Te debo un orgasmo.

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No se en que momento me quedé dormida pero al despertar Daryl ya no estaba a mi lado. Apenas amanecía y la luz del día se cuela por la ventana abierta, me estremezco al sentir la brisa fría sobre mi piel desnuda.

Me levanto con pereza y me coloco las bragas y mi camiseta de tirantes, rebusco por la habitación mi short pero no lo encuentro por ningún lado, bajo de la cama y me arrodilló en el piso para buscarlo debajo de la cama, me arrastro un poco rozando mi espalda contra la madera del borde e intento tomar la tela del short que se encuentra alejado de mi.

—Linda vista.— dice Dixon haciéndome sobresaltar y golpear mi cabeza contra la cama.

Salgo de debajo de la cama y me siento en el suelo en forma de indio sobando mi cabeza en el lugar donde me golpee.

—Me asustaste.— lo miro apoyado en el marco de la puerta mientras el sonríe de lado cargando en su espalda lo que parece un ballesta.

—¿Qué haces ahí abajo?— frunce su ceño mirando mi mano en la cual se encuentra mi prenda.

—No se como llegó allí.— levanto el short y se lo enseño antes de ponermelo.

Me paro abrochando los botones y lo miro detenidamente, está vestido diferente y lleva su cabello algo húmedo, no se que decir ni que hacer. Es un momento algo incómodo el que estamos pasando, hace mucho que no me despertaba en la cama de alguien, mucho menos me lo encuentro por la mañana mirándome el trasero mientras busco mi short. Él también parece incómodo ya que mira hacia todos lados menos a mi.

—¿Me llamas un taxi? Debería volver a mi casa a cambiarme.— me sonrojo un poco al notar su mirada sobre mi.

—¿Debes trabajar?— murmura dando un paso al frente.

—S...Si, tengo guardia hoy en la noche.— titubeo cuando lo veo pararse frente a mi.

—Yo puedo llevarte a tu casa luego.— sonríe llevando una mano hacia mi nuca y otra a mi cintura.

Asiento con lentitud cuando me atrae pegando nuestros cuerpos y uniendo nuestros labios en un beso algo desesperado. Caminamos con pasos torpes hacia la cama chocando mis piernas contra el borde de esta, separó mis labios de los suyos y me siento en el colchón llevando mis manos hacia el botón de su Jean, me mira expectante, con sus ojos oscurecido por la lujuria. Bajo su pantalón junto al boxer liberando su miembro frente a mis ojos, lo tomo con mi mano derecha introduciéndolo dentro de mi boca masajeandolo de arriba a abajo causando que suelte un gemido gutural al sacarlo pasando mi lengua por el glande como si de una paleta se tratara. Levanto mis ojos y los clavo en los suyo que me miran deseosos, vuelvo a introducirlo en mi boca lo más profundo que puedo y vuelvo a sacarlo siguiendo los movimientos con mi mano.

—Eso nena, así.— sisea entre gemidos que me deleitan los oídos.

Vuelvo a introducir su miembro en mi boca con gran profundidad haciendo que la punta choque contra mi garganta haciendo que un pequeña arcada se forme de repente. Nunca me gustó dar sexo oral y aún no se por que decidí que sería el momento para hacerlo pero lo hice y fue la mejor elección por qué verlo retorcerse de placer por mi causa es impagable. Lo oigo soltar suspiros y jadeos que me excitan  por demás, siento como de solo oírlo podría correrme sin necesidad que me tocara, lleva sus manos a mi cabello y lo toma formando una coleta profundizando las penetraciones en mi boca. Gruñe cuando aprieto con suavidad mis labios alrededor del tronco hasta su glande que entran y salen de mi cavidad bucal con mayor velocidad.

—Voy a correrme.— avisa entre jadeos.

Noto la intención de salirse de mi boca pero lo detengo con mis manos apretando su trasero y acompañando sus estocadas, gruñe con satisfacción apretando su agarre en mi cabello. Pronto siento como, tras un dulce gemido, suelta su caliente semen dentro de mi boca y comienza a deslizarse por mi garganta.

Antes De Ti  (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora