XXVII. Propuesta inesperada

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Los nuevos comienzos a menudo se disfrazan de finales dolorosos.
(Lao-Tse)



Marcos no entendía a Cristián. De verdad no.

Primero el "me gusta" en Instagram en su comentario sobre que pronto cumpliría con el reto de novios y ahora ese último mensaje.

Cristián: Por supuesto que Mar es bonito. No me refería a eso, idiota.

Ni siquiera estaba seguro de por qué le mandaba eso. Ya de por sí habría sido raro que le dijera algo como "Te ves bonito", pero por sus palabras más bien parecía que estaba hablando de él con alguien. Y, además, diciéndole que era... ¿bonito?

Y no, definitivamente no estaba sonriendo como un tonto. No, para nada.

Él ya tenía claro que sólo serían amigos, que Cristián necesitaba superar sus prejuicios y esas ideas preconcebidas sobre lo masculino y lo femenino. Así que sí, podían ser sólo amigos. No importa que Cris lo considerara "bonito".

Mordió su labio inferior y logró, por poco, no dar saltitos mientras escribía su respuesta.

Mar: Aamm, ¿gracias? Creo.

No esperaba que contestara pronto porque estaba en su trabajo y, además, Cristián solía responder horas después. Así que realmente se sorprendió cuando casi inmediatamente llegó una notificación en la aplicación de citas.

Cristián: Por nada. Te ves muy bien en las fotos. Me gusta tu maquillaje.

Tuvo que leerlo varias veces para asegurarse que no estaba leyendo mal y recordarse que respirar es vitalmente necesario. Y sí, había mariposas revoloteando en su estómago. ¿Qué podía decir? Uno se puede repetir mil veces que no, pero a veces el corazón es sordo y se aferra a un sí.

Y, a final de cuentas, si te rompen el corazón, es totalmente culpa suya. Por necio.

Durante un instante fugaz se preguntó si todo esto no sería un sueño. ¿Y si los mensajes de Cristián disculpándose y pidiéndole volver a ser amigos, el ligero acoso en Instagram y los halagos no eran reales? Quizá seguía dormido o tuvo un accidente y estaba en coma...

—O tal vez sólo eres ridículo —se dijo a sí mismo—, sólo contéstale. No es la primera, ni será la última persona, que te llame "bonito" y diga que le gusta tu maquillaje. Supéralo. No es para tanto.

¡Pero es que sí lo era!

Sí lo era cuando venía del mismo chico que se volvió medio loco al descubrir que era un hombre, que era Marcos y no sólo "Mar".

Se dejó caer en el sofá y cubrió su rostro con su brazo. Y luego, cuando escuchó que la puerta se abría, se apresuró a contestarle.

Mar: Gracias, guapo. Qué lindo de tu parte. Ten buen día en el trabajo.

Y cerró la aplicación rápidamente. Sin tiempo para volverse loco al notar que se le escapó un "guapo" cuando había estado intentando mantener un tono frío, porque Sasha ya estaba avanzando rápidamente hacia él.

Marcos hizo una mueca porque seguramente ella estaba enojada; pero cuando sólo se le quedó mirando, él se rompió. No pudo evitarlo: —¡Somos amigos de nuevo, dejó un corazoncito en mi comentario de Instagram y me llamó "bonito"!

Seguido a eso soltó un chillido y ocultó su rostro en uno de los cojines del sofá.

Cuando los gritos de su amiga no llegaron, se atrevió a mirarla. Sasha sólo negó con la cabeza y le hizo una seña para que le hiciera un espacio. Luego se sentó junto a él y frotó su espalda. —Claro que eres muy bonito, Mar. Mucho más que bonito. Eres el más hermoso.

Hay un gay en líneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora