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—pone entre comillas la frase que escucho en mis pesadillas,—les mostró amity, recordando sus horribles sueños—"si no eres mía, no eres de nadie, ¡entiende!"

—él las ha estado controlando todo este tiempo...—sugirió luz—por eso siempre tienes la misma, por eso tus sueños no cambian.

las tres chicas empezaron a desmadrarse; amity porque corría peligro, luz porque la persona que más amaba en el mundo corría peligro, y willow porque sus dos mejores amigas corrían peligro.

se quedaron en silencio unos instantes. después de sacar tales conclusiones, necesitaban un momento, tan sólo un momento para reponer sus mentes de tales conflictos.

—¿qué se supone que hagamos ahora? mamá recién ha sido elegida gobernante, y aún no hay estado. no hay congreso, no hay información, no hay aquelarre, no hay nada. matthew allen sólo era conocido por ser uno de los líderes más importantes del aquelarre. ahora ha de ser nadie... ¿cómo lo vamos a encontrar?

amity había comenzado a decirle "mamá" a lilith desde que junto con eda, luz, y willow, ambas derrocaron al emperador. por sus "acciones sin sentido" amity había sido vetada de su propia casa, y, tristemente, no le podía importar menos. a veces extrañaba a sus hermanos, pero el hecho de saber que la mujer que le dio la vida estaba tan fuera de su alcance le hacía feliz. digo 'la mujer que le dio la vida' porque amity insistía, teniendo toda la razón, en que odalia blight era muchas cosas, pero su madre no era una de ellas.

—todavía no sé cómo vamos a hacerlo, pero vamos a hacerlo.—le aseguró luz—tendrán que matarme a mí antes de hacerte daño. tendrán que pasar sobre mí antes.

—oigan, a lo mejor la propia lilith sabe dónde está el hombre este.—willow pensó en voz alta—quizá podríamos ir al castillo a preguntarle. incluso puede ser que siga ahí.

amity estaba por debatir su punto, cuando lo pensó dos veces y se dió cuenta que, en realidad, aquella no era una mala idea.

—de acuerdo, iremos con eda cuando despierte, ¿sí?—sugirió luz.

—¿cuando despierte?

—luz, son las dos de la tarde.

—sí... la desperté a las cinco de la mañana teniendo un ataque de pánico porque estabas inconsciente.—luz sonrió, aceptando cierta culpa—pero nunca pasa de las tres, así que alistemos nuestras cosas;—la humana y su novia se miraron— iremos al castillo.


una hora más tarde, willow y boscha se aparecieron en la casa búho.

—¿contraseña, hoot?—dijo hooty, y boscha golpeó la pared.

—abre y ya, pájaro tubo.—le exigió con violencia, y hooty abrió la puerta con temor.

—boscha, sé amable.—le pidió willow tranquilamente, y la pelirosa se relajó.

—lo siento, cariño. sabes que a veces...

—lo sé, pero sé amable. hablo en serio.

sin soltarse de las manos, entraron juntas a la casa búho, con eda, luz, y amity ya saliendo de ahí.

—¿qué hacen aquí?—preguntó amity, muerta de nervios, intentando controlarse a pesar de que existía la posibilidad de que fuera a ver cara a cara al hombre que le había mandado una carta de amenaza... muy casual.

—no creyeron que las dejaríamos solas, ¿o sí?—boscha alzó una ceja, y willow la miró. con ella se sentía protegida, y si anteriormente no había tenido miedo de enfrentarse a belos junto con sus amigas, ahora, junto con su novia, se sentía temeraria.

—están dementes.—amity frunció el ceño—ni crean que dejaré que me acompañen. no voy a meterlas en todo este lío por nada. regresen cada una a su casa y nada más deséenos suerte.

—eh, sí, amity... eso no va a pasar. si tú tienes un problema, es problema de todas. somos un equipo, y juntas somos más, ¿entiendes? con eda incluida.—willow sonrió.

amity rodó los ojos y asintió, sin poner resistencia a la solidaridad de sus amigas. después de todo, sabía que igual encontrarían la manera de seguirla, porque las conocía bien, y sabía que se irían con ella hasta el infierno si ella se los pidiera.

—de acuerdo,—amity le devolvió la sonrisa—vamos a buscar a ese imbécil.

y así fue como se subieron al bastón mágico, y, de frente y de pronto, se dirigieron al castillo a buscar o a lilith, o a matthew allen, mejor conocido como el padre del mayor hijo de puta que alguna vez existió.

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