Es mi fin

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Permanecí en el suelo por lo que pareció una eternidad, mis manos temblaban cubiertas de sangre seca al igual que mi uniforme, podía oír en mi cabeza la voz de aquella joven preguntando por su pequeño recién nacido. Me dolían los brazos por haberle practicado resucitación por demasiado tiempo, sentí una lágrima cayendo por mi mejilla y me removí sobresaltada al oír la voz de Conrad llamarme.

— ¿Estas bien? —pregunto con preocupación.

— Si. —murmure, limpiando mi rostro.

— Maia. —me llamó tomándome por la barbilla, obligándome a mirarlo de frente.

— Estoy bien. —asegure formando una especie de sonrisa torcida. — Solo voy a cambiarme esta ropa para continuar trabajando. Parezco Carrie recién salida de su graduación. —bromee para intentar descontracturar el momento.

Conrad me observó algo dudoso y esperó hasta que entre a las duchas. Regresé algunos minutos después ya cambiada así como con mis ideas más claras, debía continuar mi turno, no era la primera vez que perdía un paciente. Sabía que lo que me estaba afectando era el embarazo de Shaila, el saber que eso podría pasarle a ella me preocupaba demasiado y eso hacia que mis miedos salgan a flote.

Continué con mi trabajo intentando ignorar la tenues voz en mi interior que me decía que esto no había acabado, que todavía podía caer aún más. Llegaron algunos casos de poco peligro y en cuanto mi turno acabo, corrí fuera del Hospital lo más rápido que pude, Conrad me encontró fumando junto a la puerta de urgencias como solía hacerlo cuando esperaba que Daryl pasara por mi pero esta vez no era a él a quien esperaba, Daryl no vendría hoy por que debía hacer un trabajo para su hermano.

— ¿Qué haces? ¿Esperas a tu novio? —pregunta con una sonrisa.

—  Él no vendrá hoy, debe trabajar. —me encojo de hombros dándole una calada a mi cigarrillo.

— ¿Quieres que te acompañe a casa? —me mira expectante.

— No, tranquilo, caminare. —tire la colilla y suspire. — Quiero estar sola.

El solo asintió en silencio, comprendiendo mi pedido y con un saludo de mano se alejó por las oscuras calles de Atlanta, acomode el bolso sobre mi hombro y finalmente di algunos pasos hacia la calle cuando alguien me atrapó por detrás.

Me arrastraron hacia una limusina oscura mientras intentaba soltarme, golpee y rasguñe las manos que me sostenían todo lo que pude, pero fue en vano. Por fin me arrojaron dentro haciendo que golpee mi cabeza contra la puerta cerrada. Sentía la sangre caer por mi frente hacia mi cien, el automóvil se puso en marcha dejándome incapaz de poder escapar, alce el rostro hacia la persona frente a mi y me inmovilice del miedo que me recorría entera.

Vittorio Montana me miraba burlón desde su lugar con su desquiciada hija junto a él, me incorpore con rapidez intentando abrir la puerta para saltar de allí pero fue inútil, yo me sentía inútil.

— Ciao bella. —exclamó Vittorio con una sonrisa lobuna en su rostro.

Me desespere, no podía continuar en aquel lugar por que sabía que este sería mi fin.

— No creías que lo que le hiciste a mi pequeña quedaría impune, ¿Verdad? —cuestionó apoyando sus codos sobre las rodillas. — Veras, mi hijo es débil, anda llorando por todos los rincones por que lo dejaste. Pero Johanna, ella es una guerrera y quiere venganza.

— Ella se lo buscó. —exclame molesta.

— Me quitaste a Daryl, él era mío y tu lo engatusaste como hiciste con mi hermano, eres una zorra. —chillo la muchacha con molestia.

Antes De Ti  (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora