XXXIX. No quiero el mundo...

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No quiero el mundo. Te quiero a ti.
(Cassandra Clare)




—Hay algo en tu —Sasha hizo un movimiento señalándose a sí misma— en tu cara.

—¡¿Qué?! —Marcos, asustado, empezó a limpiarse algo que ni siquiera podía ver.

—Sí —Sasha asintió—. Tienes...

—¡¿Qué?! —No podía tener nada, ¡Cristián ya venía!

—...¡una estúpida expresión de enamorado y mentiroso! —Sasha terminó, ganándose una mala mirada de Marcos.

—¡Eres una tonta! ¡Me asustaste! —miró para ver si no venía la novia—. Y no estoy enamorado —podía sentir como sus mejillas se habían encendido.

Sasha hizo un sonido de incredulidad y luego sus ojos se entrecerraron. —Veo que no dices nada sobre la parte de "mentiroso".

Luego todo sucedió a la vez:

Marcos balbuceó un intento de respuesta.

Natasha volvió preguntando “¿Qué pasa?”.

Y Sasha, la traidora, dijo “Nada. Hablábamos del novio de Mar”.

¡Justo cuando Cristián iba entrando a la habitación!

El pobre tropezó y Marcos no podía ir a ayudarlo, aunque se moría de ganas por tocarlo... Eh...ayudarlo.

—Ay, Cristián —su hermana se quejó, pero se acercó a ofrecerle una mano. Aunque inmediatamente se volteó hacia ellos, sus ojos brillando con travesura—. Así que novio, ¿eh? ¿Quién es? ¿Ese hermoso maquillista sexy?

Luego hubo un “¡Ay!” cuando su hermano le apretó demasiado la mano, murmurando “No es su novio”.

—¿Qué te pasa? —Natasha se quejó, sobándose.

Cristián, con el ceño profundamente fruncido, habló mirando sus pies: —Nada. Sólo que no es su novio. Rudo no es novio de Mar.

—Se llama Rude —su hermana dijo, ya sea no notando su molestia o ignorándolo— y eso no es lo que dicen las páginas de chism...

—¡Pues mienten! —Cristián gritó de repente, con los puños apretados.

Hubo un incómodo momento de silencio en el que sólo se miraron unos a otros.

—Cristián —dijo al final su hermana—, no vengas aquí con tu mala vibra, por favor...

Ni siquiera había terminado cuando Cristián gruñó y salió, azotando la puerta.

Natasha los miró. —Perdón. No sé muy bien qué le pasa hoy.

Sasha tosió un “Mar”.

Marcos la miró mal. —No lo conozco —y la mentira dolía, pero él no era quien para sacar a Cristián si no estaba listo—. Tampoco sé que le pasa.

Su amiga sonrió. —No. Me refiero a que querías ir al baño.

Marcos hizo una cara rara. Él no quería ir al baño.

Pero luego Natasha dijo: —¡Claro! Hay uno aquí en mi habitación, aunque la verdad es que ahora mismo es un desastre... Puedes ir al que está en el pasillo.

—¡Sí, al pasillo! —Sasha lo empujó—. Ve rápido para empezar con el maquillaje. No queremos que la novia no esté lista a tiempo.

Y el chillido alarmado de la hermana de Cristián fue la señal de Marcos para huir de la habitación.


Hay un gay en líneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora