Feliz cumpleaños

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El regreso de la clínica fue un poco más animado, no tocamos el tema del bebé, pero pudimos reír de algunas cosas y charlar sobre mi edad, lo que al parecer le divertía muchísimo.
Al acercarnos veo la silueta de Daryl apoyado en la pared junto a la puerta de la casa, siento la mano de Shaila presionar mi brazo y la veo sonreír burlona. Yo la miro enarcando mis cejas en señal de sorpresa, no me esperaba el encontrarlo aquí.

— Parece que alguien tiene visitas. — exclama Shaila  entre dientes con una sonrisa fingida.
— Creo que me llaman dentro. — dice en cuanto llegamos junto a él.

Ambos observamos cómo Shaila entró a la casa, esperaba que dijera la primera palabra, no podía negar que estaba nerviosa. Era la primera vez que lo veía luego de haberme ido de su casa, metió las manos dentro de los bolsillos de su vaquero y suspiro apenas, se lo veía nervioso o eso parecía.

— ¿Cómo has estado? — murmuro apenas para sacarle conversación.

— Extrañándote. — dijo con seguridad mirándome a los ojos.

Parpadee sorprendida algunas veces por la sinceridad que se veía en sus ojos, estaba algo abatido y se le notaba en el cansancio de su rostro, su cuerpo reflejaba las pocas horas de sueño y yo no estaba mucho mejor que el. Las guardias en el hospital y el dormir poco y nada no me hacían estar en mi mejor forma.

Extendió su mano derecha hacia mi y acarició el dije que colgaba de mi cuello, la piel de aquel lugar se encendió en llamas al sentir su tacto, lo extrañaba tanto y de todas las manera posibles que el solo acto de acariciarme podría hacerme poner de rodillas. Cerré los ojos disfrutando de su toque y al abrirlos lo vi sonreír de lado, nunca me había sentido tan feliz al ver sonreír a alguien, no tenía palabras para describir lo bien que me hacia el solo tenerlo cerca y es bastante preocupante que en tan poco tiempo se haya hecho tan indispensable en mi vida. Si me ponía a pensar son alrededor de tres meses que nos conocemos contando el tiempo que perdí junto a Frank, pero así y todo él es un hombre avasallante, no podía evitar el sentir como se coló en mi cuerpo haciéndose parte de mi.

Era imposible no encariñarte con él, a pesar de ser un tipo rudo y osco también tiene su lado tierno y divertido, lo mire a los ojos esperando que hable una vez más pero solo ver aquellos zafiros observándome desde su lugar me perdí en ellos por completo. Parecía estólida solo mirándolo allí, sin decir una palabra.

— ¿Te gustó? — dijo por fin, refiriéndose al hermoso regalo que había dejado frente a la puerta hoy.

— Me encantó. — le sonreí enseñando mis dientes. — Podrías haber golpeado la puerta, debo admitir que me asuste al principio. — hice una mueca para restarle un poco de severidad a mis palabras.

— No sabía si querrías recibirme pero cuando volví más tarde no te encontré. — se encogió de hombros. — Fui a tu trabajo y tu amigo me dijo que te habías tomado el día para estar con Shaila. — su rostro cambia de un momento a otro y se que fue por que habló con Conrad.

El era el único que sabía el por que de mi pedido, tuve que contarle por que fue con él con quien cambie mi turno. En estos días Conrad se había vuelto un buen amigo, me escuchaba y aconsejaba de la mejor manera que podía, él había sido quien aconsejó sobre la clínica a Shaila y le agradecía por eso.
El silencio se volvió algo incómodo, Daryl mordió la uña de su dedo gordo mirando hacia los lados, parecíamos dos pubertos en una primera cita sin saber que hacer o que decir.

— Vine por ti, quería llevarte a un lugar. — dijo por fin cortando el embarazoso momento.

Suspire y lo miré algo indecisa.

— No creo que pueda, le prometí a Shaila estar con ella hoy y….

— Si, si puedes. — Exclamó Shaila abriendo la puerta y sorprendiéndome tanto a mi como a Daryl.

Antes De Ti  (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora