Hay un gay en línea

XXXII. [No] soy gay

La impresión incluso lo hizo olvidar a Marcos con su futuro "novio".

Sintió como sus ojos se abrían un poco más. ¿Una videollamada con Arturo?

«Bueno —pensó, encogiéndose de hombros—, después de lo sucedido con Mar, mejor comprobar que sí estoy hablando con quién creía»

Presionó su dedo con fuerza sobre el círculo verde e inmediatamente apareció el rostro afilado de un chico distraído. Su barbilla puntiaguda salpicada con unos cuantos vellos oscuros, los labios finos de un rosa pálido, llevaba un piercing en la ceja derecha y un pendiente en la oreja izquierda, unos lentes discretos y elegantes retiraban el cabello de su frente, aunque un mechón rebelde seguía ahí.

Cristián se quedó sin aliento, sin entender muy bien la razón. Y es que ver una foto y verlo ahora, comprobar que era real, aunque fuera a través de una pantalla, era...

Se quedó sin palabras y no entendió muy bien por qué. Él no sabía si apreciar la belleza de otro chico era normal. No es que Arturo fuera guapísimo, era algo más.

Pero entonces sus ojos se encontraron y Arturo se levantó de donde había estado acostado y sonrió. Comenzó como una pequeña sonrisa hasta convertirse en una llena de travesura. —¡Hey! Ahí está mi bebé hetero.

¿Su bebé?

—¿Estabas acostado? —Cristián preguntó, en lugar de saludar.

—Pues claro —respindió Arturo, retirando los lentes y el cabello que se le había venido al rostro al levantarse—. ¿Qué más crees que estaría haciendo a esta hora? —el movimiento de sus cejas provocó que las mejillas de Cristián se encendieran.

—¿Estás bien? —hubo un ligero fruncimiento en sus cejas y sus labios.

Cristián tragó. ¿Por qué estaba notando estas cosas en Arturo? Se sentía tan incorrecto.

Y de nuevo, Arturo no era necesariamente "bello", pero su chispa y la sonrisa lo transformaban por completo. Era evidente que estaba acostumbrado a llamar la atención y eso le gustaba.

—¿Cristián?

Cristián sacudió la cabeza. —Sí, estoy bien... Es sólo que... Tú...eres...

—¡Ah! —Arturo mordió su labio inferior por un lado, todavía con media sonrisa coqueteando ahí—. Lo sé. Soy guapo —hizo un ademán como insinuando que no era algo nuevo.

Y con eso, un poco de la incomodidad se fue. Cristián soltó una carcajada y Arturo también se rio; luego su rostro se fue un momento, mientras se acomodaba de nuevo.

—Y ahí se fue cualquier impresionante belleza tuya —Cristián bromeó.

El rostro sonriente de Arturo reapareció. —No. Quizá un poco de mi humildad se fue, pero mi belleza sigue intacta.

Y hablando de egos...

—¡Oye! —Arturo dejó de coquetear y bromear—. Debo decir que me sorprende verte tan tranquilo. Creí que estarías en medio de un ataque de celos o algo así. No le has dicho a Mar que querías hacer el reto con él, ¿o sí? Porque esos comentarios... —dejó la frase en suspenso e hizo una cara sugerente.

Cristián hizo una mueca. Lo había olvidado. —Es sólo un novio falso —le recordó—, sólo para el reto. Y no tendría por qué tener celos. Mar y yo somos amigos y él dijo que eso nada lo iba a cambiar.

Arturo asintió de acuerdo y los ojos de Cristián se entrecerraron. ¿Así de fácil? ¿No iba a discutir al respecto o a molestarlo más?