintitrés años, tenía contratos con al menos diez marcas...pero todo a su momento.

Presionó "Enviar", sólo con esa respuesta, y esperó cinco malditos minutos a que Cristián dijera algo, de preferencia un “Perdón, claro que eres lindo; error de dedo”. Pero nunca llegó.

—Estúpido —Marcos se quejó, para él mismo o para Cristián, no estaba seguro. Salió de su cama y dejó ahí mismo el móvil. Tenía planes importantes para hoy y no estaba para preocuparse por un vil desconocido que contactó en una aplicación de citas.

Todo era culpa de su mejor amiga por darle consejos tontos, como crearse un perfil ahí. Él podía tener al chico que quisiera, Cristián y sus errores no eran nada especial.

Aunque fuera excelente conversando y su cabello tan bonito.










* ~ * ~ *

Debo decirles que tengo debilidad por los chicos que se maquillan tan precioso 😍, mil veces mejor que yo y otras chicas 😂

Espero que amen mucho a Mar. Gracias por el apoyo que están dando a esta nueva historia ❤️

Hay un gay en líneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora