El quibre de un artista

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La diferencia era tan abismal, Yoongi casi no podía creer que estaba viendo a la misma persona. Su adormecido Seokjin, ese que amoroso preparó el desayuno de ambos, y sonrojado recibía sus pesados abrazos por la espalda mientras conversaban, no se parecía a ese mafioso asesino despiadado y torturador maniático, cubierto de sangre y reflejando muerte en sus apagados ojos.

Seokjin hacía preguntas participando ocasionalmente en los actos, mientras el hombre que conocía como Hoseok, y que minutos antes le recibió en su hogar pidiendo disculpa por el golpe dado en su primer encuentro, torturaba atentó y divertido al rehén que se encontraba atado a una vieja silla de madera.

—Lo repetiré una vez más, tu charlatán amigo, ya sabés, el que murio agonizando y gritando mi nombre, ¿para quién trabaja? Habla, quiero detener a mi compañero que está ansioso por arrancar las miserables cuatro uñas, que aún quedan en tus manos— Hoseok, atentó a sus palabras, solo hizo sonar esa pesada tenaza al oido del temeroso hombre, logrando oír un sonoro sollozo de miedo en respuesta.

—No lo sé, mierda, yo no lo sé... Por favor, tengo esposa e hijos...

—Oh amigo, ¿esposa e hijos?— Seokjin dejó su silla, siendo seguido por la atenta mirada del pintor que se encontraba a pocos metros de el, con una libreta en su mano, retratando los rasgos claros y resaltantes de ese mafiaso, como si toda su vida dependiese de ello —No podría creer jamás esa escusa, solo un idiota pondría en riesgo a su familia para salvarse a si mismo— su mano fue firme al cabello oscuro de su capturado, tirando del mismo con fuerza y formando una sonrisa divertida en sus labios. Yoongi podía jurar que nunca había retratado tan rápido en toda su vida; esa escena que Seokjin mostraba era tan nueva, no quería perderse ninguna de sus majestuosas expresiones —No hablará. Jung, ¿no crees que quitar uñas es aburrido? ¿Qué tal si cortamos sus dedos? ¿O toda su mano? También se me ocurre apuñalar sus ojos hasta sacarlos; dicen que el sufrimiento es tal, que las personas prefieren morir a continuar con el otro... Comencemos con el izquierdo.

Podía verlo, el terror tan marcado en una persona, ese hombre que había sido despojado de sus principales ropas, humillado, atado de los pies y las manos, perdido por sus ojos vendados, era desesperante, inhumano, pero Yoongi estaba deslumbrado, su razón le decía a gritos que nada de ello estaba bien, pero su cariño solo admiraba la belleza de su glorioso estro.
Se preguntaba si su pasión era de tal magnitud, como para presenciar un sufrimiento tan agonizante, y no tenía una respuesta clara, mas eso no era pasión, era el claro amor que desbordaba por el actor, estaba tan enamorado que no importaba que locura hiciera, si veía su rostro bañado en un rojizo rubor o fresca sangre, si de la misma bella boca salían palabras de regaño infantil y luego amenazas a familiares inocentes, si cortaba verduras atento para una cálida cena o dedos para su cruel venganza, nada importaba mas que todo lo bueno que le provocaba.

Ese pobre hombre amarrado y alterado por su notoria falta de dedos y la aterradora punta filosa de la navaja, que apuntando su ojo para ser extirpado sin compasión, habló, fue tanto vomito verbal que escurrió por sus labios, que Seokjin sólo logró sentir la satisfacción de un trabajo bien hecho, luego de todos sus desastrosos problemas.

—Eres hermoso...— Y como si todo el ambiente cambiará, los ojos del atento actor al que iban dirigidas esas palabras y los de su asombrado compañero, observaron al pintor, el primero avergonzado y el segundo sin comprender lo que habia pasado. Lo único que veía era a su jefe coqueteando apenado con su mirada, al hombre que casi mata hace semanas y que estuvo presente en todo su interrogatorio, retratando toda tortura ajena.

Seokjin habia perdido toda compostura, hasta el alterado rehén que tenía, se sorprendió al no sentir una dolorosa cuchilla atravesar sus restantes dedos; era como si su palabras le hubieran golpeado, y en ese momento, lograron resaltar sus orejas sonrojadas y un repentino despilfarre de palabras.

La inspiración de un artista - Yoonjin/NamtaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora