a salvo.

200 16 4
                                    

el perro guardián del castillo había sido encerrado tras el derroque de belos hasta que la mujer cuervo fue elegida para gobernar. ese gigantesco perro, sin embargo, tenía algo más que sólo garras y dientes para defender la puerta principal del castillo; ese perro tenía un olfato infalible.

—no entiendo cómo esto va a ayudarnos, pero aquí tienes.—boscha le alcanzó a lilith la bufanda con la que su novia había llegado al castillo, y la mujer, que tenía agarrado al perro por su collar, se agachó y dejó que la oliera.

—de acuerdo bram, puedes hacerlo.

lilith soltó el collar del perro, y el can las guió por todo el puto castillo hasta terminar su búsqueda en una maceta.

sip, en una maceta.

—tu perro se volvió loco, lilith.—boscha rodó los ojos, empezando a enojarse con la vida—entiendo que willow tenga tantísimo talento con las plantas y que las adore; pero la última vez que revisé, todavía no se había convertido en una.

lilith prefirió no responder al comentario fuera de lugar de la chica; tan sólo mirarla y mover un poco la planta, revelando unas escaleras que llevarían a un sótano.

—no le hagas caso, bram.—le dijo la mujer al can, acariciándolo—hiciste un gran trabajo. ve a que kikimora te premie con tus galletas favoritas.

el perro se marchó, y, sin más, las cuatro empezaron a bajar al sótano.

al llegar, lo primero que encontraron fue una espalda, y parecía que sus pasos eran tan lentos y delicados que tuvieron que pasar unos instantes hasta que allen se diera cuenta de que había sido descubierto.

—¡mierda!

—cuida tu vocabulario alrededor de mi novia, allen.—boscha, siempre armada 'por seguridad', se acercó bruscamente, y, hundiendo un taser en su estómago, la pelirosa desmayó a matthew.

una vez el hombre en el piso, la chica soltó el arma y corrió a rescatar a willow. luz, amity, y lilith estaban paralizadas, pero boscha parecía poder sola, así que no importaba. por su cuenta, la chica desamarró las sogas que ataban a su novia a unas gruesas barras de metal, y quitó un pañuelo silenciador de su boca, que le había estado cortando la respiración.

willow cayó al piso con los ojos cerrados y la respiración agitada. boscha estaba entrando en crisis nerviosa, deseando poder separarse en dos; una mitad matando al hombre a golpes, y la otra atendiendo a willow.

—eh, eh, eh, no tan rápido.—lilith se teletransportó, bloqueando las escaleras al ver que el hombre había resucitado y aprovechado el momento para intentar escapar—no te irás tan fácil.

tan sólo con levantar dos dedos, la mujer levantó al hombre en el aire y lo paralizó.

—chicas,—miró a luz y amity—¿alguna quiere ensuciarse las manos de la sangre de este cretino, o lo hacemos con magia y aburrido?

amity tenía miedo de siquiera tocar a un miembro de la familia allen y luz lo sabía, así que decidió que sería divertido hacer un legado.

—bueno,—dio un paso adelante—si maté a golpes a un allen, ¿ha de ser igual de fácil y divertido matar a golpes a otro, cierto?

—y más viejo y débil.—la mujer rió—lo tendré paralizado, es todo tuyo. boscha, lleva a willow a su habitación, ha de estar frágil.

la pelirosa, en efecto, cargó en brazos a su novia y se fue hasta su habitación; a pesar de que estaba bastante lejos y willow le pesaba un poco, boscha la veía tan débil que le dolía, y se convencía que podía llegar sin descansar, ¿o acaso los príncipes descansan hasta rescatar a sus princesas?

—tranquila, mi flor,—boscha la recostó en su cama sin tender—ya estás a salvo.

JuntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora