dejavú.

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"—¡j-ja-jamás te saldrás con la tuya! ¡mis amigas vendrán por mí!

—oh, querida luz... ¿por qué crees que allen no está aquí? tus amigas han de estar igual de violadas, y probablemente muertas.

—¡no! ¡DEJA A MIS AMIGAS Y A MI NOVIA, MALDITA HIJA DE PERRA!

—¡esa no es manera de hablarle a tu madre, amity blight!

—tú. no eres. mi madre.

—cariño, ¿para qué te enojas? ¡te vas a desmayar! tranquila, te la vamos a devolver.

—¿de verdad?

—¡claro, cariño! vamos a devolvértela... tal vez viva, tal vez muerta.

una mancha de hombres entraron al almacén mientras odalia regresaba a la mansión, desatando a una débil luz y tirándola con violencia sobre un colchón inflable en un rincón del lugar. de los diez o doce hombres, cinco se quitaban los cinturones, mientras los otros agarraban a la pobre chica, que intentaba zafarse de todos aquellos degenerados.

había visto a algunos de ellos anteriormente por ahí, caminando por el mercado o paseando junto con su novia, sin saber que iba a terminar con ellos en aquella situación. ni siquiera se enteró cómo, pero no tardaron en desvestirla, y uno por uno iban penetrándola en fila, con tal violencia hasta el punto en que su vagina empezó a sangrar indiscriminadamente, y, aún así, no parecía que los hombres fueran a parar.

luz lloraba a mares, y estaba tan frágil que ni siquiera podía gritar ni de dolor ni pidiendo auxilio. entendió que preferiría morir a quedarse en aquella situación, así que, aún echada, alcanzó cómo pudo un vidrio roto y..."

—¡mierda!—luz despertó de su horrible pesadilla, levantando a su novia con el grito que pegó.

—¡luz! ¡amor! —amity no iba a preguntarle si estaba bien; se veía en sus ojos llenos de lágrimas y escuchaba en sus sollozos que evidentemente no lo estaba—¿¡qué pasó?!—luz se escondió en el pecho de su novia, sintiéndose protegida, como si en aquel lugar nada pudiera hacerle daño.

—y-yo...—la latina no podía parar de llorar hasta el punto en que, si no hubiera sido porque estaba con amity, no se le habría entendido ni una palabra—tuve un dejavú. una pesadilla.

—¿quieres hablar de ella?—amity no iba a forzar a su novia a hablar. ella sabía muy bien lo feo que era tener una pesadilla y revivirla en tu mente una vez más al contarla, y no quería que luz tuviera que pasar por eso; no a la fuerza.

incluso cuando trataba de calmarse, de recordar tan sólo un flash de lo que había visto en su sueño, luz rompía a llorar una vez más. sabía que esa pesadilla  la perseguiría por las noches como la de la boda de amity perseguía a su novia, y ahora no sabía hablar.

—voy a tomar tu silencio como un no.—amity respondió a las inexistentes palabras de luz—pero no te preocupes. no tienes que decir nada si no quieres. ahora, sólo manténte cerca de mí. nada te pasará conmigo aquí, ¿de acuerdo? solo manténte cerca de mí.

al sentirse tan segura en los brazos de su novia, increíblemente, luz volvió a dormir. sin embargo, la que no volvió a conciliar el sueño hasta que amaneció fue amity.

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