Chicos lindos y heridos

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Namjoon siempre admiró a los chicos lindos, esos que poseían de forma natural un gesto distintivo sumamente adorable y cautivador, hasta se volvio normal para el caer ante los encantos de personas sumamente hermosas.

Desde que era un infantil niño hasta su edad adulta, esa belleza fue su gusto principal e ideal para parejas, pero siempre supo que las personas asi de atractivas estaban demasiado lejos de su alcancé; la gente hermosa no suele enamorarse de tipos con tan poca gracia como el se describía, y todo era aún peor teniendo al prodigio de la belleza como hermano.

Namjoon realmente no sabía si era mala suerte, si tenía gustos muy específicos o lo perseguía alguna extraña maldición, pero cada persona de la que se enamoró en su vida, confesaron estar cegados por el encantador e inigualable Kim Seokjin.
Siempre fueron comparados por sus amigos, lejana familia, y hasta por los socios de su padre que ocasionalmente llegaban de visita a su casa. Era como si los presentaran como "El hermoso y brillante Seokjin, y el otro es Namjoon".

La comparación constante y la presión ajena lo forzaron a ser mejor, estaba claro para el que jamás seria más hermoso que su hermano, asi que se aferró su único e ínfimo talento, leer sin control. Leyó tanto en su adolescencia, que su día a día se volvió una rutina en donde asistía a su escuela por la mañana y por la tarde pasaba horas en la biblioteca.
Todo su esfuerzo fue reconocido en poco tiempo, sus notas se volvieron superiores al promedio, se llenó de premios y reconocimientos por diversos concursos, y sus padres por fin se interesaron en sus habilidades intelectuales.

Por mucho tiempo creyó estar al mismo nivel que su hermano, ambos tenían fijaciones diferentes pero eran apreciados por igual, y eso era lo único que le interesaba lograr. Parecia que todo comenzaba a tomar forma en su vida y familia, hasta que se reencontraron con su viejo amigo, Jeon Jungkook, ese niño que ocasionalmente jugaba con su hermano y el cuando sus padres tenían reuniones, hace ya tantos años. Volverlo a ver tan cambiando y maduro, fue un potente golpe a sus estandares y fijaciones.

No solo fue la belleza de Jungkook lo que lo cegó, fue toda su persona, porque poco tiempo después de la llegada de su amigo de la infancia, su madre falleció, y sin ningún amigo y contención además de la de su dolido hermano y distanciado padre, no tenía a nadie más que a él. Era triste admitirlo, pero jamás logró hacer amigos por su introvertida personalidad y su cotidiana vida de estudios, y culpaba a esa situación por sus potentes sentimientos, de no ser por su falta de relaciones, tal vez jamás se hubiera enamorado de tal forma de Jungkook.

Recuerda lo mucho que aprecio su apoyo, el escuchar su voz, sus salidas al cine o a beber café, cada detalle que tuvo con el fue un acto único que poco a poco se ganaba su amor. Pero ese adorable chico no fue la excepción a la maldición que le perseguía, porque a pesar de la notoria diferencia de edad, Jungkook adoraba a su afamado hermano mayor.

Lo más triste fue que tomó el valor de decirle en una de las tantas salidas que Namjoon consideraba citas, luego de sostener sus manos y observándole con esos grandes y brillantes ojos de los que se había enamorado. Era el momento perfecto para confesar lo que sentía por él, pero su acompañante habló primero y sin tapujo soltó esa dolorosa pregunta.

"Me gusta su hermano, Namjoon hyung. ¿Me permite salir con él?"

A pesar de que ese día le dijo que esperará hasta tener la mayoría de edad para confesarse a su hermano, con una pacífica sonrisa de emoción, por dentro deseaba llorar por horas y horas en soledad. Ese día se rindió por completo con sus sentimientos, hizo lo posible para centrarse en su futuro manejo de la empresa, muchas veces chocó con parejas sexuales momentáneas como con el empedernido Jung Hoseok, pero decidió nunca aferrarse de forma amorsa a nadie, porque estaba seguro de que todas las personas que el amara, amarían en contra parte a su hermoso hermano.

Su vida tranquila como un gran CEO estaba por comenzar, y sus planes iban justo como lo esperaba, nada podía arruinar sus perfecta organización, hasta que lo conoció, el chico de la encantadora y adorable sonrisa, Kim Taehyung, la primera persona en toda su vida que se fijó únicamente en el, admiró su belleza, le rogó que le prestara su tiempo, y lo adoró con amor desde que lo conoció.
Estaba claro que caería fácilmente por él, a pesar de hacer lo posible para escusar su amor con curiosidad. Por ello fue aún más doloroso saber que el artista no lo amaba, hasta fue cruel y admitió que sabía sobre sus sentimientos, y se negó a corresponder. Namjoon no estaba listo para ello y aún así, junto toda la dignidad y valentía que le quedaba, y afirmó que lo enamoraría, que haria caer a el codiciado Kim Taehyung. Que desdichado se sintió luego de su encuentro al recordar sus nulas capacidades de seducción mas que las pocas que logro ver y copiar de Seokjin.

Todo le gritaba que era un desperdicio, que no lo lograría jamas, pero esa vez, sentía que debía intentarlo una vez más, no se rendiría como lo hizo en el pasado, no repetiría la misma historia que ocurrió con Jungkook. Namjoon deseaba ser correspondido por Taehyung, por la única persona que lo conoció y sin pensar, lo adoró.

Hasta recordaba todos sus momentos con él y sentía la vergüenza asomarse en su rostro. Tenía el tiempo contado a su lado y aún asi estaba decidido a enamorarlo; haría todo lo posible para lograrlo antes de que acabará su relación, de dejarlo ir para como un buen recuerdo de su vida.

—Hola Hoseok, llevas tiempo sin llamarme, no es que lo extrañe pero...

Namjoon, tienes que venir— Su mirada oscureció de inmediato al oír el sutil tono de preocupación en la voz ajena —Las cosas se nos fueron de las manos y ¡mierda! Esa puta casa tenía más hombres armados que ladrillos, nos emboscaron y...

—¿Y Seokjin? ¿está bien? ¡Quiero hablar con él!— No podía siquiera pensar en otra persona. La vida que le obligaron a tomar a Seokjin, el hecho de que su hermano hubiera teniendo suficiente con ser actor, él no podía entender porque aceptó esa desición. Pensar que algo le podría haber ocurrido, le hacía sentir derrotado por no internar, por no insistir aún más. Era un total error darle esa vida a su hermano mayor.

—Sí, solo recibió unos golpes, ahora lo están tratando pero no creo que pueda actuar por un buen tiempo...— Se oyó un pesado suspiro por su parte y Namjoon detuvo sus apresurados pasos hasta su automóvil al oír sobre su hermano, pero aún se encontraba nervioso, esa espera en sus palabras eran muy malas noticias —Tuvimos muchas perdidas y Jungkook... Sé que ustedes aún son amigos, deberías venir a verlo no sé cómo termine esto. Estamos en la clínica de mi familia, te esperamos, Namjoon.

No aguardo por más palabras, y entre su desesperado corazón y el sudor frio de su rostro, no dudo en subir a su automóvil al llegar al estacionamiento para conducir hasta el lugar. Tenía tan buenos recuerdos con él, y no le importaba su rechazo indirecto, la tristeza que sintió y el cambio que le ocasiono, solo quería su felicidad, anhelaba que este bien, deseaba ver la emocionada sonrisa hermosa y los brillantes ojos grandes de ese joven que le apoyó y lo enamoró por tanto tiempo.

💐

Tan pronto como meto al Namkook en la historia, ya se nos esta yendo Jungkook, triste pero da pie a una buena situación.

Eso es todo, gracias por leer. ❤

La inspiración de un artista - Yoonjin/NamtaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora