Habia pasado una semana desde ese incidente, y efectivamente, como lo pensó, Namjoon no recordaba nada, era como si sus palabras no hubieran existido o se las hubiera llevado el viento pero, aún asi, Taehyung las recordaba marcadas a fuego en memoria, como si cada día al despertar, segundos antes hubiera soñado con ello.
Al final, al día siguiente, ambos desayunaron juntos, entre risas por la resaca de Namjoon y cansados por el horario al que despertaron, ya que Seokjin había llamado a Namjoon para explicarle su terrible situación, luego despertó a Taehyung quien agradeció la invitación a su departamento y finalmente se despidió de el para volver a su hogar, donde encontró a su compañero de departamento totalmente herido.
—¡Yoongi es un diota! ¿Cómo puede defender a Seokjin sobre mi? ¡Yo! ¡Practicamente somos hermanos! Lo conozco desde que tengo doce y a Seokjin solo desde hace poco más de un mes— su ideas se encontraban a rabiar, caminaba de un lado a otro en su estudio, mientras era observado por un bien asalariado empresario, contándole sus molestias como si fuese un psicólogo —Es que ¿puedes creerlo, cariño? ¿Discutir con tu amigo de hace más de diez años por tu novio?
—De hecho no. Creo que lo correcto es que lo hables con Min cuando estén más tranquilos, asi podrán resolverlo; ustedes son muy cercanos, una discusión sera fácil de perdonar. Créeme, Taehyung— Su caminar frenético se detuvo en seco, y no para agradecer sus palabras o porque obtuvo una solución, solo porque oyó nuevamente que lo llamaba por su nombre.
—¿Acabas de llamarme Taehyung?
—Claro— Namjoon le respondió sincero y tranquilo, como si fuera normal que lo llamase asi —Hablamos sobre esto en la cena de mi departamento. Tengo ideas difusas de ese día, pero lo recuerdo, Taehyung...— lo único que su rostro mostró, fue una clara confusión en respuesta, ocasionada por esas firmes palabras ajenas.
—Pensé... que no recordabas nada luego del vino— su sopresa fue suavizandose a un calida sonrisa que llegaba a ser hasta divertida. Por unos segundos pensó en todas las locas ideas que pasaron por su mente esa semana por nada, él realmente no lo recordaba —¿Sabés lo que ocurrió después?
—¿Por qué esa sonrisa, Kim? ¿Hice algo vergonzoso? De ser asi, olvídalo— Namjoon correspondió a su risa, el ambiente se volvió divertido, y la molestia que segundos antes lo consumía, se volvió una agradable emoción por saber eso.
Namjoon era atractivo, no se podía negar, la principal razón por la que era su inspiración, fue por su increíble belleza y masculinidad perpetua; además, el era humano, podía admitir fácilmente que lo deseaba, al igual que como llegó a desear a Jimin o a varios de sus antiguos modelos, y a pesar de que no estimarlos como anunciaba, o de saber que esas palabras podían pesarle en culpa luego, quería intentarlo, perderse en Namjoon, estaba mal, pero Taehyung lo anhelaba por más egoista y caprichoso que sonara.
—¿Puedo besarte?
No hubo palabras en respuesta, fue tan claro como el agua que el deseo en ellos solo pedía al otro. Namjoon se perdió en sus labios, aprisionando su cintura en sus brazos y Taehyung enredó sus largos dedos en ese sedoso cabello. En esa habitación estaba ocurriendo una acción irrazonable, con vistas tan distintas, un beso por pasión desmedida y otro por un creciente amor inconsciente, estaba claro que no terminaría bien.
Namjoon estaba perdido en sus ideas y emociones, y Taehyung en el deseo ferviente y calor excesivo de su cuerpo.
No se detuvieron, querían más, no les interesaba el lugar, las palabras, las acciones, sus cuerpos fueron fugaces al cercano sofá, Namjoon cayó sentado, y en sus maravillosas piernas se sentó ese hermoso pintor, que rodeó sin miedo o limitación su cuello con sus brazos. Los minutos pasaban rápidos, sus manos pasearon por donde fue posible el acceso, tocaron toda la piel disponible, se besaron de forma desmedida, y solo detuvieron el fuego, cuando perdido en éxtasis Taehyung lo vio, tan sexy y encantador, sin su amado saco gris, con su arrugada camisa blanca abierta hasta su plano abdomen, y su pecho marcado subiendo y bajando en busca de aire. Era la imagen perfecta, y su calor no podía jamás apaciguar su pasión.
—Dios, cariño lo siento, solo, quedate quieto...— Vio la confusión en su rostro pero no le importó con que mantuviera esa posición, seguiría perfecto para comenzar con la pintura de esa imagen.
—Taehyung, realmente eres un artista...— en esa posición era maravilloso de oir y ver, cualquier gesto con su cuerpo así, podría alterarlo en todo sentido —Bien, por favor, hazme lucir hermoso...
—La veces que tu quieras, cariño.
El pincel en su mano, paseo suave y al mismo tiempo rápido, casi imperceptible por el lienzo, con ligeras formas geométricas para empezar, y luego continuar con sus paleta de varios colores, mezclando, lavando, pintando, sombreando. Cada minuto, cada hora, era un detalle más, a la básica pintura que realizaba, de su amada inspiración.
Con el tiempo, el calor de la habitación era sutil, el artista se perdió en su arte y el modelo de perdió en el artista.
—Acabe... Solo necesita secarse unos minutos y estará listo...— su sonrisa fue clara, y la emoción en sus ojos era brillante como la mutua alegría que sentía Namjoon al verlo.
—Muy bien, Kim, ¿creés que ya puedo moverme? No siento mis piernas, necesito levantarme— Obtuvo una linda risa en respuesta, aunque de verdad se sentía ligeramente agotado por la situación, ver la perpetúa emoción de Taehyung era suficiente para animarlo.
—¿De verdad? Es una lástima, porque realmente quería sentarme sobre ellas de nuevo— su mirada divertida, casi seductora pero sutil, fue directa hacia el, a los ojos encantados e hipnotizados de su modelo.
—¿Quieres ir a mi departamento hoy? Podríamos comer y luego, sin ningún problema puedes sentarte en ellas, el tiempo que quieras pero sin ropa y mientras saltas una y otra vez sobre mi p...— el bello pintor comenzó a reír, interrumpiendo al empresario y compartiendo su divertida risa, ligeramente tímida, pero muy clara.
—Oh cariño, quién pensaría que tan importante CEO, fuera tan directo— Taehyung apartó su vista de el, sosteniendo de entre sus herramientas, un negro marcador, que destapó y uso en su reciente creación —Me encantaría cenar contigo— su mano, certeramente escribió Vante en cursiva, en la punta inferior de su bello cuadro, y finalmente observó al atractivo hombre, que acomodando su ropa y cabello, se levanto del sofá y sonrío mientras estiraba suave su asombroso cuerpo —Solo, dame unos minutos debo darme una ducha, ¿o acaso te gustaría que te manchese con pintura?
—No creí que tenías algún tipo de fetiche con ella, no te preocupes, no me molesta— a pesar de ver la soberbia sonrisa ocasionada por su palabras, en su mirada se podía notar la comprensión y el cariño hacia el. El pintor lo veía, y solo dudaba —Yo... Te espero, Taehyung.
Y como si volara, pocos segundos después se encontró su habitación, donde inmediatamente ubicó la puerta que daba a su personal baño y se apresuró con sus acciones. No podía negar que se encontraba emocionado, y era porque a cada segundo que ese hombre existía, su cuerpo simplemente reaccionaba, lo necesitaba, era eso, necesidad lo que recorría cada centímetros de su piel, y le daba terror pensar lo mucho que deseaba a Namjoon y lo ilusionada que se veía su mirada al aceptar su invitación.
Estaba claro que ambos querían algo más sexual, el deseo y la tensión eran palpables, pero un sentimiento tan desbordante como el que lo ojos de Namjoon reflejaban, era tan similar al de su amigo Jimin, ese amigo, que ahora quiere, pero en su momento, solo deseaba, porque el calor de su cuerpo solo le exigía acostarse con el, y Jimin, enamorado, accedió, luego se confesó, y el rechazo que recibió fue el peor. Después llegó la distancia, finalmente hablaron sobre ello, y todo se resolvió, a pesar de la pesada culpa que Taehyung aún cargaba por sus irresponsables acciones.
Parecía no tener sentimientos, ser egoísta, frio, y hasta un enfermo por no pensar en los demás, pero la tentación era mayor, y sabía que si se perdía en la ajena piel, momentáneamente se iba a cegar.
Parado en la puerta de su habitación, con sus cabellos húmedos por su ducha, y aún con su dilema moral comiendo sus ideas, abrió la puerta, sabiendo que él lo esperaba ilusionado, y que esa noche iba a traspasar un límite que solo lastimaria.
—Ya estoy listo, cariño ¿Nos vamos?
💐
Parece que todo esto es algo bueno, que Taehyung y Namjoon van a lo que van, pero la cosa se va a poner triste, ya era algo claro, asi que doy pie a un consejo: No se ilusionen si no es algo seguro, no sean yo, no sean Namjoon.
Besos y abrazos, felices fiestas, y gracias por leer, nos vemos en la próxima actualización.❤
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La inspiración de un artista - Yoonjin/Namtae
FanfictionPara algunos grandes artistas enamorarse es la cuna de su pasión, para dos pintores tan excepcionales como Yoongi y Taehyung, enamorarse fue la inspiracion de todo su trabajo, sus dos obras de arte, los hermanos Kim; Seokjin, un actor de reconocimie...